Quiero a mi pareja, pero no estoy enamorado

El seguir enamorado es una decisión y el amar, un verbo, no una palabra pasiva.

Denhi Chaney

Parece que se trata de una epidemia. He perdido ya la cuenta de cuántas parejas, que no llevan mucho de casadas, se han presentado en mi consultorio con el mismo problema: “Amo a mi pareja, pero no estoy enamorado”, dicen. Luego elaboran una lista de las cosas que no les gustan de su pareja, y expresan un mar de dudas acerca de la relación que llevan, y por qué ya no pueden seguir con ese estilo de vida. Cabe decir que este “fenómeno” ocurre tanto en mujeres como en hombres, y el diálogo siempre es el mismo, el enigma de “no puedo vivir con mi pareja, pero tampoco sin ella”.

Al principio intentaba que hablaran de sus dudas, en procura de aclarar sus sentimientos, de disuadir que al casarse es normal sentir un cierto nivel de duda y nerviosismo; pero todo resultaba vano, porque no había progreso. Hasta que un día entendí que el problema residía en que hablábamos demasiado y actuábamos poco; es decir, había olvidado que “amar” es un verbo y no una palabra pasiva, un sustantivo. Mientras el enamorarte en un principio es, hasta cierto punto, fácil, el permanecer enamorado precisa de constancia, detalles y mucha paciencia. Mis pacientes tenían la actitud que este estado de enamoramiento debía de seguir, aunque se ignoraran como un regalo caído del cielo. Mas no es así, el seguir diciendo te amo en una relación estable puede llegar a ser más difícil por diferentes razones:

  • Percibes, de modo más fácil, las imperfecciones de tu pareja, tanto físicas como emocionales. La imagen de casi cualquier persona al despertarse por la mañana no es la más placentera, máxime cuando estamos acostumbrados al perfume y el maquillaje que se aplican con esmero durante el noviazgo.

  • No puedes esquivar aquellos días en los que alguno de los dos está de malas. No importa que casi no lo veas durante todo el día: el hecho es que comparten el mismo techo y, por ende, sus vidas. En un matrimonio no es posible escapar a los malos ratos del otro.

  • La rutina de mantener el hogar provee una forma de olvidarnos de los pequeños detalles que hacíamos en los días en que tan solo pensar en la persona amada provocaba incluso suspiros.

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Es por esto que tenemos que recordarnos que el amar implica acción; en especial, si nos cuesta más trabajo y quizá estemos de lo más ocupados. A continuación te presento tres ideas para conservar el enamoramiento mediante tus propias acciones y esfuerzos.

1. Hagan listas de cualidades

Ambos tomen papel y lápiz y escriban lo que su pareja hace para que se sientan amados; ya que, como bien he aprendido en mi vida profesional y personal, a veces demostramos amor de la forma en que nos sentimos amados, pero no como nuestra pareja lo experimenta, o lo necesita. Por ejemplo, a veces sucede que una persona se siente amada a través de aspectos más prácticos, como que le ayuden con los quehaceres del hogar, en tanto otra con acciones pequeñas tales como tomarse de las manos, abrazos, besos, etcétera. Hagan la lista (“Me siento amado cuando haces…”) y pónganla en un lugar visible, para que se acuerden de amar a su pareja ese día.

2. Sigan saliendo en citas

Es indispensable que sigan saliendo en citas, en especial las de cariz romántico, en las que se toman su tiempo para arreglarse y hacer algo especial. No se precisa de mucho dinero para arreglarse, tomar una colcha, ir a un parque y ver las estrellas mientras se toman de la mano.

3. Procura ver lo mejor en tu pareja

A veces nos sucede que cuando la vida es estresante resulta más sencillo concentrarnos en los errores y deficiencias de nuestra pareja. Recuerda que NADIE es perfecto, y que existen muchas razones por las cuales te casaste con esta persona, así que procura ver lo que sí hace bien en lugar de darte una lista mental de todas las cosas en las que falla.

Si sientes que el estar enamorado se está perdiendo en tu relación, ¡haz algo al respecto! Recuerda que el que quiere permanecer enamorado no espera a que el sentimiento venga por sí solo, lo busca, lo cuida y no lo deja ir, aprendiendo que cuanto más hace por su pareja más recibe, contribuyendo al enamoramiento mutuo y felicidad plena en el matrimonio.

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Denhi Chaney

Denhi Chaney es egresada de la Universidad de Brigham Young con maestría en Terapia de Matrimonio y Familiar. Denhi también es esposa y madre de un niño. Puedes contactarla en .