En el amor y el matrimonio, el asunto es arriesgarse

¿Has tenido un noviazgo demasiado largo? Es hora de enfrentar tus miedos y dar el siguiente paso. Ármate de valor leyendo el siguiente artículo.

Erika Otero Romero

Quiero empezar esto preguntándote algo: ¿Le tienes miedo al compromiso? Te seré franca: yo sí. He sufrido en mis relaciones y el miedo a que me pase de nuevo lo mismo es lo que me hace temer llegar a sentir afecto por alguien de nuevo. A pesar de ese temor a comprometerme, a enamorarme, no debo negar que a veces necesito sentirme amada por alguien diferente a mis familiares o amigos.

Sé que no soy la única persona en el mundo que teme enamorarse, y he tenido tiempo suficiente para darme cuenta de que amar es una elección. Y no hablo de enamorarse, no; hablo de amar, ésa es una decisión que hacemos de manera consciente y te diré por qué:

Ten en cuenta lo siguiente, enamorarse puede ser de una persona hacia otra, sin que necesariamente la segunda esté implicada. Amar, en cambio, es sin duda una situación que involucra a dos seres humanos. Enamorarse es un acto más visceral. Amar es algo más maduro y consciente. Yo me he enamorado, pero no sé si alguna vez he amado; peor aún, no sé si me han amado.

La historia de Seth

Seth Adam Smith dijo en su artículo “El matrimonio no es para ti“: “Enamorarme de mi mejor amiga no impidió que tuviera ciertos temores y ansiedades sobre el matrimonio. Entre más se acercaba el momento de decidir si nos deberíamos casar, más me llenaba de un miedo paralizante. ¿Estaba preparado?”. A muchos de nosotros nos ocurre así: postergamos el matrimonio por miedo o por egoísmo. Quizá lo peor es que no tomamos en cuenta que ésta podría ser la última oportunidad de llegar a ser felices en pareja. Estamos atados a nuestra vida de solteros ―fiestas, viajes, trabajo, compras― que no estamos dispuestos a cambiar eso por la felicidad compartida que trae un matrimonio.

Pese a eso, siempre tendremos la oportunidad de que alguien nos “abra los ojos”, y nos haga ver que tener miedo o no querer cambiar nuestro actual estilo de vida, por uno que desconocemos y no por esto es malo, solo es diferente, requiere sacrificio y entrega, pero sobre todo amor. Ésta es una de las principales razones por las cuales casarse con alguien que se ama es más importante que casarse con alguien que sólo nos atrae físicamente; ya que de por sí el matrimonio es difícil cuando hay amor, qué sería casarse con alguien por quien después de un tiempo no sentiremos nada y, así el asunto, ni pensar en tener hijos para hacerlos sufrir.

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El miedo es para enfrentarlo

Así es; alguien en algún momento me enseño algo que recuerdo con mucha claridad: “Amistades largas, noviazgos cortos, matrimonios eternos”. Si quieres a alguien, ¿por qué no decírselo? Si amas a alguien y ese alguien te ama, ¿por qué no dar el siguiente paso? El secreto radica en no postergar una aventura que vale la pena vivir. Te garantizo algo: no será fácil, pero si todo sale como lo has planeado, entonces no hay nada que esperar. Eso sí: antes de decidir algo de tanta trascendencia para tu vida, ten en cuenta lo siguiente:

  1. Piensa en cómo te hace sentir tu pareja. Si en realidad las dificultades que ha habido entre ustedes no han involucrado infidelidad o mentiras, ¿por qué no pensar en el matrimonio?

  2. ¿Puedes ver tu futuro a su lado? Es decir, ¿ambos se han visto proyectados o han hecho planes para diferentes momentos del futuro?

  3. Considera el tiempo que tiene su relación. Y entonces, con sinceridad, hazte la pregunta: ¿cuánto tiempo más estás dispuesta a esperar?

La vida es demasiado corta para darle largas a las grandes experiencias de la vida. Las cosas buenas se deben experimentar con entrega, sensatez y pasión; pero sobre todo con respeto por la persona a la que amamos. Arriésgate: no pierdes nada y es mucho lo que ganas.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.