Los 4 peores hábitos que les podemos enseñar a nuestros hijos

¿Qué es lo que ven nuestros hijos cuando nos están mirando? ¿Estamos inculcando buenos hábitos con nuestros ejemplos? Te invito a reflexionar.

Camila Ignacia Gómez González

Hace algún tiempo leí: “Lo que aprendí de ti mientras no me estabas mirando”, donde se relataban diferentes situaciones en las que los niños observan nuestras actitudes y luego las imitan como una acción totalmente natural dentro de su rutina. Y cómo nosotros, los adultos, sin notarlo podemos ser un modelo a seguir para ellos en cuanto a hábitos, reacciones, contención y otros tantos aspectos de la vida cotidiana.

Ante este panorama, me detuve a pensar sobre cuáles son las acciones que ningún niño debería aprender de sus padres. Descubrí varias, de las que te describo cuatro a continuación:

1. Procrastinación

Todos hemos pensado alguna vez: “Mejor lo hago mañana” o “No es tan urgente como parece”. Pero no sólo lo pensamos, sino que lo llevamos a la acción, o a la inacción. Y con esto, sin darnos cuenta, les decimos a nuestros hijos, mientras ellos nos observan en silencio, que en realidad la planificación de los quehaceres y las responsabilidades no es un tema urgente como a primera vista pareciera.

Sin embargo, este proceder, a largo plazo, les jugará en su contra, pues no siempre estaremos con ellos a la hora de planificar la semana y los tiempos que deban manejar. Por esta razón, incentiva a que se hagan los deberes hoy, para que mañana no tengas que correr para poder cumplir, ni ellos tengan que lamentarse por no haber recibido un ejemplo a seguir.

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2. Falta de higiene

No son pocas las veces que vamos por la calle y vemos a personas que han salido de su casa sin siquiera lavarse la cara -y es que no se necesita ser adivino para saberlo, pues se nota la falta de higiene personal.

Quizá está de más subrayar que todo niño tiene que saber que debe andar aseado, pero lo subrayo. Pero también necesita de adultos que, con su ejemplo y dedicación, le muestren cómo hacerlo. Tengamos presente que la costumbre hace hábito.

3. Mala alimentación

En tiempos en que pareciera que los minutos valen oro para organizarse entre la casa y el trabajo, es indispensable hacer un alto para dedicarle unos minutos extras a la cocina. Si desde pequeños los niños ven que, como primera alternativa, siempre tienen a su disposición comida saludable, entonces no dudarán en tomarla.

No está mal que de vez en cuando, como familia, se den uno que otro gusto de comida no tan saludable, pero siempre prioricen opciones ligadas a una dieta balanceada. Con esto no solo le dirás adiós a los altos índices de obesidad, sino también a un sinnúmero de enfermedades y, al mismo tiempo, combatirás la baja autoestima que este mal ocasiona.

4. Impuntualidad

Las normas sociales bajo las cuales vivimos a diario nos recuerdan que siempre, antes de salir de casa, debemos planificar cualquier evento que pueda retrasarnos. Pero, al parecer, muchos parecen ignorar esta norma y han desarrollado la mala costumbre de llegar tarde a todos sus compromisos. Y aunque no lo queramos, nuestros niños asumen que llegar tarde es lo común y que faltarle el respeto a quien nos está esperando, también.

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Haz un autoanálisis al respecto de estas actitudes, pues de una cosa estoy segura: el listado de los malos hábitos que inculcamos sin querer puede ser mucho más largo si nos detenemos a pensar un par de minutos sobre qué hacemos mientras nuestros hijos sólo nos están mirando. Prueba, y verás.

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Camila Ignacia Gómez González

Camila, es Relacionadora Pública, con orientación en Marketing, actualmente reside en Villa Alemana, Chile. Es esposa y madre, y ama escribir para ayudar a fortalecer los lazos familiares.