5 razones por las que tu esposo no habla

Las esposas necesitan honrar a sus esposos en las conversaciones. Aprender el secreto puede abrir la puerta para enriquecer tu relación matrimonial.

Gary and Joy Lundberg

Muchas, tal vez la mayoría de las mujeres, se quejan de que no logran involucrar a sus esposos en una conversación significativa. Hay muchas razones por las que sucede esto. Si quieres conocer el secreto, entonces abre tus oídos y tu corazón y prepárate a aprender. Aquí tienes cinco razones del porque los hombres son tan callados.

1. Hablas mucho

Esto no es precisamente un error, pero sí es algo que las mujeres cometen. No es su culpa: las mujeres nacieron con una mayor capacidad para hablar que los hombres. De hecho, la mayoría de los hombres habla sólo 12 000 palabras al día, mientras que la mayoría de los mujeres, hablan más de 25 000. Sin embargo, eso no les otorga a las mujeres un permiso para parlotear sin controlar su instinto natural. Cualquiera, incluso las mujeres elocuentes, pueden controlarlo. Cualquiera puede aprender a “morderse la lengua”. Claro, hay veces cuando este don puede usarse a rienda suelta, como en un almuerzo con tus amigas o en una fiesta para recibir a un bebé. No cuando estás conversando con tu esposo o con otras parejas. Él necesita que le des también la oportunidad de hablar.

Vimos el epítome de esto en una velada. Varias parejas estaban reunidas alrededor de la mesa discutiendo asuntos diferentes. Alguien le preguntó a uno de los chicos qué pensaba de tal o cual cosa. Antes que él tuviera la oportunidad de contestar, su esposa comentó: “Yo sé más que él mismo acerca de lo que él piensa”. Y entonces ella nos dijo lo que ella pensaba era la opinión que su esposo. Él murmuró al hombre a su lado, “No tiene ni idea”. Por fortuna, alguien más, que respetaba a ese hombre, interrumpió a la esposa y dijo, “Gracias, pero en verdad desearía conocer lo que Bob piensa”. Bob estaba encantado y nos compartió algo interior que fue valorado por todos los invitados.

2. No lo escuchas

Tienes que escuchar lo que él tiene que decir. Es importante para él saber que valoras su opinión. Pídesela, entonces, déjalo hablar. Si no es elocuente hasta el grado que desearías —no lo será— sólo acepta lo que te da. Si escuchas y haces un esfuerzo para comprender lo que está diciendo, es más probable que contribuya más a la conversación.

Un hombre frustrado, que podría representar a muchos, dijo: “Desde hace tiempo me di por vencido de hablar con mi esposa. ¿Para qué hablar? A ella no le interesa lo que yo piense. Ella solo hace lo que le da su gana. Así que ¿cuál es el punto?”

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Incluso si no estás de acuerdo con la opinión de tu esposo, escúchalo. Podrías descubrir que tiene una solución excelente al problema. Recuerda que hay más de una forma de despellejar a un gato, permítele ayudar con el desollado, podrías descubrir que tiene buenas ideas también. Si lo haces, se sentirá respetado y abrirá una puerta para una conversación más significativa

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3. Estás determinada a hacerte entender

Un problema que las mujeres tienen es que ellas temen que si dejan a sus esposos hablar, no los harán entender sus razones, de manera que los interrumpen constantemente para asegurarse de dar su opinión.

La esposa llega armada con todas las razones del por qué su punto de vista es el mejor. Las esposas con frecuencia interrumpen a sus esposos. Con eso queremos decir que si está compartiendo algo, ella capta la idea e irrumpe e interrumpe, compartiendo sus ideas en lugar de escuchar por completo las de él. ¿Quién quiere continuar una conversación con alguien que hace eso? Nadie, en especial tu esposo.

Además de eso, quítate la idea que tienes la razón. Esa es una posición que refleja inseguridad. Prepárate para admitir que te equivocas, Las personas adoran que otros admitan que están equivocados y que están dispuestos a aprender una mejor manera. Esto nos recuerda la declaración hecha por un hombre divorciado que describió a su primera esposa. Dijo: “Al final encontré a la Señorita Perfecta, sólo que muy tarde supe que su nombre de pila era ‘Siempre’.”

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Mantén esto en mente y permite que tu amado esté en lo correcto con frecuencia. Con ello disfrutarás de un matrimonio más feliz. Eso no significa que no puedas tener la razón algunas veces: sólo significa que compartes la razón de una manera más justa. Honra sus opiniones y es más probable que él honre las tuyas.

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4. Inicias la conversación en un mal momento

No esperes nada especial en una conversación que surge en medio del caos. Y por caos, nos referimos a niños corriendo, interrumpiendo con sus necesidades, u otras distracciones. Encuentra un momento en silencio cuando los dos puedan disfrutar el compartir sus ideas uno con el otro. Esto puedes hacerlo al cenar fuera, o al caminar por el vecindario, incluso sentados en la banca de un parque, disfrutando su helado favorito. Eso sería perfecto.

También un momento de quietud en su recámara a puerta cerrada funcionaría bien. Las puertas cerradas deben implicar privacidad. Enséñales eso a tus hijos, y ellos no interrumpirán tanto sus conversaciones privadas. Cuando la conversación es menos seria, es bueno que los niños los vean conversando juntos en la sala, dilucidando acerca de alguna película o algo que hayan disfrutado juntos. Esto te puede ayudar a preparar a los niños para su matrimonio futuro. Pueden ver que ambos cónyuges tienen algo que aportar a la conversación.

5. No sabes de qu é hablar con él

Demasiadas conversaciones son sólo para resolver problemas familiares. Aunque habrá momentos en que eso sea necesario, es importante también platicar de cosas más interesantes y divertidas.

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Para ayudarte a iniciar una conversación más atractiva con tu esposo considera las siguientes sugerencias de un sitio sobre matrimonios muy popular. ¿De qué hablar?

  • El pasatiempo de tu cónyuge u otros intereses.

  • Tus planes para un viaje juntos.

  • Las memorias de su infancia.

  • Películas o programas de televisión.

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  • Cosas que te gustaría experimentar o lugares que te gustaría visitar.

  • Algo que aprendiste o algo diferente o nuevo que hayas hecho durante el día.

  • Discute tus pensamientos y sentimientos sobre ese día.

  • Comparte unas pocas cosas que te hayan hecho feliz o por lo que estés agradecido ese día.

  • Pregunta algo que empiece con un, “¿Si tú pudieras…?”, o “¿Algunas vez has… ?”, o “¿Tú crees que…?”.

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¿Qué tanto conoces a tu papá?

Aunque las novedades, el clima, los trabajos, el dinero, las tareas del hogar, los temas de salud, problemas de dinero, los suegros, los amigos, etc. son todos temas importantes que los dos tienen que discutir, no permitas que esos temas se apoderen de la conversación.

Lo esencial

El punto esencial es, darte un tiempo para platicar con tu esposo, usando esos puntos lo animarán a tomar parte activa en la conversación. Permitiéndole hablar y escuchando lo que él dice, hará un mundo de diferencia en tu matrimonio.

_Traducido y adaptado al español por Myrna del Carmen Flores de 5 reasons why your husband won’t talk, de Gary and Joy Lundberg

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Gary and Joy Lundberg

Gary y Joy Lundberg son un matrimonio unido en sus esfuerzos para el fortalecimiento de la familia.  Dan conferencias y escriben libros sobre fortalecer las relaciones humanas. Gary es un terapeuta familiar y Joy es escritora profesional. Son padres de cinco hijos y abuelos de veinte nietos. Su página es: http://www.garyjoylundberg.com