Confió en su talento y una feria local le cambió la vida

Conoce la historia de Carlos Peraza, a quien una feria local lo encaminó a convertirse en campeón nacional. Confió en su talento y una feria local le cambió la vida.

Arturo Leonardo

Sales y te entregas a la rutina, recorres una y otra vez los mismos caminos, cierras y abres los ojos siempre al mismo ritmo y pocas veces le das una oportunidad a tus corazonadas.

En muchas ocasiones, las personas no son capaces de decidir por sí mismas; y a veces, tomar riesgos puede ser el boleto necesario al éxito: únicamente hay que darle oportunidad a nuestros sentimientos, a nuestras inclinaciones más íntimas.

De la feria local al campeonato

Carlos Peraza era un muchacho común y corriente. En la feria de su localidad, a la que acudía todos los años y siempre ganaba, descubrió su afición y se dio cuenta de que tenía habilidades para el tiro deportivo.

Se preguntó entonces, “¿Por qué no?”. Enseguida se dio a la tarea de convencer a sus padres para que lo inscribieran en un equipo de su natal Yucatán, al sureste de México, cosa que logró. Comenzó entonces a entrenar y ahora puede presumir que es campeón por partida doble de la Olimpiada Nacional.

Carlos es un estudiante de sexto grado de primaria, que mide 1.41 metros de estatura y pesa 42 kilogramos, la mitad del peso que debe cargar en cada competencia, por lo cual su esfuerzo y concentración deben ser al tope.

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Ganó la medalla de oro en la modalidad de siluetas individual y en cartón por equipos; además, obtuvo la plata en conjunto en silueta. “Apenas hace unos meses empecé a tirar con el rifle de aire, pero como no tengo, me lo prestaron, y aunque estaba descompuesto me sirvió para aprender”, confiesa Carlos.

Para competir, tiene que cargar una caja que mide más de un metro y pesa, vacía, aproximadamente dos kilogramos. El rifle mide 1 metro con 10 centímetros y su peso es menor a los 5.5 kilogramos –que es lo que marca la regla–, pero eso no impide que Carlos busque concretar su sueño a cada momento, en cada esfuerzo.

Los tiradores deben mantener la concentración todo el tiempo. La prueba de Carlos tiene que hacerla de pie, por ello utiliza un traje especial, que entre el pantalón y la chamarra su peso oscila entre 10 y 12 kilogramos. La vestimenta es totalmente rígida, y está fabricada con lona muy gruesa.

En esta categoría, la Pre-juvenil, los deportistas cargan de 15 a 19 kilos para entrenar y competir. El tirador yucateco confesó que en la prueba de rifle le ganó el nerviosismo, porque antes de hacer uno de los tiros vio a un pájaro en la mira que lo desconcentró, e incluso lo hizo pensar si verdaderamente estaba hecho para desempeñar un buen papel en esta disciplina. “Me tuve que concentrar y esperar a que el pájaro saliera de la mira”, dijo Carlos.

Confiar en nuestras capacidades

Así como Carlos encontró su destino en una actividad lúdica, quizá es el momento en que tengas que dejar de ser tan rígido contigo mismo y ponerle atención a lo que verdaderamente te apasiona.

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Piénsalo, entre la necesidad y el agobio, la rutina termina por absorberte y no te permite encontrarte. Esto último ocasiona estrés en muchos casos, que con toda seguridad provoca irritabilidad y constantes peleas con los miembros de tu familia.

Date tiempo para salir y respirar otros aires, ubica el tiro de Carlos en la feria y atrévete a dibujar, tomar fotografías, resolver un rompecabezas; tal vez la cima de la montaña se encuentre en estas actividades “de recreación”. ¿Por qué no? Solamente prueba.

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Arturo Leonardo

Comunicador fanático de sus hijos a quienes les relata día a día sus aventuras de música y deportes, gusta de leer lo que se cruce en su camino, piensa que el acto más revolucionario que puede existir es el de reír.