La primera causa de divorcio pudiera no ser la que tú crees

Hay un problema que está causando que muchos matrimonios se separen. Este artículo explica cual es y recomienda cinco formas para prevenirlo.

Kevin A Thompson

“Nota del editor: Este artículo se publicó originalmente en El blog de Kevin A. Thompson’s. Fue publicado nuevamente aquí con su permiso.

Estoy convencido que la primera causa de divorcio no es el adulterio, ni los problemas financieros ni las diferencias irreconciliables. Con frecuencia, esos son solo síntomas de un problema más profundo.

Aunque estos problemas pudieran ser reales, considero que hay un asunto de mayor importancia.

La causa más común cuando veo parejas que están luchando en su matrimonio es la falta de inversión intencional en su matrimonio.

Aunque se puede debatir lo que vino primero —Se perdió el interés de manera que se murió la intención, o se perdió la intención y por eso se murió el interés— de cualquier manera hay una idea clave:

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Podemos influir en nuestros sentimientos invirtiendo de manera consiente en nuestro matrimonio.

Como he escrito antes, nuestros sentimientos crecen con frecuencia como resultado de nuestra inversión. Siempre que invertimos nuestro tiempo, dinero y energía también terminamos recibiendo pasión, interés y cariño.

Reflexiona en lo que esto implica para un matrimonio: por lo general tienes sentimientos hacia tu cónyuge en la medida que inviertes en él o ella.

Tus sentimientos tienen más relación con el esfuerzo que pones en tu matrimonio que con los sentimientos en sí.

Obviamente hay excepciones. Algunas personas han tomado decisiones equivocadas al escoger su pareja o la pareja se ha convertido en alguien que toma malas decisiones, pero la mayoría de las veces, amamos a nuestro cónyuge hasta el punto en que invertimos en él o ella.

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Considera lo que esto significa: Si tus sentimientos se están desvaneciendo, pueden recuperarse. Con algo de esfuerzo, voluntad y energía, el amor puede crecer. Cada semana interactúo con matrimonios que sufren. A menudo soy como una enfermera que observa a una pareja, toma una determinación inicial acerca de la severidad de su enfermedad, y los dirige con el especialista correcto, de manera que el especialista pueda auxiliarlos con su problema. Cuando la pareja termina la primera consulta, casi siempre les doy una tarea: camino a casa rememoren la historia de su primera cita, como se enamoraron, que fue lo que les atrajo el uno del otro, que es lo que le gusta más a uno del otro y cuáles son sus sueños de un futuro juntos.

Esta tarea tiene el propósito de desenterrar sentimientos y recuerdos olvidados por mucho tiempo. Con tan solo contar la historia una vez más, una pareja tiene más probabilidad de enamorarse de su pareja.

Con un poco de empeño, nuestras emociones pueden cambiar de forma drástica.

Aquí presento cinco cosas que podemos hacer cada día que nos reconectarán con nuestro cónyuge:

1. Ora por los detalles del día de tu cónyuge

Esto no solo te recordará la labor de Dios en tu vida, requerirá también que conozcas los detalles del día de tu pareja y te hará preguntarte cómo le fue.

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2. Siempre salúdense o despídanse de beso

Esta es una conexión física que sirve como recordatorio de la unión entre un esposo y una esposa. Hazlo un hábito de forma tal que aunque ya lo besaste y saliste, regreses para besarlo de nuevo.

3. Llámalo, envíen mensajes o correos electrónicos al menos una vez al día para estar en contacto.

Pueden hablar de la manera en que va su día. Pueden discutir lo que necesitan para la tarde y asegurarse que tienen los mismos planes para la noche.

4. Mantengan una conversación ininterrumpida de al menos cinco minutos

Ya sea la primera cosa en la mañana o la última en la noche, las parejas necesitan conversar. Apaga la televisión, aléjate del teléfono y hablen. Es un poco más difícil con niños pequeños, pero encuentra la manera de hacerlo. Después de todo, si estuvieras teniendo una aventura, encontrarías la manera de comprometerte con esa aventura sin importar que tan ocupado estuvieras, así que dedica tiempo para tu pareja.

5. Abrácense por lo menos 30 segundos

Antes de salir al trabajo, después de llegar a casa, o cuando se acuesten, dense un gran abrazo que le recuerde a su cuerpo, a su alma, y a su mente la profunda conexión que existe con este otro ser. Algunos estudios muestran que los abrazos reducen la presión sanguínea, pero a la vez te conectan con la persona que abrazas. El contacto físico tiene que ser mucho más que sexo. Al abrazarse de una manera sincera todos los días, cada uno se sentirá más valorado y amado.

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Si tu matrimonio requiere algo, ese algo es voluntad. El matrimonio prosperará hasta el punto en que ambos cónyuges tengan el propósito de mantener un matrimonio saludable. La apatía socava un matrimonio, pero la intención dará como resultado un crecimiento continuo.”

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