El por qué es importante que tu hijo aprenda a gatear

Por más prisa que tengas, cuida que tu bebé tenga suficiente tiempo para gatear y desarrollar una coordinación motriz efectiva que le permita continuar desarrollándose armónicamente.

Emma E. Sánchez

A una madre, ver a su hijo crecer e ir haciendo pequeñas conquistas sobre su espacio y su cuerpo la llena de alegría. Y es que vivir junto a los hijos cada etapa de su vida la hace eternamente feliz. Para todas, como mamás, una de las etapas más cansadas es el gran tiempo en que el pequeño aprende a caminar: el niño puede pasar horas y horas intentando ponerse de pie y caer una y otra vez, luego dar pasitos, uno, dos y caerse de nuevo; luego, muchos pasos más y entonces hay correr detrás de ellos para que no tengan un accidente. ¡Quedamos rendidas al acompañar a los hijos a descubrir el mundo!

Pero, ¡atención! Por más que deseemos que nuestro hijo ya camine para que la espalda deje de dolernos, debemos de poner mucha atención y dedicar el tiempo que sea necesario para que nuestro hijo gatee.

Entendemos por gatear que el bebé se ponga en cuatro puntos: sobre las palmas de sus manos y sus rodillas. Al principio, los pequeños se quedan en esa posición algunos breves momentos para acostumbrar y fortalecer los músculos implicados, luego comienza la acción: aparece el movimiento sincronizado de brazos y piernas de tal manera que se produzca el milagro del avance.

¿Por qué es tan importante esta etapa, más incluso que aprender a caminar? Te platico cinco cosas para que quede clara su importancia:

1. Se crean conexiones entre los dos hemisferios del cerebro

El movimiento sincronizado que se realiza entre la pierna izquierda y el brazo derecho crea, fortalece y desarrolla conexiones entre ambos hemisferios del cerebro. Este ejercicio nos permite, en la edad adulta, por ejemplo, pasar un objeto de una mano a otra o hacer alguna actividad con las manos al caminar.

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2. Desarrollo de la conexión cerebral ojo-mano

Este es uno de los más importantes logros directamente relacionados con el aprendizaje de la lectoescritura. El ejercicio que hace el bebé al mirar el suelo para luego mover su mano o rodilla, es una preparación definitiva para el que hará al momento de leer y escribir.

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Los niños que no gatearon de la manera común, casi siempre presentan alguna dificultad en el trazo de la letra y se les dificulta organizar sus trazos en un espacio determinado. En algunos casos, al niño de educación primaria se le hace pasar nuevamente por este tipo de ejercicios de gateo y otros más, a fin de que logre la coordinación que no desarrolló en sus primeros años de vida.

3. Se desarrollan los sentidos

Cuando las manitas están en constante contacto con el piso tocan una infinidad de texturas que alimentarán su cerebro con nueva información, es como un banco que se va llenando de datos que procesa y asimila para enriquecer su desarrollo. De modo que tú trata de limpiar el piso, no al grado de desinfectarlo pero sí para que pueda andar descalzo, preferentemente y que toda su piel pueda ser el acceso de sensaciones durante su recorrido: frío, cálido, rugoso, liso, colores, objetos de tamaño diverso y formas distintas, juguetes, cosas que pueda arrastrar o manipular, todo es riqueza a su paso.

4. Madura el sistema nervioso

Todo lo que siente por su piel se transforma en información que viaja por el sistema nervioso hasta el cerebro, y eso le hace madurar y desarrollarse.

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5. Adquiere conciencia espacial de su cuerpo en el mundo

Al gatear comienza a tomar conciencia de su tamaño en relación con el de los objetos, conoce la profundidad y el equilibrio, todas ellas indispensables para leer, escribir y el pensamiento lógico matemático.

Ayuda a tu pequeño a gatear, se trata de un tiempo breve antes de que comience a caminar pero sumamente valioso para el desarrollo de sus capacidades y la adquisición de conocimientos que le serán indispensables en la vida escolar.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.