Manu Ginobili dijo en una foto que recorre el mundo: “Por fortuna no sale lo que estaba debajo de la cama”
La reciente publicación del jugador de básquet de las selección olímpica argentina está acaparando la atención en las redes.
Mariel Reimann
Las olimpiadas ya terminaron pero algunos de sus atletas aún siguen llamándonos la atención con sus comentarios. La reciente publicación del jugador de básquet de las selección olímpica argentina, Manu Ginobili, está dejando que hablar.
“Por fortuna no sale lo que estaba debajo de la cama”
Es el encabezado de una publicación en el blogque el escolta del equipo de basquetbol de Argentina. La foto lo muestra a él y a su compañero de equipo Andrés Nocioni, advirtiéndole a los lectores que si lo que se ve es malo, ni si imaginan lo que no se ve.
A modo de lista enumerada por las letras del abecedario, el atleta describe uno a uno los elementos que gritan el desorden que reinaba en la habitación de la villa olímpica que compartió con Nocioni.
Celulares, perfume (por que como él lo pone, aunque el desorden reine, es bueno que huela bien), los “lentes de Andrés haciendo equilibrio sobre una pera y una banana”, OFF para los mosquitos, la credencial olímpica (que en apariencias era uno de sus bienes más preciados), una camiseta de Racing (un club deportivo de Argentina), una sola zapatilla, bolsa con suvenires para los hijos de ambos atletas, y mucho más.
Pero lo más tierno de esta publicación es para la mamá de Ginobili:
“Disculpame mamá por el desorden. Sé que hiciste un gran trabajo educándome y hablándome sobre la importancia del orden. Esto fue un lapsus y no se volverá a repetir”.
Sin importar la fama, el dinero o el éxito, el trabajo de las madres queda gravado a fuego en la mente de los hijos. Si bien no todos los hijos son agradecidos, pero creo que todos aquellos que tuvieron la dicha de crecer con una madre, pueden valorar lo que estas hermosas mujeres hicieron y sacrificaron al criarlos.
¿Cuáles son las cosas que los hijos nunca olvidan?
La co-autora de una investigación acerca cuáles son los recuerdos que los niños almacenan en sus memorias desde muy pequeños, explica en un artículo publicado en Scholastic sus conclusiones.
El estudio fue realizado en el Early Childhood Education Center en la Universidad de Vermont. El proyecto consistió en el trabajo que estos profesionales realizaron mientras instruyeron a un grupo de estudiantes que crearan una historia visual (con dibujos y fotos) de qué era lo que para ellos había sido lo más importante antes de dejar el jardín de infantes. El objetivo era lograr saber qué era lo más valioso guardado bajo siete llaves en los recuerdos de los pequeños.
“Luego de cientos de fotos y ochenta y ocho dibujos, notamos ciertos temas en común entre sus recuerdos”, explica.
Estas son las 8 cosas que más recuerdan los niños:
Cuando mamá los deja en la escuela, su ambiente natural (su hogar, lo que los rodea), los juegos, las veces que sienten que sobresalen en algo, las personas que les agradan (sus primeros amigos), sus hermanos más pequeños, el ser parte de un grupo y los lugares a los que fueron.
De todas estas ocho cosas, lo más constante siempre fue la presencia de sus madres.
Aunque parezca que no estamos aportando mucho, estamos cambiando al mundo, un niño a la vez
Así como la madre de Ginobili cuando él era pequeño tal vez nunca imaginó que él sería famoso y exitoso, así como padres debemos esperarnos en enseñarles todo lo que más podamos a nuestros pequeños, por que de ellos es el futuro y de nosotros depende que sea mejor que el nuestro.
Terminemos con algo que nos robe una buena carcajada
“Ninguna cucaracha fue maltratada o herida en el transcurso de estas dos semanas. De hecho, creemos haber contribuido a su bienestar”, así termina su publicación Manu Ginobili.
No sabemos si el cuidado de los insectos también lo heredó de su madre, pero sabemos que había cucarachas, que no fueron muy ordenaditos, y que es mejor que no nos enteremos de qué es lo que había debajo de sus camas.
Mariel Reimann
Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.
