¿No te animas a terminar con tu novio? 5 razones válidas por las que deberías atreverte a dar este paso

Tomar la decisión de terminar una relación es difícil; sin embargo, si tu relación está pasando por uno de estos destinos, lo mejor es que reconsideres si seguir adelante o no.

Erika Otero Romero

Aunque no todas las parejas que se establecen en una relación tienen la promesa de permanecer juntos “para toda la vida”, muchas sí emprenden la aventura del amor teniendo en la mira esta meta. Pero seamos honestas: es muy complicado saber si una relación que inicias va a lograr pasar todos los niveles hasta llegar al punto final: el matrimonio.

Antes de contemplar esa meta, sin embargo, se debe ser consciente de que a lo largo del camino van a darse situaciones que van a ofrecer razones de peso para terminar la relación afectiva, y a continuación encontrarás algunas de ésas:

1. Ya no hay amor

Puede parecer lógico que ya no desees estar con alguien a quien ya no amas. Sin embargo, hay quienes siguen involucrados en una relación aunque ya no haya ningún afecto por la otra persona. Eso quizás se deba a que no se atreve a reconocerlo, tal vez se siente en una “deuda de afecto o agradecimiento” o aún le tiene cariño, pero de lo que sí hay certeza es de que el amor se extinguió hace un tiempo.

Para saber si te está pasando a ti sólo ponte alerta: si te molesta cuando te dice algo y sientes que todo lo que dice no tiene valor para ti, quieres pasar más tiempo con amigos que con él, tu tiempo con esa persona se hace eterno pero no de buena manera y si no te preocupa lo que le pase y no es la primera persona a quien recurres para contarle tus cosas, bueno, éstas son suficientes razones para darte cuenta de que, aunque suene a canción, ya murió el amor.

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2. No ha cumplido con las expectativas

Si al conocerlo tuviste la impresión de que era tierno, divertido y generoso pero después de un tiempo te has dado cuenta de que tu impresión era errada y añoras esa imagen mental que te habías formado de él, pues no esperes que cambie.

Con total seguridad no se va a convertir en la persona que quieres que sea, y tampoco es su obligación. Si no has podido enamorarte de quien es él por sí mismo, no inventes excusas ni esperes que cambie y mucho menos se lo reproches, porque no es culpable de tus falsas expectativas. En lugar de empezar a convertirse en enemigos tienes dos opciones: empiezas a ver lo bueno que tiene para ofrecerte como persona o se alejan y cada uno por su camino busca ser feliz.

3. No van para “el mismo lado”

Si algo determina el éxito de una pareja es que tengan objetivos en común y gustos similares o que se compaginen. Obvio que cada cual también debe tener sus propias metas, creencias, principios y valores; pero si como pareja ambos tiran para lados diferentes sin que logren llegar a ningún acuerdo, entonces ¿qué hacen perdiendo el tiempo?

Los principios y valores son importantes, y es justo saber manejarse de manera equilibrada con ellos. Algo similar ocurre con las metas: si cualquiera de ellas no cuadra en el plan de ambos, si no logran ceder espacio ni logran acoplar las de pareja con las personales, entonces o se replantean la relación o lo mejor es decir “adiós”

4. Das más de lo que recibes

Si eres una de esas mujeres que se esfuerza por hacer las cosas que le gustan, sacrificas cosas de tu vida que de veras amabas en pos de la relación (como salir de compras con tus amigas), adaptas tu vida a la de él y esperas que de manera recíproca corresponda, pero no pasa nada y en su lugar cambia como veleta a favor del viento: un día quiere estar contigo por “siempre jamás”, pero al otro te reclama porque lo estás asfixiando y ese tipo de detalles, pues déjame decirte que lo mejor es que vayas reconsiderando ir por caminos aparte.

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5. Lo “malo” pesa más que lo “bueno”

Si cada que se ven discuten, poco es el afecto que se profesan y su relación se ha convertido en una suerte de montaña rusa donde un momento están de mil amores pero luego de un rato se quieren poner los platos en la cabeza porque ya no les gusta cómo se tratan, o se obligan a hacer cosas que no quieren y se la pasan criticándose con verdadera saña, pues aquí ya no hay amor, no lo hay por más que quieras estar a su lado, eso ya tiene tintes de relación tóxica y esto jamás termina bien.

No tomes lo anterior como algo negativo, la felicidad no depende de una pareja tal, siempre puedes nutrirte, aprender de lo que ha pasado y seguir adelante en la búsqueda del amor sin perder los ánimos.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.