¿Inquieta porque tu hijo juega con muñecas?

¿Temes por los gustos de tus hijos? Te invito a leer este artículo y esclarecer tus dudas al respecto.

Erika Otero Romero

Muchos padres llegan a consulta con muchas incertidumbres acerca de la inclinación sexual de sus hijos. Los temores a veces surgen ya sea porque han visto a sus niños jugar “cosas de niñas” o porque juegan mucho con sus hermanas a las muñecas. Por supuesto, el hecho de que tu hijo juegue con muñecas o guste de vestir con un color “femenino” no determina la inclinación sexual de tu pequeño.

Hace tiempo el color rosa era considerado “masculino”, al contrario de ahora; debes saber también que el color azul era un color “femenino”. Para explicarlo mejor compartiré contigo un dato curioso de la historia.

Si ves algunos cuadros de tiempos donde los reyes y sus familias solían ser pintados por los más prestigiosos pintores de la época, es probable que veas a algún bebé vestido de rosa. Ese bebé, al contrario de lo que crees, no era la princesa, sino el príncipe heredero. En la antigüedad el color de los reyes era el rojo debido tanto a su simbolismo como al hecho de que el tinte de este color era muy costoso y dicho lujo solo podían otorgárselo los privilegiados dueños de las coronas. El color rosa, por tanto, era considerado algo así como un “rojo de baja proporción” que igualaba al varón destinado a ser el futuro rey.

Con el color azul la situación era la siguiente: era el color con el que se identificaba a la Virgen María, debido a que —según los conocedores— estaba vinculado a algo tan puro y benigno como el cielo. Sea como sea, el azul terminó siendo símbolo indudable de pureza virginal, algo típicamente femenino en tiempos no tan lejanos. El cambio respecto a los colores que usaban tanto hombres como mujeres vino a suceder en tiempos de la primera guerra mundial y fue el resultado de mera estrategia de batalla.

Como puedes ver, si como padre o madre haces caso de las determinaciones culturales o sociales que tienden a dictar con qué y cómo deberían jugar o vestir tus hijos, puede que te estés equivocando. Debes saber que la maldad como tal vive en los prejuicios; éstos surgen por años de procesos sociales equívocos que tratan de decirles a las personas cómo y de qué manera deben vivir.

Advertisement

Te puede interesar leer: ¿Deseas hijos más felices? Edúcalos en la equidad.

Hay varios puntos a favor de que tus hijos varones gusten de jugar con muñecas y niñas, y las explicaré a continuación.

1. Le ayudará a desarrollar su imaginación

No tiene nada de malo y, si le proporcionas una buena variedad de juguetes y observas la manera cómo se desarrolla el juego, notarás que no hay nada de qué aterrarse, pues en sus juegos incluirá carros, dragones y cuantas cosas se le ocurran para divertirse. En últimas, para eso son los juguetes, ¿no es así?

.

2. Le incentivará a ser un buen padre

Al jugar con niñas aprenderá a saber cómo tratarlas y cómo debe ser tratado; solo debes cuidar que las niñas no se aprovechen mucho de tu niño. Poco a poco irás notando juegos inocentes como “el papá y la mamá”, lo que le dará algunas pequeñas bases de lo que es ser padre y esposo, aunque sea “de a mentiritas”

Advertisement

3. Le dará valores para respetar al género femenino

Que juegue con niñas y muñecas, puede ayudarle a darse cuenta que él es diferente, tanto en mente como en cuerpo. Empezará a saber que él es un poco más fuerte y rudo —físicamente hablando— que las niñas y, por lo tanto, debe ser cuidadoso en el trato. Pero también que debe respetarse a sí mismo y darse el lugar que le corresponde; de esa manera sus relaciones a futuro con el sexo opuesto no le serán tan tormentosas.

Dale tiempo al tiempo; a lo largo de éste te darás cuenta que tu niño no solo gusta de las muñecas sino de los juegos típicos de los varones. Deja que juegue con lo que quiera y así desarrollará una mente abierta y disponible para aceptar a los demás con cualidades y desaciertos.

Toma un momento para compartir ...

Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.