Sal a la calle y corre. Corre por tu vida

Si ya practicas un deporte o te gustaría comenzar a practicar alguno por cualquier razón, permíteme contarte lo que he descubierto en las carreras y tal vez pueda convencerte de que corras. Sal a la calle y corre. Corre por tu vida.

Emma E. Sánchez

Hace un par de años, mientras viajaba en automóvil con mi familia, miramos muy de cerca un maratón. De regreso a casa nos sorprendimos de que la avenida principal de la ciudad continuara cerrada, pues ya habían pasado casi cuatro horas; al parecer, el maratón no había acabado. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando vimos que un corredor seguía adelante, solo; era un hombre mayor, que iba a paso muy lento pero constante y sin perder el ritmo; la gente le gritaba y él agradecía los ánimos solo con la mirada.

La meta estaba a la vista, y fue tal la emoción que quienes íbamos en automóviles detuvimos la marcha y salimos de los vehículos para ver su llegada a la meta. ¡Fue un momento fantástico!: en los últimos metros el hombre apretó el paso y cruzó la meta con los brazos en alto y la ancha sonrisa de quien sabe que ha logrado su meta. La gente estaba emocionada profundamente y creo que muchos lloramos cuando toda su familia salió a su encuentro.

De vuelta al coche, recuerdo que imaginé lo que ese hombre sentiría al haber cruzado la meta o qué sentirían su esposa, sus hijos, sus nietos… Entonces, supe que yo quería experimentar esa misma emoción y así, un día tomé el valor y comencé a caminar y luego de unos meses, finalmente a correr. Desde aquel día hasta hoy ya he competido en algunas carreras, y he descubierto que estas son las cosas por las que amo correr:

Cuando corres no compites contra nadie, tú eres tu único rival

Puedes vencer a muchos, pero vencerte a ti misma, a tu flojera, a tu cansancio, a quienes no creen en ti, a tu cuerpo y a tu mente mismos, constituye un logro personal cuyo sabor no te abandonará y siempre te hará saber que todo lo que te propongas, en cualquier aspecto de tu vida, lo puedes lograr.

Sin importar tus circunstancias, tú también puedes correr

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Y éste, por cierto, es el único deporte donde los otros competidores te darán ánimos y te ayudarán a llegar a la meta. No importa tu técnica o tu estilo al correr, todos tus compañeros de carrera te animarán, te harán señales de apoyo a lo largo del camino, y lo mejor: sentirás placer en animar y apoyar a los que corren junto a ti, y mucho más a aquellos cuyo desafío es mucho mayor que el tuyo.

  • Al correr experimentas una gran sensación de solidaridad

  • Te vas a convertir en una mujer más fuerte y segura de ti misma

  • Vas a tener muchos buenos nuevos amigos, que te animarán a perseverar en tus logros, a comer mejor, a entrenar más, a inscribirte a todas las carreras, a irte a dormir temprano y a no claudicar.

  • Tu salud, condición física y belleza se incrementarán

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  • Al correr tendrás la oportunidad de convivir con personas especiales

Algunas de mis mejores experiencias en las carreras han ocurrido, por ejemplo, en la carrera “Rosa”, en la que compiten amigos, familiares y mujeres sobrevivientes del cáncer. Te sentirás profundamente bendecida cuando la mujer que corre a tu lado no tiene cabello porque está recibiendo sesiones de quimioterapia o junto a aquella que carece de un seno; no podrás contener las lágrimas de emoción al ver a madres y padres correr junto a sus hijos enfermos y llegar juntos a la meta.

El deporte y la vida

Si decides comenzar a correr pronto disfrutarás de muchas carreras divertidas como esas en las que puedes llevar a tu perro o usar algún disfraz de superhéroe (cierta vez, en una carrera me rebasó una anciana disfrazada de la Mujer Maravilla y solo pude sentirme feliz de poder correr detrás de mi heroína de la infancia). Verás correr a mujeres embarazadas como gacelas, otras con carriolas y ¡hasta gemelos en ellas! Disfrutarás ver también a los grandes atletas nacionales y extranjeros, esos que solo de ver el largo de su zancada te desafían a seguir intentándolo para luego decir a tus amigos: “Yo corrí junto a él o ella”, cada vez que lo veas en la televisión.

Vas a correr junto a ciegos, sordos, personas mayores, en sillas de ruedas y algunos carentes de alguna extremidad; te sentirás privilegiada de poder correr a su lado, humilde por correr delante de ellos e inspirada al correr tras sus huellas.

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Y seguramente, un día de estos tú y yo también correremos juntas y ¡será fabuloso!

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.