El arte diario de ser feliz

Ser feliz no es tan complejo como las personas creen, son pequeños detalles y hábitos que ayudan a un ser humano a permanecer feliz a pesar de los problemas del diario vivir.

Erika Otero Romero

A mí me gusta imaginar que la vida es como una ciudad de hierro colmada de juegos de atracciones mecánicas. En el carrusel das vueltas pero aún tienes –de alguna extraña manera- los pies sobre la tierra; en la noria o rueda de la fortuna giras y a la vez subes y bajas, pero siempre en el mismo lugar; la montaña rusa te lleva por una gran cantidad de subidas y bajadas vertiginosas que simulan muchas épocas de la vida de una persona y a pesar de esa velocidad, en un momento dado solo se detiene, te bajas y puedes continuar hacia la siguiente atracción; y así, hasta que el boleto de entrada expira.

El gran meollo del asunto sobre ser feliz es que la gente tiene la posibilidad de serlo inmediatamente y no se da cuenta, o dicho de otra manera, ellos tienen los boletos de subida a las atracciones en sus manos, frente a sí mismos, y es como si esperaran algo más para poder ser felices, sin importar las situaciones de su vida. Quizá uno de los mayores inconvenientes es que las personas casi nunca están satisfechas con lo que tienen y siempre quieren más de todo o una variante de eso que ya poseen, pero el sentir esa carencia les hace sentirse incompletos o, en otras palabras, eso ya no les permite sentirse plenas.

Ser feliz no es tan difícil como parece. Desde luego, unos días son más difíciles que otros. Pero mientras que unos son más agobiantes y otros más tranquilos, la actitud de una persona feliz difiere de la de una persona que ha ELEGIDO vivir su vida sumida en el poso de la desesperación, tristeza, angustia y estrés.

Pese a todo, existe siempre la posibilidad de cambiar la forma de actuar, pensar y sentir, eso es lo maravilloso de ser un ser humano. Teniendo en cuenta lo anterior, acá te dejo algunos hábitos que puedes poner en práctica en tu vida y así hacer de “ser feliz”, un arte diario.

Una persona feliz suele:

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  • A pesar de las pruebas diarias, iniciar el día con buen ánimo.

  • Agradecer lo que tiene.

  • Luchar por lo que desea conseguir.

  • No darse por vencida pese a los obstáculos.

  • Aprovechar cada oportunidad que tiene para ayudar a los demás.

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  • A pesar de la tristeza, reponer sus ánimos y buscar soluciones a los problemas.

  • Disfrutar de la naturaleza y caminar a diario disfrutando de lo que le rodea.

  • Disfrutar de pasar tiempo con sus seres amados.

  • Darse el lujo de soñar despierto con sus deseos.

  • Darse la oportunidad de “ser niño” a menudo y jugar con sus hijos.

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  • No renegar de las pruebas que le pone la vida.

  • Decir “te amo” o “te quiero” a sus seres queridos y procura abrazarlos de manera constante.

Como puedes ver, son pequeñas cosas, nada del otro mundo o que cueste mucho esfuerzo o dinero. Es cuestión de que te decidas, elijas no darle las riendas de tu vida a los malos momentos, sino manejar tú misma cada instante de tu vida, siendo consiente cada segundo de lo que haces o dejas de hacer sin sentirte culpable por sentirte bien tanto contigo, como con quienes te rodean.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.