Aunque no siempre lo noten, los hombres pueden perder a su esposa con la llegada del primer hijo

La llegada de un hijo cambia la vida en pareja y el hombre puede sentirse desplazado. Si esto te suena conocido, este artículo es para ti.

Erika Patricia Otero

El anuncio de que un matrimonio espera a un hijo es una noticia que llena de felicidad a una familia. Tanto así, que los preparativos para la llegada de esa nueva vida comienzan a hacerse ni bien se enteran.

Los nuevos padres se equipan de todo lo que consideran necesario para darle a ese bebé lo mejor. Pese a todo eso, lo que apenas sospechan es que la vida va a darles un giro radical.

La realidad es que luego de nacido el bebé, la pareja tendrá que adaptarse al niño y sus necesidades. Tendrán que aprender a trasnochar, a ver interrumpidos los momentos de pareja por llantos que avisan una necesidad. Es posible que se acaben por un tiempo esas salidas de pareja y la vida íntima se reduzca fuertemente.

Es natural que quien se adapte más rápido a estos cambios sea la mamá. Ya tuvo que soportar por 9 meses los cambios drásticos en su cuerpo; así que otros más son pequeñeces.

Con papá la situación es diferente. No es que el papel que asume luego de la llegada del hijo sea menos importante. Hay padres que ayudan en la crianza todo lo que está en sus manos. Lidian al bebé por las noches para que la mamá pueda dormir, cambian pañales, dan biberón, juegan y cuidan de ellos. Esto es realmente algo muy valioso.

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Sin embargo, en la medida que adaptan sus vidas a la crianza del bebé, tal vez sienten que su matrimonio se va apagando lentamente. Para muchos, es el “precio” de tener hijos, el cambio radical de la vida matrimonial como la conocían.

Los errores de muchos esposos

Como mencionábamos, hay padres que asumen su rol paterno con total entrega y responsabilidad; sin embargo, eso no cambia la realidad de otros hogares.

Hay hombres chapados a la antigua y dejan a sus esposas a cargo de todo lo concerniente con el bebé. Comprendo que algunos sientan temor a hacer cosas como cargar al bebé o cambiarle el pañal; sin embargo, esto no es excusa para no asumir la parte de la responsabilidad que les corresponde.

Aparte de esto, muchos procuran estar fuera de casa tanto como les sea posible porque el ambiente del hogar les agobia. Es de esta manera como dejan a la esposa con la responsabilidad total de la crianza y el mantenimiento del hogar.

Además, no solo “desaparecen” físicamente de la casa y paulatinamente de la vida de la esposa y del hijo; algunos se desentienden totalmente de las necesidades emocionales de su compañera. Lo que es peor, es que no se dan cuenta de lo que están haciendo.

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No quiere decir esto que los esposos lo hagan adrede. La realidad es que se sienten abrumados por el evidente cambio en su vida. Para el hombre, su esposa le otorgó la mayor felicidad que podían experimentar y no siempre saben como corresponderle.

Una mirada al interior ayuda mucho

No es secreto que la única manera en la que nos conocemos realmente es cuando miramos nuestro interior. Solo cuando nos detenemos a analizar nuestra vida, es que nos damos cuenta en qué estamos fallando.

Seamos honestos por un momento, nos cuesta aceptar que otra persona nos diga nuestros fallos. Sin embargo, es mucho más fácil reconocerlos cuando somos nosotros mismos los que los descubrimos.

La magia tras lo anterior es que tras descubrir las fallas, la decisión de cambiar es inmediata; es decir, el cambio se logra de manera más efectiva.

Ahora bien, algunos hombres tienden a ser algo orgullosos para reconocer sus fallos. Esto es peor cuando es su pareja la que le dice que algo no está bien en su actuar. Es como si les costara reconocer que ella tiene algo de razón.

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Por eso, la manera más simple de saber en que fallan como esposos es “mirando en su interior”.

Cuando un esposo se atreve a reflexionar acerca del comportamiento que ha tenido con su esposa, es porque sabe que está actuando mal. Reconocer sus fallos es el primer paso para comenzar a recuperar a su esposa.

La esposa también puede hacer algo

Si bien es cierto que el esposo puede hacerse consiente por sus propios medios, también hay ocasiones en las que no lo logran. Es acá donde la esposa puede entablar una conversación amena y dejarle ver cómo se siente ella al respecto. Desde luego, siempre hablando con respeto porque él está tan consternado como ella por los cambios.

Deben recordar que cada uno es el apoyo del otro. Tal y como prometieron cuando se casaron: “en las buenas y las malas“.

Recuperando a su amada

Iniciaron una familia y un hogar llevados por el amor que se tenían. Sin embargo, eso cambió un poco porque perdieron el norte con la llegada del nuevo bebé.

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Si como esposo pones de tu parte para recuperar a tu esposa, puedes lograrlo. La situación es que salvarla del caos donde la dejaste, será un poco complicado.

Créeme que no siempre bastan los detalles; quizás sea un poco tarde para eso. Empieza por darte cuenta que ella no solo está desgastada físicamente, sino también emocionalmente. Su cuerpo sufrió cambios y a muchas les ocurre que se sienten inseguras debido a su peso y las estrías. El que te hayas alejado le reafirma que no quieres estar con ella, aunque no sea lo que tú sientas o pienses.

Es cuestión de sentarse con su esposa y abrir su corazón. Explicarle que para él el cambio es fuerte, pero que hará lo posible para ser un mejor apoyo.

El segundo punto es estar atento, más que a las necesidades de su hijo, de su esposa. Atenderla, escucharla, darle un masaje y todo lo que sienta que puede hacer por ella para mejorar su vida. Paulatinamente esto irá demostrándole a ella que la ama y está realmente interesado en su bienestar.

Puede ser que lo anterior no parezca importante; sin embargo, la realidad es que muchos matrimonios se terminan por ese descuido y esta falta de entendimiento entre ambas partes, en un momento tan importante como la llegada de un bebé. El amor puede costar mucho en surgir en una pareja, pero bastan solo pequeños detalles para acabar con él. ¡Que eso no suceda entre ustedes!

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.