3 consejos para aprender a confiar

El darle nuestra confianza a alguien no es poca cosa. Implica arriesgarse, pero puede hacerte más feliz. Sigue leyendo para saber por qué.

Denhi Chaney

Tal vez muchos no estén de acuerdo conmigo y prefieren dar confianza plena hasta que tengan motivo para dudar; sin embargo, en mi experiencia personal y con tantas personas que no saben respetar la confianza que se les ha dado, recomiendo tomarte tu tiempo y no regalar tu confianza hasta que te sientas segura de hacerlo. Esto es especialmente importante para aquellas personas que han sido víctimas de algún tipo de abuso.

Como esto es mi opinión personal, me gustaría decirte que mucha personas han roto mi confianza aun cuando me tomé mi tiempo para dárselas; así que incluso con toda la precaución del mundo la gente es imperfecta ―todos lo somos―, y la decepción es inevitable. Por eso, estas palabras no son para prevenir el dolor que se siente cuando alguien te traiciona, sino mi punto de vista sobre por qué la confianza no se debe de dar como un regalo, y tomarse su tiempo puede ser una mejor idea.

1. El deseo de intimidad puede cegar

El deseo de tener una relación íntima ―y no me refiero a la intimidad sexual― con alguien, es normal. Es una parte inherente al ser humano amar y sentirse amado; por lo tanto, muchos compartimos nuestros secretos más obscuros con la persona con la que queremos sentir cercanía. El problema sucede cuando esta persona no está lista para manejar adecuadamente tal nivel de vulnerabilidad: no le importa tanto, o se siente incómoda con solo pensar en la cercanía. Así que te recomiendo no cegarte por la emoción de compartir. Tómate tu tiempo para que la otra persona esté tan lista como tú para conversar.

2. El ser vulnerable es un regalo

Creo en el hecho de que las partes secretas o vulnerables de nuestro ser merecen ser tratadas como algo preciado y por esa razón no todas las personas que conocemos merecen saber de ellas, pues no sabrían valorarlas. Es por esto que siento que ser vulnerable es un regalo que le damos a la otra persona, pues abrimos partes de nosotros que casi nadie ―o tal vez nadie― conoce. Esto hace de la relación algo especial, pues ambas partes saben que se ha compartido algo importante y preciado para la otra persona.

3. Desarrollas la habilidad de conocer

Este punto está relacionado con el punto anterior: como no todas las personas merecen esta valiosa información, tenemos la necesidad de tomarnos nuestro tiempo en conocer a las personas, y luego decidir si son dignas de nuestra confianza. Cuando hacemos esto con frecuencia desarrollamos la habilidad de tener la paciencia para conocer de verdad a la otra persona. Esta habilidad es de suma importancia, ya sea para amistades o para el noviazgo, que puede llevar a un matrimonio.

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Por estas razones, es mi humilde opinión que la confianza y la vulnerabilidad van de mano en mano y es por esto que lo considero un regalo y no algo que doy con libertad a cualquier persona; sin embargo, la otra parte de la historia es aprender y estar dispuestos a ser vulnerables cuando sabemos que la otra persona es digna de nuestra confianza. Es por esto, que es importante que te mantengas al pendiente de la segunda parte de este artículo en donde te daré algunas herramientas para tomar ese segundo paso y aprender a desarrollar relaciones sanas y satisfactorias.

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Denhi Chaney

Denhi Chaney es egresada de la Universidad de Brigham Young con maestría en Terapia de Matrimonio y Familiar. Denhi también es esposa y madre de un niño. Puedes contactarla en .