Este hábito hará que tu vida cambie para siempre

Pequeñas acciones ejecutadas con disciplina te llevarán al éxito si implementas está técnica a tu vida diaria.

Erika Otero Romero

Todos hemos tenido días donde no queremos hacer nada, las fuerzas corporales son escasas y el ánimo no es el mejor. Esta situación a veces puede que la usemos como excusa para pasar un día sin hacer nada, pero el peligro es que puede convertirse en un hábito si no le ponemos solución.

Por fortuna, la clave para solucionar esos deseos de “no hacer nada” es remediada si cambiamos la perspectiva con la que asumimos las cosas que pasan en nuestra vida.

La página vix aconseja que para cambiar la perspectiva del desgano, el cambio se debe hacer desde el mismo inicio del día y se logra con un “pequeño acto de disciplina”. Esto nos lleva a sentirnos más motivados y entusiastas durante todo lo que reste de día, por supuesto esto es extensivo al resto de la vida.

¿En qué consiste?

En plantearse pequeñas victorias, estas se conocen como “acciones dominó”, según lo propuesto, esas acciones dominó hacen que las personas tengamos una nueva percepción del día a día.

¿De qué se tratan las acciones dominó?

Seguro has jugado con las fichas del conocido juego de mesa dominó colocándolas en fila para luego hacerlas caer; pues bien, las acciones dominó son actos que empiezan a ejecutarse desde temprano en la mañana y que DESENCADENAN más acciones consecutivas.

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Lo que se espera es que esa primera acción genere un impacto positivo o productivo -según sea el caso- que a lo largo del día provoquen (como en una suerte de causa y efecto) una serie de acciones de la misma índole.

¿De dónde surgió la teoría de las acciones dominó?

En el año 2014 el almirante William H. McRaven, en un poderoso discurso dado a los graduados de la Universidad de Texas, les enseño el poder de las acciones dominó (o acciones en cadena).

Palabras más o menos les dijo que cada mañana el entrenamiento básico de los SEAL, que era llevado a cabo por veteranos de la guerra de Vietnam, consistía en “inspeccionar” cómo estaba hecha la cama: si el joven en entrenamiento había hecho bien su trabajo de arreglar la cama, esta debería tener “las esquinas cuadradas, además las coberturas tiradas a la derecha, la almohada centrada justo debajo del cabecero y la manta extra doblada ordenadamente al pie de la rejilla”.

Por simple y ridícula que pareciera esa tarea para futuros soldados (mar, aire y tierra) SEAL, era la primera actividad del día que debía estar bien realizada y esta les daría el sentido de una pequeña victoria que sería la que desencadenaría otra serie de tareas (victorias) que al final del día les haría ver que habían sido capaces de hacer muchas cosas de manera completa.

Una de las frases que en lo personal me han impactado de ese discurso otorgado por el almirante William H. McRaven es que “hacer tu cama también reforzará el hecho de que las pequeñas cosas de la vida importan“.

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Pero algo más impactante es que si no eres capaz de hacer una pequeña tarea, las cosas más grandes te serán mucho más difíciles Si no puedes hacer bien las pequeñas cosas, nunca harás bien las cosas grandes.

Algo que debería ayudarte a reponerte anímicamente es que si por alguna situación inesperada has tenido un día terrible, llegar a tu casa y encontrar que tu cama está bien hecha, que TU HICISTE, te dará las fuerzas para que el día siguiente sea mejor.

Desde luego que el secreto de esas acciones por mínimas que sean está en el actuar con disciplina. Según la página habitualmente, ser disciplinado te llevará a conseguir todas tus metas, por difíciles que parezcan.

Incorporando las acciones dominó a tu vida cotidiana

Si la estricta disciplina de los SEALS les ayuda a tener coraje para enfrentar el día a día, seguro que esa misma técnica podría ayudarnos a tener un día mucho más próspero y de calidad.

El truco está en encontrar esa actividad que te impulse a tener un día productivo y te dé el empujón que requieres para comenzar con buen ánimo.

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Has una lista de las actividades que para ti representen ese algo que te empuje a activarte, estas deben ser 3 tareas simples que en ejecutarlas no tardes más de 5 minutos en cada una de ellas.

Ejemplo de esas actividades de orden cotidiano que te refieran algo de disciplina pueden ser: hacer la cama, bañarte y caminar hasta el gimnasio o la tienda.

Aunque parezca algo absurdo, llevar a cabo esas acciones en un orden que tu establezcas desde el principio, te “programan” para que tus días sean mucho más productivos, más organizados y desde luego te sentirás mejor contigo misma por cada labor desempeñada con éxito y terminada a base de disciplina.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.