6 señales de que tus hijos han descubierto que eres infiel, aunque tu esposa aún no lo sepa

Cuando la infidelidad es descubierta por las víctimas más pequeñas para quienes tú eras como un súper héroe...

Mariel Reimann

***Nota del editor: El artículo está referido a la infidelidad masculina sólo para hacer su lectura más simple, pero esto aplica a ambos, madre o padre que estén siendo infiel.

Los niños ven y perciben más de lo que los adultos queremos admitir

Así como si le pedimos a un niño de menos de tres años que se tape los ojos y luego le preguntamos si nosotros aún podemos ver, su respuesta será NO, por que aún no entienden el concepto de que el hecho de que tengan sus ojos cerrados no implica que los demás que permanezcamos con los ojos abiertos aún podemos verlos.

La infidelidad es un proceso parecido, es como la mentira. Cuanto más mentimos o más somos infieles y creemos que nadie nos descubre, más lo hacemos.

Esa sensación falsa de tener todo bajo control, hace que los mayores pasen por alto detalles que los niños pueden ver SIN que tengas la menor idea:

Antes de hablar de las señales, es primordial destacar que esta no es una guía para que tus hijos no te descubran, sino más bien una guía que te ayudará a entender la destrucción que estás causando a las personitas que más te aman en el mundo.

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1. Te miran diferente, hay duda y dolor en su mirada

Luego de haberse enterado, sus mentes (dependiendo la edad que tengan) comienzan a funcionar a andar a mil por horas. Dudan de lo que vieron, de lo que saben o de lo que sospechan. Quieren darte otra oportunidad.

Recuerda que hasta ahora tú eras su súper héroe y estarás allí para protegerlos a ellos y a la mujer más importante de sus vida: su mamá.

2. La carga es demasiado pesada, no saben qué hacer y comienzan las preguntas

Tú tienes más de 20 años de experiencia en este mundo mientras, ellos sólo comienzan a recorrerlo. No saben si lo que vieron es real, si lo que escucharon lo entendieron bien, y quieren que tú se los aclares, pero no quieren herirte, en caso de que hayan mal entendido.

En tu caparazón de que nadie te descubrirá, ni te das cuenta de que tus hijos ya lo saben.

3. Quieren acompañarte a todos lados

Puede ser que se hayan equivocado en juzgarte y ahora quieren darte la oportunidad de que les demuestres que no tienes nada para ocultar. Te piden tu móvil para jugar, pero tú no se los das, te piden ir contigo cada vez que sales, pero esto no es posible.

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4. Las dudas confirman lo que vieron o lo que escucharon

Tú no eres capaz de darles fundamento sólido a sus dudas, no puedes dejar que vayan contigo cuando te escapas a ver a tu amante, no haces nada para demostrarles que aún eres esa persona a la que ellos tanto admiraban y lo que eran dudas, ahora forman parte de una triste realidad.

5. ¿Se lo cuentan a mamá? Comienza la rebeldía

Esta es la etapa más difícil en la que puedes poner a esos seres a lo que les diste la vida. Tú estás rompiendo la promesa de fidelidad que le hiciste a su madre y por ende a tus hijos, tú eres quien tiene que solucionar esto; pero ahora, son ellos quienes llevan esa carga, mientras tú ignoras que has sido descubierto.

No saben si decirle a mamá o no, y usan la desobediencia y hasta la falta de respeto como una forma de decirte ‘sabemos lo que nos estás haciendo y tienes que decírselo a mamá’. Pero a la vez no quieren perderte, por que en el fondo te siguen amando.

6. Su madre pasa a ser la víctima, y lo es

La infidelidad NO tiene justificación desde ningún punto de vista. Hiciste una promesa y si hay alguien que te atrae más de lo que lo hace tu esposa, algo está mal, y debes trabajarlo con ella, no correr a conquistar lo que no debe pertenecerte.

Hagas lo que hagas, y muchos infieles justifican sus infidelidades echándole la culpa a su propia pareja, tu esposa y tus hijos son las víctimas de tu malas decisiones.

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¿Debes confesar una infidelidad a tu pareja y también a tus hijos?

En Psychological Today, hay un párrafo escrito por el Dr. Scott Haltzman que responde esta pregunta de la mejor manera posible:

“Veamos el argumento de que tal conocimiento es perjudicial. Es verdad que los niños pueden resultar heridos descubriendo esta inconveniente verdad acerca de uno de sus padres. E, idealmente, debemos evitar herir innecesariamente a nuestros hijos a toda costa. Pero el cónyuge infiel se equivoca al creer que el dolor infligido por el asunto ocurre en el momento en que se le dice al niño. No, el daño hecho al niño ocurre en el momento que esta persona eligió salirse del matrimonio para tener una relación emocional o física. Cuando ocurre algo así, uno engaña a la pareja y a la familia faltando al amor y al compromiso. Decirle al niño puede hacer que el niño vea a su padre como a alguien ‘feo’ que se ha alejado de la familia, pero es, en última instancia, revelar una verdad. Y si hay algo que las infidelidades nos enseñan, es lo devastadoras que las mentiras pueden ser”.

Los dejo con una última pregunta: ¿Vale la pena causar tanto dolor a quienes te aman incondicionalmente por algo que tú ves ‘más verde del otro lado de la cerca’?

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Mariel Reimann

Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.