4 pasos que debes conocer si deseas tener una vida equilibrada y feliz

Las mejores enseñanzas son las que se aprenden después de los más grandes errores. Te invito a que descubras 4 herramientas que te ayudarán a tener una vida más equilibrada y feliz.

Erika Otero Romero

Las mejores enseñanzas son las que se aprenden después de los más grandes errores, y a ese respecto soy más que una experta. Algunas personas suelen juzgar mal a quienes estudiamos psicología, porque consideran que por haber estudiado esa profesión somos personas equilibradas, que llevamos vidas perfectas y que tenemos una soberbia capacidad de control sobre nuestros sentimientos y emociones; es decir, que nos pueden pasar las peores tragedias y nada nos sacará de nuestro dominio propio. ¡Qué tremendo error!

Abriendo mi alma

Entre quienes estudiamos psicología y quienes no, no hay diferencia. Todos hemos tenido que pasar por nuestro propio Getsemaní y de algún lado nuestras emociones flaquean. En lo personal, me cuesta mucho olvidar una ofensa; por si fuera poco, me martirizo día y noche recordando el hecho y paso rabiando todo lo que sea posible, y eso no cesa hasta que me siento sola en algún lugar y me digo a mí misma: “¡Ha sido suficiente castigo!”.

La cosa puede ponerse peor, pues no sólo me “regodeo” en mis heridas, sino que además planeo venganzas que jamás llevo a cabo y que nada más sirven para dañarme todavía más, física y emocionalmente. Pero algo que sé que me sale a las mil maravillas es ofender a las personas de manera verbal, y a eso recurro la mayoría de las veces; no voy a mentirte, en muchas ocasiones me arrepiento, pero en otras no, y no me queda un ápice de remordimiento.

Relee: A veces también tú necesitas tu propio Getsemaní.

Mi carrera me ha servido para conocerme, de otra manera sería imposible que estuviera confesando aquí mis más horribles demonios. Pese a lo antes expuesto, a lo largo de mi vida adulta he aprendido algunas cosas que me han ayudado a ser mejor persona, ya que ningún sentido tiene dañarme y mucho menos dañar a los demás, y eso deseo compartirlo contigo con la intención de que aprendas de mis errores:

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1. No hay que ponerse al tú por tú

Hay un dicho que dice que discutir con personas cerradas y tercas es ponerse a su nivel, y que por su experiencia en el tema habrán de ganarte. Reconozco que es un dicho bastante fuerte, pero es real. Hay personas que van a querer descargar sobre ti sus frustraciones y lo lograrán si te pones a su nivel, consiguiendo lo que estaban buscando: indisponerte y vaciar su amargura en ti, aunque no hubieras sido tú la fuente de su malestar.

Lo mejor que ante esa situación puedes hacer es no seguirles la corriente; si la persona insiste en incomodarte, sólo aléjate y no alimentes el fuego de su ira, porque vas a salir mal librada o dañada. Ponte fuera de su vista y háblale cuando notes que ya no está molesta, en ese momento descubrirás dos cosas: 1. Sólo es una persona enojada que es posible que ni sepa qué estaba diciendo, y 2. Si es consciente de que estaba procediendo mal te pedirá disculpas por sus actos, ya que caerá en cuenta de sus errores.

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2. Para pelear se necesitan dos

Esto lo aprendí de mi hermana menor: nada ganas con ponerte a pelear con quien te ha ofendido. Algo que apagará la fuente de su ira será tu silencio inmediato. Puede ser posible que continúe hostigándote y que revientes de deseos por contestar, pero ¡aguántate!, hay muchas posibilidades de que no lo siga haciendo, ya que al no tener la respuesta que busca no tendrá más remedio que controlarse y macharse.

3. ¿Quieres enfermarte? Acumula rencor y déjate contagiar por la ira

Cualquier alteración de estado de ánimo afecta el organismo y los que sufrirán serán tus órganos al desarrollar, por efectos de ira acumulada y el estrés, ulceras nerviosas y colon irritado; esto te lo puede corroborar cualquier médico.

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Relee: Hay que expresar lo que sentimos, pero también lo que pensamos.

4. Pensamientos positivos mejorarán tu ánimo

Lo mejor que puedes hacer para vengarte de quien te ha lastimado es desear que le vaya muy bien en su vida. Sé cómo suena esto, pero es verdad, el perdón, antes que beneficiar a otro, es un favor que te haces a ti mismo; por eso, concéntrate en ser feliz, en no dejar que te dañen y que no dañen a tus seres amados a través de ti. Si alguien te insultó o no se siente bien con respecto a tu persona, deséale que le vaya excelente, ya que es lo que más necesita porque la ruina que se está poniendo encima es más que suficiente para ser infeliz el resto de sus días.

Has venido a este mundo para ser feliz y la felicidad es algo que se contagia y que nadie pude quitarte si no lo permites; de modo que no lo hagas y lucha por ser una mejor persona cada día para ti y para quienes te rodean.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.