5 señales de que no estás en contacto con tu espiritualidad y que explican por qué te sientes sola

Eres una mujer triunfadora en todos los ámbitos en los que te desenvuelves, la gente te quiere, te respeta y te admira. Pero aún así te sientes sola. Descubre aquí la razón.

Erika Gaytán

Si te ha pasado que tienes un empleo que te gusta, el ambiente es el mejor, tal vez no te pagan lo que quisieras pero te alcanza para tus necesidades y un poco más, o tal vez estés estudiando lo que siempre quisiste y cada día que pasa te enamoras más de tu carrera. Tienes al hombre perfecto a tu lado, ese príncipe azul que toda tu vida soñaste, la familia que tanto anhelaste tener, los amigos más divertidos y lindos contigo, la casa de tus sueños, un auto de tu color favorito y aún así te sientes sola. Si es tu caso, tal vez estés incurriendo en estos errores:

1. No estás en contacto ese Ser superior

Por lo general, todas las personas profesan una religión o una corriente ideológica divina. Si alguna vez llegaste a escuchar una en tu casa, es momento de acudir a ella nuevamente, de reconocerla otra vez y recordar el por qué la seguías. Ahora que sí no conoces ninguna es momento de empezar a leer sobre ellas y conocerlas: quien no conoce, no cree, no ama y mucho menos confía.

2. Eres muy materialista

Una persona materialista es aquella que le da más valor a las cosas materiales que a cualquier otra cosa en su vida. Claro, no significa que has dejado al cien por ciento a tu familia a un lado, pero tus preocupaciones por lo regular se enfocan a si te va alcanzar el dinero para la semana, necesitas hacer algún arreglo a tu casa, debes comprar ropa, etcétera. Por lo que no te alcanza el tiempo para pensar cómo estás tú misma, cómo convivir mejor con tu familia, lo que piensan, etcétera.

3. No mantienes un diálogo contigo misma

Si te dieran 30 horas al día, tampoco serían suficientes para realizar todos tus pendientes y mucho menos para dejar de pensar en ellos. No te das tiempo para charlar con tu “yo” interior, esa que te cuestiona para saber cómo estás, si eres feliz, qué te gustaría hacer; a ese yo interno no le puedes mentir porque antes de que termines de pensar en la pregunta, ya tienes la respuesta, y aunque en algunas ocasiones insistas y te quieras mentir, tú sabes la verdad.

4. No meditas

Alguna vez Jeremy Taylor dijo: “La meditación es la lengua del alma y el lenguaje de nuestro espíritu”, pero con tantas preocupaciones y pendientes que tienes en la mente no te puedes dar el lujo de´desperdiciar´ el tiempo. Entre el trabajo, la casa, los hijos y el marido, resulta muy complicado buscarse espacios para otra cosa que no sea resolver situaciones y las pocas veces que los hay, solo quieres descansar y olvidarte de todo a tu alrededor.

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5. Todo, pero nada

A pesar de tener la edad justa en la que no te puedes considerar toda una joven, has logrado lo que pocos: asistes a fiestas, te vas de viaje con tus amigos, cuentas con un trabajo que disfrutas al máximo, con un buen sueldo, has cumplido con muchos de tus sueños, no eres conformista, quieres más y más cosas. Todo lo que tu esfuerzo y dedicación te puedan dar, pero aún así te sientes sola.

El doctor en divinidad y máster de Artes en Literatura, Prieto Greco, define la espiritualidad como: “La expresión del ser. Esta esencia es la sustancia de la vida y se manifiesta en energía (fortaleza vital, mental, física, dinámica, equilibrio y dominio propio), cualidades (la belleza, la bondad, la honradez y la compasión) y valores (la dignidad, la verdad, el coraje, la justicia y la paz)”. Es lo que da la fuerza y significado a la vida.

La espiritualidad es una parte fundamental para la vida de cada individuo, nunca la debes dejar a un lado pues es la que siempre te va a complementar. Todos los individuos tienen alma y espíritu, solo tienes que escucharlos. Por eso, dales voz y así nunca te sentirás sola.

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Erika Gaytán

Oriunda de la tierra del taco, el mariachi y el folklore. Periodista de profesión y corazón. Por muchos años he tenido la fortuna de colaborar como docente en la educación de niños, adolescentes y jóvenes. La música, la enseñanza, la investigación, lectura y escritura son mis grandes aficiones.