Cuando el amor se torna guerra, y el botín son tus hijos

La alienación parental es una forma de maltrato infantil que se produce en su mayoría en situaciones de divorcio y cuando la madre o padre que obtienen la custodia de los hijos, los "programan" para odiar al otro, dañando su futuro.

Omar Cortes Reveles

Alienar significa, literalmente, convertir a una persona en un extraño, transformar la conciencia de alguien en algo contradictorio, entorpecer el uso de la razón, desposeerle de algo. Voy a contarte una historia construida a través de diversas historias reales. Los protagonistas son ficticios, pero las situaciones no lo son.

Cuando el amor se torna guerra, y el botín son tus hijos

Cristina y Antonio se conocieron por medio de una amiga mutua. Simpatizaron rápidamente y, sorprendidos por la cantidad de cosas en común, poco después se convirtieron en novios. Al paso de unos pocos años, consolidaron su relación en una boda tan especial, que ambos pensaron que el futuro sería tan bueno como ese día. Viajaron, conocieron experiencias nuevas, prosperaron juntos. Se enfrentaron a las dificultades de la vida en pareja y cometieron el error de esquivar los problemas, en lugar de resolverlos.

Una semilla se había sembrado. Creyeron que la llegada de Isabel, su hija, ayudaría a fortalecer el matrimonio, pero aquella semilla germinó en una planta de frutos amargos que crecía muy rápido, hasta que el amor murió. En el proceso de divorcio, los abogados y familiares aconsejaron a Cristina impedir que él viera a su hija: los primeros, como método de presión para obtener más ventajas, los segundos, como venganza.

Cristina hizo caso a esos consejos y fue más allá: comenzó a decirle a Isabel que su padre no la quería, que por eso las abandonó, que Antonio era malo, que le pegaba. Y poco a poco inventó situaciones cada vez peores. Isabel no entendía lo que pasaba. Extrañaba a su papá, pero las historias que le contaban, las cosas que le decían los abogados, los abuelos, los tíos y su mamá, comenzaron a cambiar la imagen que tenía de Antonio: ¿Cómo querer al hombre que le pegaba a mamá? ¿A ese que prefería a otra mujer que a su propia familia? ¿A ese que no daba un centavo para que su hija comiera o fuera a la escuela? ¿A ese que, encima de todo, ni siquiera la buscaba?

Estuvo cerca de él por última vez en el juzgado. No quiso verlo, lo despreciaba. Le dijo al juez: “Ese señor maltrataba a mi mamá y a mí, yo le tengo miedo y no quiero estar con él”. Antonio sintió que le destrozaban el corazón.

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Dejemos hasta aquí la historia y preguntémonos: ¿cómo va a crecer Isabel con la contradicción de haber visto a un padre amoroso y responsable, a quien el rencor de su madre ha convertido en un monstruo? ¿Qué va a pasar cuando averigüe que le mintieron para alejarla de su padre? ¿Qué tipo de relaciones va a construir cuando crezca? ¿Cómo será su vida?

La alienación parental: una forma de destruir a tus hijos

Lo que sucede con las niñas y niños que sufren lo mismo que Isabel, es una forma de maltrato infantil que ha sido llamado alienación parental, y podemos definir como todas aquellas “conductas que lleva a cabo el padre o la madre que tiene la custodia de un hijo o hija, e injustificadamente impide las visitas y convivencias con el otro progenitor, causando en el niño o niña un proceso de transformación de conciencia, que puede ir desde el miedo y el rechazo, hasta llegar al odio” (Comisión Nacional de los Derechos Humanos, Alienación parental, México, 2011).

Eso es lo que le hicieron a Isabel: despojarla del amor por su padre, obstaculizar el uso pleno de su razón ante las circunstancias. Con ello, convirtieron su conciencia de lo que sucedía en algo incoherente, hicieron de su padre alguien ajeno a su vida. Es decir, alienaron a Isabel. Está documentado que este problema produce en los niños depresión, angustia, falta de autoestima, bullying, bajo rendimiento escolar y dificultades para establecer su identidad. Y nadie quiere esto para sus hijos, ¿verdad?

Apenas estamos ante el umbral de conocer las consecuencias de la alienación parental en los niños que, como Isabel, llegan a la vida adulta marcados por esta forma de maltrato infantil. Sin embargo, es necesario que sepas que estas historias también suceden dentro del matrimonio: incluso cuando una pareja tiene años unida, pero vive llena de conflictos velados o visibles. En un caso que conocí, la madre enseñó a sus hijas a llamar al padre por su nombre propio y a no obedecerlo, mientras a quien llamaban “papá” y cuya autoridad reconocían, era el abuelo materno.

Ahora, piensa en la historia e intercambia los papeles: también Antonio podría hacerle lo mismo a Cristina, aunque estadísticamente menos de 20% de los hombres se queda con la custodia de sus hijos. Pero en cualquier caso, la víctima es siempre la misma: los hijos.

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Si te encuentras en esta situación y te impiden ver a sus hijos, te recomiento leer también este artículo: No me dejan ver a mis hijos. Si al leer estas líneas has descubierto que por enojo has actuado como Cristina, tienes la solución en tus manos: acude con un terapeuta o consejero neutral que te ayude a resolver el problema. Nunca es tarde para reparar un error. En cualquier caso, encontrarás aquí consejos legales si atraviesas por un divorcio, así como las formas de afrontarlo sin afectar a tus hijos, incluso si atraviesan por el difícil periodo de la adolescencia. Por último, comparto contigo un documental breve para que conozcas las historias de Cecilia (en Noruega), Anthony (en México) y Thomas (en Escocia), tres adultos que hoy enfrentan las consecuencias de haber sido víctimas de la alienación parental durante su infancia.

Los niños tienen derecho a vivir y crecer sanamente, con los cuidados de ambos padres, aunque estén separados. Actúa siempre buscando el equilibrio entre tus emociones y el bienestar de tus hijos. Deja huella por ellos, defendiendo sus derechos e incluso protegiéndolos de tus fallas.

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Omar Cortes Reveles

Omar es Psiclogo Social. Ha trabajado en diversos medios de comunicacin. Adems, es activista por los Derechos de los Nios, junto con su esposa y sus hijos. Puedes contactarlo en: omar_moises@hotmail.com