Lo que una cirugía puede hacer por una persona. Ella moría por hacerse una y el resultado le cambio la vida

Ella sufrió toda su vida por su nariz, pero su existencia dio un gran cambio y ahora es por completo feliz, su antes y después es IMPRESIONANTE.

Erika Otero Romero

Todo el mundo suele decir que la belleza que importa es la que se lleva por dentro, y estoy de acuerdo; sin embargo, a menudo una ayudadita para que lo externo se vea tan bien y sea el reflejo de la persona que se es en el interior, no cae nada mal. Todo lo contrario, viene muy bien.

La verdad es que yo me acomplejo por mi nariz, y no es que sea grande ni muy ancha, es que sólo si pudiera hacer que las venitas que tengo desaparecieran sería más feliz; de modo que si me preguntaran, en caso de que ganara un concurso en el premio sería que me operaran gratis, yo aceptaría, sin duda lo haría.

La historia de Cinthia

La red social upsocl expuso la historia de Cinthia Stanley, una mujer estadounidense que a sus 48 años reconoció haber vivido toda su vida acomplejada por su nariz.

Cinthia siempre se sintió “fea” por su nariz, y es que de pequeña los niños eran muy crueles y no hacían más que ponerle apodos como “pinocho” o “pista de esquí”. En una ocasión, John, su esposo, le preguntó qué haría si llegara a ganarse la lotería; ella, ni tarda ni perezosa, le respondió que se operaría la nariz.

Para su sorpresa, días después recibió una carta que confirmaba su participación en el programa televisivo “The Doctors”. Su marido dijo que al principio él estaba perplejo, para él la nariz de su esposa no era problema, pero sabía de sobra que a ella le molestaba mucho y que a lo largo de su vida había batallado con esa parte de su cuerpo.

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Para su familia ella era hermosa tal como era; sin embargo, decidieron apoyarla para que, a través del programa de televisión, lograra su objetivo: “ser hermosa”.

Su antes y después

Así fue como, gracias a ese programa, ella recibió un cambio total de look: la sometieron a una rinoplastia, cirugía dental, aumento de busto, inyección de bótox y extensiones de cabello. Cuando Cynthia se miró al espejo después de esas intervenciones, rompió en llanto.

Ahora, su esposo reconoce que Cinthia se tiene más confianza y es feliz, así que él también está contento. Y concluye diciendo: “Para mí, ella siempre va a ser la mujer con la que me casé. Nada cambió para mí. Es la misma”.

Las cirugías estéticas y sus implicaciones

Bonita historia, ¿no es así? Sin embargo, las cirugías estéticas tienen serias implicaciones psicológicas que deben de ser tratadas antes de que la persona decida hacer cambios en su apariencia.

Si bien muchas cirugías ayudan a personas como Cinthia a tener más amor por sí misma, en muchos otros casos los deseos de cambiar algo de sí con lo que la persona no se siente conforme, tiene que ver más con problemas de tipo mental, y algunos de éstos son:

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La dismorfofobia, conocida también como trastorno dismórfico corporal o síndrome de distorsión de la imagen, que consiste en una preocupación exagerada de la persona por un defecto físico que sólo existe en su imaginación, o bien le da una valoración desproporcionada a posibles “defectos” físicos que pudiera tener. Esto la hace verse como deforme o monstruosa cuando en realidad no lo es.

Otra razón que también lleva a muchas personas a someterse a operaciones estéticas es la aceptación social, y es que no pueden lidiar con la constante crítica y el asedio de los medios que “venden” una idea de perfección por completo irreal; esto podría resumirse en pocas palabras: inseguridad y pobre amor por su propio ser.

Y retomando esto último está la baja autoestima, que es el reflejo de un pobre amor propio porque se basa en factores externos de forma exclusiva; esto conduce a una mala autoestima. En este caso la persona debe empezar a ser tratada antes de que decida someterse a una intervención quirúrgica, ya que no valdrá la cantidad de cambios externos si el principal, el de la aceptación por quien uno es, no se ha dado.

Todos tenemos cosillas que no son de nuestro total agrado, nada de malo tiene hacerse un cambio cuando éste lo amerita, pero mucho antes de tomar una decisión radical que modifique tu modo de verte, revisa si realmente lo necesitas.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.