¿Es posible lograr un matrimonio duradero?

A través de casi treinta años Juan y María han podido consolidar su matrimonio. ¿Qué es lo que ha hecho que sigan juntos?, ¿cómo han afrontado los retos que el matrimonio atraviesa hoy?

Myrna del Carmen Flores

María observó la llegada de Juan a través de la ventana. Sus pasos eran lentos, como lo habían sido desde su juventud. Contrario a sus propios pasos, que a pesar de los años continuaban siendo apresurados. Su rostro reflejaba el cansancio de su labor diaria. Muchos años habían pasado desde la primera vez que observara su rostro, pero el amor que sentía por ese hombre seguía tan fuerte como el primer día.

A veces se preguntaba cómo siendo tan distintos habían podido seguir juntos por tantos años. Su relación había tenido altas y bajas; sin embargo, a través de todas esas vicisitudes se había fortalecido. Alguna vez leyó en un blog una frase que podría describir lo que ella pensaba: “La clave para tener éxito en una relación no es encontrar a la persona adecuada, sino aprender a amar a la persona encontrada”. Las personas siempre estamos buscando a la persona adecuada. Tal vez, a alguien agraciado, gentil, trabajador, entregado a su familia, etcétera. Pero muy pocas veces nos detenemos a analizar si nosotros mismos seremos adecuados para alguien más.

Durante casi treinta años María y Juan han compartido una vida. Ambos sabían que podían contar el uno con el otro en los momentos difíciles: en las enfermedades, en las dificultades económicas; incluso en los errores cometidos sabían que podría haber un perdón para poder recomenzar. Es indiscutible que la certeza del apoyo entre ellos ha sido uno de los puntos que ha contribuido a fortalecer su relación. Pero hay otros, aunque no los únicos, que los han ayudado a que su matrimonio perdure:

Aceptar la personalidad del compañero de vida

“Hay un secreto para vivir feliz con la persona amada: no pretender modificarla

Jacques Chardonne decía: “Hay un secreto para vivir feliz con la persona amada: no pretender modificarla”. María tiene una personalidad distinta a la de Juan. Pero esto, en vez de separarlos, los ha unido, porque su carácter impulsivo se complementa con la paciencia que él posee. El empuje de María lo impulsa a tomar retos. Ambos respetan y aceptan sus diferencias. Es desacertado pensar que alguien cambiará junto a nosotros, al igual que llegar a una relación con la percepción de una persona que sólo existe en nuestra mente.

No tener miedo al compromiso

El miedo a ser herido o traicionado crea limitaciones emocionales. Estas limitaciones son una barrera para fomentar la comunicación y la confianza. Juan y María no llegaron al matrimonio pensando que si no funcionaba existía el divorcio, sino pensando que juntos enfrentarían todos los problemas que surgieran. Es muy difícil que una unión se consolide si el compromiso no es mutuo. Los dos deben estar dispuestos a comprometerse, primeramente, con ellos mismos y, después, con su relación.

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Buscar un equilibrio entre el “yo” y el “nosotros”

para ser feliz junto a otra persona, primero tenemos que ser felices nosotros mismos,

Para Juan y María la palabra “nosotros” es la más importante de su vocabulario. La convivencia no es fácil, incluso para los que se aman. Pero es ese amor lo que los ayuda a ceder en ciertos momentos. No se trata de olvidarse de uno mismo para estar centrado en los deseos del otro. Por el contrario, para ser feliz junto a otra persona, primero tenemos que ser felices nosotros mismos, de otra forma lo único que vamos a otorgar es nuestra propia frustración. Por eso es necesario el equilibrio entre nuestros deseos y los de nuestra pareja. A veces ceder en un pequeño detalle proporciona más gozo que si satisficiéramos sólo nuestros objetivos.

Comprender las diferentes etapas de la relación

Según expertos como Victoria Cardoso, el amor pasa por seis etapas: en los primeros años de la relación, en la primera etapa, todo es fantasía. Las parejas desean pasar juntos el mayor tiempo posible. En esta etapa se evita el conflicto; contrario a la segunda y tercera etapas, donde se empieza a buscar soluciones a los problemas y la vida vuelve a su cauce normal. Durante la cuarta etapa comienzan a notar las diferencias; por lo tanto, aquí la aceptación y el ajuste de éstas son puntos básicos. Este ajuste puede ayudar al pasar a la quinta etapa, donde la confianza mutua se reafirma. El crecimiento personal puede afianzar o separar a las parejas. Las parejas llevan más de cinco años de matrimonio. Ente los 15 o 25 años de matrimonio comienza la sexta etapa, en la cual la pareja se enfrenta a las crisis de la edad madura, que trae consigo muchos retos. Es necesario adaptarse a los cambios que cada una de estas etapas implica.

Volver a enamorarse

Juan y María han pasado por cada una de las etapas anteriores no sin haber enfrentado muchos problemas; sin embargo, cada uno de ellos les dio la oportunidad de replantear su relación. Algunas situaciones difíciles los llevaron a redescubrir o a encontrar nuevas cualidades en el otro, que los hicieron volver a enamorarse como al principio de su relación, pero ahora con la madurez y el conocimiento del otro que los años de convivencia les han dado.

En esta época es muy difícil lograr una estabilidad en el matrimonio, pero no es imposible si las parejas están dispuestas a comprometerse. A través de los años ese amor que los unió puede crecer; tal vez sólo sea cuestión de estar dispuesto a dar más de uno mismo.

Referencias

Blog:

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http://marisolgomezg.wordpress.com/2013/09/14/estas-con-la-pareja-adecuada/

Victoria Cardoso, “Las seis etapas de la pareja”, en:

Las 6 etapas de la pareja: descubrí en cuál estás

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Myrna del Carmen Flores

Myrna del Carmen Flores es maestra de inglés y madre de dos jóvenes. Puedes contactarla en