Carta de hombre sentenciado a muerte a su madre acapara Facebook; la acusa de haberlo hecho un criminal
“Madre, creo que si hubiera más justicia divina en este mundo, tanto tú como yo deberíamos ser ejecutados”. Duras palabras que nos llevan a todos a reflexionar.
Mariel Reimann
La carta fue publicada en Facebook, con una introducción que afirma que su autor era un prisionero condenado a muerte por sus crímenes. Presuntamente, su último deseo fue un papel y un lápiz para escribirle una última carta a su madre.
Contrariamente a lo que todos nos podemos imaginar que serían las palabras que este hombre elegiría para su madre como despedida, la carta se trata de un reclamo por la mala crianza que le dio su madre. En la misma, la hace parcialmente responsable del hombre en el que se convirtió.
Aunque no tenemos la certeza de que los hechos tomaron lugar exactamente como fue publicado en la red social, las palabras de la carta nos llaman a una importante reflexión como padres:
Madre, creo que si hubiera más justicia en este mundo, tanto tú como yo deberíamos de ser ejecutados.
¡Tú eres tan culpable como yo de mi miserable vida!
¿Te acuerdas madre, cuando llevé a la casa aquella bicicleta que le quité a otro niño igual que yo? Me ayudaste a esconderla para que mi padre no se enterara.
¿Te acuerdas madre, cuando me robé el dinero de la cartera de la vecina? Fuiste conmigo al centro comercial y lo gastamos juntos.
¿Te acuerdas madre, cuando botaste a mi padre de la casa? Él sólo quiso corregirme por haberme robado el examen final de mi grado y a consecuencia me expulsaron.
Madre, yo era un niño, luego fui adolescente y ahora un hombre mal formado.
Era sólo un niño inocente que necesitaba la corrección, y no consentimiento. Te perdono, y sólo te pido que le hagas llegar esta reflexión a todos los padres del mundo que sepan que ellos son los únicos responsables de formar, a un hombre decente, o a un vulgar delincuente.
Gracias madre por darme la vida, y gracias también por ayudarme a perderla.
Tu hijo, el delincuente
Consentir vs formar, un error que puede costar la vida de tus hijos
Existe una línea muy fina que divide a ambos conceptos y es muy fácil equivocarse cuando criamos a nuestros hijos.
Aunque el ejemplo de la carta es un poco extremo, y la mayoría de nosotros podríamos estar de acuerdo en que no nos convertiríamos en los cómplices de nuestros hijos si ellos hicieran algo incorrecto como robar una bicicleta, no hace falta llegar a tal extremo para equivocarnos como padres.
Ellos están aprendiendo a ser tus hijos en la misma medida en la que tú aprendes a ser su madre o padre
Algo que no muchos tenemos en cuenta, es que los niños siempre están tratando de explorar y modificar sus límites. Si dijimos hasta acá nada más, ellos van a tratar de mover esa regla, de torcerla o de ver hasta donde pueden empujarte.
Esto es casi instintivo, y está en nosotros saber cuando decir no, cuando corregir y cuando dejarlos que se enfrenten con la consecuencia de sus malas elecciones.
De acuerdo con The Mother Company, los niños no pueden saber con certeza cuando un ‘no’ es un ‘no’ o cuando se puede convertir en un sí, a menos que los límites sean cien por ciento claros y firmes.
Hay tres tipos de frustraciones con las que todo niño debe crecer para luego poder funcionar como adultos:
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Deben aprender a tolerar la decepción
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Deben aprender a tolerar la frustración
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Deben aprender a tolerar los retrasos de las recompensas
La única forma posible que tenemos como padres de hacer que nuestros hijos aprendan estas tres emociones primordiales en la vida de los niños, es diciéndoles que NO y no cambiando esta respuesta por sus berrinches.
3 emociones básicas que les ayudarán a ser buenas personas cuando adultos
La falta de tiempo, las frustraciones como adultos y la falta de energía para lidiar con los berrinches de nuestros hijos después de un largo día de trabajo, nos impulsan a darnos por vencidos en los límites que les hemos puesto, ayudándolos así a convertirse en ‘pequeños monstruos’.
Los NO les ayudan a entender que en la vida van a tener decepciones, que las cosas que cuestan son las que valen la pena, que las decepciones forman parte de la vida y que si no hay dinero para ‘comprar una bicicleta’ ahora, la única forma de adquirirla es trabajando por ella.
Los NO les van a ayudar a saber que la vida estará llena de frustraciones, de decepciones y de cosas que simplemente no nos serán posible. Los NO les enseñarán que a veces las buenas recompensas se hacen esperar y que no podemos tener todo lo que queremos en el instante que lo deseamos.
Causa-consecuencia
Es fundamental que les enseñemos desde chicos que las buenas cosas y elecciones que tomen en su vida tendrán una recompensa positiva, mientras que las malas (como robar el dinero de la cartera de la vecina) tendrán malas consecuencia que sí o sí tienen que enfrentar.
Mariel Reimann
Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.
