Mi familia entera está estresada: ¿cómo salimos de esta?

La familia es tu más valioso tesoro, no la destruyas por momentos pasajeros de estrés.

Erika Patricia Otero

Cuando hablamos de estrés, pensamos de inmediato en personas al borde del estado de nervios. Sí, eso es verdad, pero el estrés también puede enfermar a un grupo de personas, especialmente a las familias.

Los eventos que pueden afectar a una familia son diversos. Pueden ser desde problemas económicos, enfermedad, discusiones triviales, una mudanza; incluso la llegada de un nuevo hijo. Es decir, cada cosa que altere la estabilidad de la familia, ya sea para bien o para mal, va a generar estrés.

¿Cómo se manifiesta el estrés familiar?

Seguramente, con los síntomas que describiré a continuación te vas a sentir muy identificado/a.

1 Las discusiones van en aumento

Una familia que está bajo estrés va a reaccionar de forma agresiva entre sus miembros. Las discusiones pueden ser provocadas por cualquier mínimo motivo.

Lo que ocurre es que es tal la presión emocional que esta necesita salir de alguna manera, y el resultado son discusiones sin sentido que van deteriorando las relaciones familiares.

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Una buena manera de limar asperezas y evitar que comiencen a gritarse de la nada es hablar claro y de frente sobre lo que les molesta. Los problemas resueltos a tiempo evitan distanciamientos.

2 Los miembros duermen menos

Personalmente, me ha ocurrido. Tener problemas es igual a pensar día y noche en lo que te atormenta.

Cuando los problemas son generalizados, los testigos de los conflictos no podrán dormir una noche completa. El resultado es estar más cansado e irritable.

Una buena solución para disminuir la influencia de los problemas en nuestra necesidad de descansar es meditar. Puede ser que el cúmulo de pensamientos impidan hacerlo, pero por lo menos te tranquilizará un poco.

3 Se evitan incluso hasta en las comidas

Supongamos que el problema es entre hermanos. Lo que va a pasar es que las partes en conflicto van a querer no verse las caras. La razón es obvia, verse les provoca deseos de seguir peleando por la más mínima cosa.

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Poco a poco, el problema va a ir en ascenso, lo que implicará a otros miembros y estos tomarán partido de un lado o del otro. Esto es contraproducente para toda familia, ya que van a irse distanciando y enemistando.

Por eso, es vital no permitir que los problemas entre las partes pasen días enteros sin ser aclarados. Entre más pronto resuelvan los problemas, más rápido se recuperará la paz en el hogar.

4 Enferman con más frecuencia

No es secreto que el estrés debilita el sistema inmune. Estando debilitados, cualquier enfermedad puede atacarnos y hacernos enfermar con más rapidez que si tuviésemos una vida tranquila.

Es por eso que es de vital importancia procurar aclarar los malos entendidos. Se requiere dejar fuera el orgullo, ser humilde, aceptar los errores y las responsabilidades.

5 Comienzan los problemas laborales

Así como a veces los problemas laborales son los causantes de estrés en la familia, también puede darse al contrario; que los problemas familiares intervengan en el trabajo.

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Es tan dañino llevar los problemas del trabajo al hogar como viceversa. Hay que aprender a dejar las dos situaciones aparte. La razón es que la tensión emocional puede llevarnos a desquitarnos con personas que nada tienen que ver con nuestros problemas.

Debes procurar aprovechar los momentos que no estás en casa para descansar de la tensión. No descuides tu empleo porque no necesitas tener más problemas.

6 Los niños se notan menos comunicativos

Los niños son muy receptivos a los problemas en casa aunque no tengan que ver con ellos. Ese ambiente tenso hace que los niños se hagan retraídos y comiencen a ir mal en la escuela.

Es normal que por periodos de tiempo hayan problemas, pero es justo y necesario que lleguen a resolverlos para no afectar a los hijos; ellos merecen una vida feliz.

7 Siempre están “contrarreloj”

Los problemas pueden llevar a sentirnos tentados a correr en todas direcciones. La razón es que sientes tanta presión por los problemas, que quieres ir sacándote pequeñas obligaciones de encima para no tener que lidiar con ellas.

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Trata de relajar un poco la situación. La razón es que no merece la pena aplazar responsabilidades, tampoco la merece el hecho de cargarse de estrés extra.

Dale a cada situación y evento su tiempo. Es necesario que así sea para que haya calma y se lleven a cabo bien esas tareas.

Formas de resolver conflictos

Dejar avanzar los problemas al punto de que se dejen de hablar por meses, no es sano para ninguna familia. Es por ello que lo que deben procurar es resolver los malos entendidos tan pronto como estos se manifiesten.

Otra cosa que pueden hacer es distribuirse las responsabilidades del hogar, esto liberará las cargas de muchos de ustedes.

Procuren salir de casa como familia. Busquen relajarse y pasar tiempo de calidad juntos. No se reprochen las dificultades, antes bien hablen claro de lo que les molesta. “Irse por las ramas” para evitar enfrentamientos, lo que hace es agrandar los problemas pequeños.

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Procuren ser asertivos al momento de hablar de lo que les molesta. Si notan que alguien empieza a perder el control, de manera consciente eviten gritar. Tomar distancia y esperar a estar tranquilos para hablar de lo que les incomoda es la mejor opción; la más sana.

Si esta es tu situación, deseo que puedan resolver sus problemas pronto y volver a una vida familiar plena.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.