Huevitos de Pascua: la magia no está en lo que ves, sino en creer

Creer en la magia hace de la infancia el mejor momento de nuestra vida. Mantenerla se ha vuelto cada día más difícil. Huevitos de Pascua: la magia no está en lo que ves, sino en creer.

Diana Brante Morales

Llega el domingo de Pascua de resurrección y los niños se levantan ansiosos a buscar entre sus juguetes, los zapatos, la ropa, recorriendo y dando vuelta cada rincón de la casa, los tan preciados huevitos de chocolate. Huevitos de Pascua: la magia no está en lo que ves, sino en creer.

Gabriel tiene 8 años, pero ya no se entusiasma con facilidad, porque sus compañeros del colegio ya no creen en la magia, no creen en el hada de los dientes, en san Nicolás y mucho menos en un conejo que sea capaz de dejar huevos de chocolate. Por ello, cada año nos las ingeniamos para que no pierda su inocencia, para que siga creyendo y disfrutando de la emoción de sentir que “todo puede pasar”.

La mejor parte de ser niño es saber que llega ese día especial en que solo cerrando los ojos descubres un mundo lleno de fantasía, que te permite soñar despierto. No importa la edad que tengas, siempre puedes sentir la magia en el aire. Como familia tenemos todo un ritual para hacer de la Semana Santa lo más entretenida y mágica posible. Te lo comparto:

Canastas para los huevitos

Elegimos dos opciones, una para niño y otra para niña. Nos sentamos a la mesa, donde los adultos nos dedicamos a armarlas y los niños a decorarlas. Te sorprenderá lo creativos que pueden ser los niños cuando se trata de transformar un pedazo de cartón en algo atractivo para un conejo.

Trampas de conejo

Sí o sí debes colocar las trampas junto con tus hijos, pues es la parte esencial de esta tarea. Espolvorea un poco de polvo de talco en la entrada de la casa y de las piezas de los niños, con eso, el conejo no podrá evitar pisarlo y dejar sus huellas por todas partes. Puedes recortar una esponja de cocina para marcar las huellas en el piso.

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Otra trampa infaltable es dejar llaves o alguna campanilla cerca de los zapatos para que cuando se acerque el conejo las haga sonar. Esto es un poco más complicado, pero con un hilo blanco o negro (dependiendo del color del piso), que suele pasar desapercibido, es posible hacerlo.

Dormir para recibirlo

Nuestra misión es hacerlos dormir, prepararlos para que la mañana sea el momento perfecto para la búsqueda del tesoro; que recuerden que el conejito, así como los otros seres mágicos, no se pueden dejar ver por miedo a ser atrapados. Un cuento, una canción o un baño relajante son ideas perfectas para que descansen profundamente.

Escondite de huevitos

No necesitas llenar la casa de huevitos de chocolate, pero sí dejar algunos en lugares específicos: debajo de la almohada, dentro de las pantuflas o los zapatos que deje tu hijo a mano para levantarse, en la boca de algún peluche y al lado de las huellas.

Tenemos todo ya preparado, ahora recuerda que debes dejar el escondite listo la noche anterior, ya que en días como estos los niños suelen levantarse en cuanto comienza a amanecer, y mucho antes de que nosotros siquiera pensemos en abrir los ojos. Prepara la cámara y déjate sorprender por el brillo de sus ojos. ¡1, 2, 3, y a buscar!

Porque la magia no está en lo que ves, está en creer

El punto de vista del autor no necesariamente representa la opinión editorial

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Diana Brante Morales

Me gusta comenzar cada día como un nuevo día, darme la oportunidad de ser feliz y sonreír por las cosas básicas. Dar sin esperar nada a cambio. Siempre sorprenderme.