A la hora del quehacer, ¿tu marido desaparece? Mira cómo hacer que se involucre en el hogar

Son muchas las responsabilidades que adquiere una mujer cuando se casa y tiene hijos, por ello es fundamental la participación de los esposos para tener una mejor calidad de vida familiar.

Adriana Acosta Bujan

No es suficiente hoy que el esposo sólo provea los alimentos, el vestido y los diferentes servicios en un hogar, también se necesita su participación en las labores de casa y en el cuidado de los hijos.

Esto se apuntala con el hecho de que numerosas mujeres trabajan fuera para ayudar con la economía familiar, y aun así se ocupan de mantener la casa limpia y ordenada, se encargan de los hijos y supervisan y ayudan en sus labores escolares. Se necesita la cooperación de los esposos para tener una mejor calidad de vida.

No menosprecio el trabajo de los hombres, sin embargo es importante hacerles saber que su ayuda dentro del hogar es fundamental para la tranquilidad de toda mujer. Todo necesita un equilibrio y el trabajo en equipo es indispensable, porque el cansancio extremo perjudica la salud.

Debemos establecer límites, responsabilidades y delegar funciones a cada miembro de la familia (por muy pequeños que sean los hijos). Todos deben cooperar. Aquí te enlisto algunas ideas a poner en práctica junto con tu esposo:

1. Pide ayuda

Evita las suposiciones. No supongas que tu esposo te ayudará con la tarea de los hijos o a limpiar la cocina por su propia iniciativa. Lo más recomendable es tener una plática con él, pídele su ayuda, no llegues a los reclamos y a menospreciar el trabajo que realiza cada quien.

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Recuérdale que para tus hijos es importante la figura paterna para que tengan un buen desarrollo emocional, porque aprenden con el ejemplo que ven en casa y es importante que observen su participación en todos los quehaceres. Es momento de delegar funciones y realizar un plan que les ayude a los dos.

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2. Deja de resolver todo

Un gran error es pensar que todo lo tienes que hacer tú, por eso te desgastas demasiado y no vives una vida relajada y feliz. Deja que los miembros de tu familia se hagan responsables de satisfacer sus necesidades, eso te alivianará la gran carga que tienes.

Deja de ser poco a poco la madre que todo lo resuelve y todo lo puede; pide ayuda a tu esposo, por ejemplo: para resolver las tareas de tus hijos, así se involucrará con el rendimiento académico; deja de hacer comida todos los días y que los fines de semana sea él quien se encargue de prepararla.

3. Date un respiro

Todos tenemos derecho a tener un espacio para nuestro disfrute. Platica con tu esposo y fijen un día para cada uno. Eso hará que renueven sus energías, y bajará el nivel de estrés y preocupaciones; aparte de que reforzará su matrimonio.

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Dedica tu día a hacer las cosas que te gustan, a consentirte y a sólo pensar en tu bienestar. Con la ayuda de tu marido podrás lograrlo, así harás que él participe en el hogar.

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Sé que los esposos llegan cansados del trabajo, pero aun así deberán cooperar con la educación, cuidado y bienestar de los hijos. Deja que se haga responsable de acostar a tus hijos, leerles un cuento y darles de cenar. Aparte de que te ayudará mucho, estará reforzando los lazos con sus hijos.

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.