4 cosas que debes hacer para ayudar a tu hijo profesional que no encuentra empleo

La crisis económica ha hecho que estudiar una carrera ya no sea garantía de tener un empleo digno. Comprender esta situación te permitirá ayudar a tus hijos a no caer en la desesperación mientras estudian o buscan empleo

Aida Rendón Morales

Lejos han quedado los días en que ser médico, ingeniero o licenciado significaba que el portador de ese título tendría un empleo bien remunerado y un futuro asegurado, aunque fuese modesto. Hoy, miles y miles de jóvenes se titulan de esas carreras cada año, muchos con excelentes notas y demostrando que pueden ser brillantes profesionales en su ramo. Sin embargo, debido a la crisis económica que priva en el mundo, no son pocos quienes encontrarán muy difícil incorporarse al mundo laboral de manera satisfactoria.

Acaso tu hijo se encuentre en esta situación, y por más esfuerzos que hace no logra encontrar un empleo digno (a veces ni siquiera un empleo “a secas”). Lo más probable es que no sea su culpa. Como madre debes estar consciente de que los tiempos han cambiado: aunque para ti y para mí fue relativamente sencillo encontrar empleo hace treinta o cuarenta años, incluso sin ser profesionistas, la realidad que viven nuestros hijos es totalmente diferente y puede resultar muy frustrante y desesperanzadora para ellos.

Sé que tú y yo, por más que queramos, no podemos resolver la crisis económica mundial, pero acaso podamos ayudar a que nuestros hijos enfrenten este problema de mejor manera, se sientan comprendidos y acompañados. Aquí comparto contigo algunos consejos que te pueden ser de utilidad para lograrlo:

1. No lo culpes, ni lo etiquetes

En los últimos años se ha puesto de moda la palabra nini para definir a aquellos jóvenes que no estudian, ni trabajan. Esta, como todas las etiquetas, es violenta y oculta buena parte de la realidad, pues culpa a los jóvenes de vivir en un mundo en crisis, pese a que cuando ellos nacieron esa crisis ya había empezado. Muchos de los jóvenes mal llamados ninis, no tienen un empleo ni están estudiando simple y sencillamente porque no son aceptados en las universidades, ni hay oferta laboral suficiente para todos. Puede que este sea el caso de tu hijo, de modo que, por favor, no caigas en la tentación de pegarle esta etiqueta, o alguna otra. De hacerlo, solo lograrás alimentar el sentimiento de frustración que puede estar germinando en su corazón. Ayúdalo, en cambio, a ser consciente de que le ha tocado vivir tiempos difíciles, pero que confías en que esto lo hará más fuerte y que logrará salir adelante.

2. Ayúdalo a encontrar el sentido de haber estudiado

Puede que tu hijo, al no encontrar un empleo que satisfaga su intelecto o donde pueda desarrollarse en la profesión que eligió, sienta que no valió la pena haber estudiado, con todo y los grandes sacrificios que eso implicó para él y su familia. Si bien en nuestra sociedad privilegiamos el aspecto económico, en realidad hay muchas otras buenas razones para estudiar, y grandes beneficios que esto trae a la vida de una persona, más allá del empleo. Ayuda a tu hijo a comprender que no solo ha estudiado para obtener un empleo, sino que sus estudios le hacen una persona más cabal, con conocimientos, habilidades y experiencias que enriquecen su persona y bendicen las vidas de otros.

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3. Anímalo a asociarse y a ser autosuficiente

Dependiendo del tipo de profesión de tu hijo, puede ser una buena opción asociarse con amigos, familiares o compañeros de estudios de modo que puedan ser sus propios jefes. Actualmente, existen programas de gobierno y organizaciones de la sociedad civil que apoyan iniciativas y proyectos de negocios familiares; explora con él las posibilidades y anímalo a planear una ruta que le permita ser autosuficiente a corto, mediano o largo plazos, según sus circunstancias.

4. Fortalece su autoestima

Quizá más que nunca tu hijo necesita confiar en sí mismo. Frente a un mundo laboral tan hostil, haz de tu hogar un refugio donde se sienta apoyado, comprendido y fortalecido. Según su profesión, pídele que te ayude a resolver asuntos familiares, o simplemente deja que te cuente todo lo que sabe y ha aprendido al formarse como profesionista. Estimula el que siga estudiando, aprendiendo y que valore el conocimiento por lo que aporta al ser humano, más allá de las posibles formas de remuneración económica que este pueda generar. Asegúrate de que sepa, con toda certeza, de cuán orgullosa estás de él y de que valoras cada uno de sus esfuerzos.

Sin duda, nuestros hijos enfrentan un mundo mucho más adverso del que vivimos nosotros, cuando teníamos su edad. A menudo me pregunto cómo pueden hacerlo. Pienso que esta adversidad los prepara para ser una generación muy valiente, quizá la que logre convertir este mundo en uno más feliz y amable para todos.

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Aida Rendón Morales

Aida Rendón es madre de tres hijos y abuela de tres encantadores nietos. Disfruta de trabajar con niños y jóvenes y dedica parte de su tiempo al servicio y a la historia familiar.