Sana tu pasado y tendrás un presente feliz

"En los ríos pasan ahogados todos los espejos del pasado". Ramón Gómez de la Serna.

Erika Patricia Otero

Nuestro presente está cimentado por cada una de las cosas que vivimos en el pasado. Sí, todo lo que estamos viviendo ahora está, de forma inevitable, unido a nuestro pasado.

Tanto las buenas como las malas experiencias y lo que nos enseñaron, son parte importante de nuestro presente .

Pero, ¿Te ha pasado que al recordar un evento doloroso de tu pasado, vuelves a sentir el dolor que experimentaste cuando viviste ese suceso? A muchos nos ocurre, y es que es inevitable que esto pase cuando las heridas no cicatrizaron del todo.

Por supuesto, hay quienes ante recuerdos dolorosos pueden vivir sin que estos les hagan daño; esto es porque saben eludirlos sin mayor problema.

Quienes aún sufren por su pasado deben saber que es importante sanar esas heridas. Es necesario, pues de otra manera existen muchas posibilidades que se queden estancadas.

Advertisement

¿Cómo sanar las heridas del pasado?

Es importante saber que cuando algo del pasado duele al punto de dejarnos inhabilitados, se trata de estrés postraumático.

El estrés postraumático consiste en una afección mental que se desarrolla tras sufrir un evento que genera un gran impacto en la psique. Sucesos como una violación, abandono, secuestros etc., pueden generar este malestar.

Para las personas que se encuentren más “dañadas” por su pasado, es necesario que busquen ayuda de un profesional. Sin embargo, quienes puedan manejar su vida a pesar de ese daño, acá dejo algunas recomendaciones que les pueden ayudar.

1 Perdón

Puede sonar muy trillado, pero los beneficios del perdón hacen magia en un alma herida.

Debes perdonarte por el daño que te hicieron. Suena extraño, pero muchas veces nos culpamos por lo que nos sucedió. Es como un pensamiento obsesivo que te “grita” que causaste el mal que te hicieron.

Advertisement

Debes saber que eres solo una víctima de la situación; sin embargo, no debes quedarte asumiendo ese papel.

Perdonarse a sí mismo puede ser difícil, pero cada vez que ese pensamiento agobiante te llene, debes repetirte: “No soy culpable y me perdono”. Vas a remplazar un pensamiento por otro. Tomará algo de tiempo, pero si te esfuerzas, pronto lograrás sanar ese pasado dañino.

Otro aspecto es que debes hacer todo el esfuerzo posible para perdonar a quien te hizo daño. Va a ser más difícil para algunas otras personas, pero se puede lograr.

Puedes recurrir a la técnica de la “silla vacía”. Consiste en sentarte y poner frente a ti una silla donde imaginarás que está sentado tu victimario. Imaginas que hablas con él o ella; si sientes que necesitas gritar o llorar, hazlo hasta que salga todo tu dolor.

Después, solo dile que le perdonas por lo que te hizo. Créeme, esto es liberador y puede ayudarte mucho.

Advertisement

2 Habla con alguien que sepa escucharte y comprenderte

Encontrar a alguien adecuado para desahogarte también funciona; sin embargo, debes ser cuidadoso, no en todo el que dice ser amigo se puede confiar.

Hablar es liberador. Contarle a alguien tus cargas, aligera tu peso emocional. No necesitas que hable o te dé consejos, solo que te escuchen. Si te confortan y aconsejan, será bueno, pero no es necesario.

Ahora bien, si sientes que es mejor asistir donde un terapeuta, hazlo, te va a ayudar mucho.

3 Terapias grupales

En muchos países existen grupos terapéuticos dirigidos a grupos de personas que sufrieron traumas, pérdidas o violencia.

A veces, descubrir que no eres el único que lidia con ese peso te ayuda a no sentirte tan solo.

Advertisement

Hablar de tus problemas así como escuchar a las otras personas verbalizando sus conflictos, te ayudará a sentirte identificado y hasta empático con el dolor ajeno. Créeme, no sentirse tan solo con ese dolor es un gran aliciente.

4 Acepta y sigue adelante

No se puede cambiar el pasado de la misma manera que no se puede vivir con miedo.

Cuando aceptas que te sucedió algo espantoso, aprendes a vivir con ello. Esto sucede paulatinamente, pero es efectivo. Es cambiar el sentirse víctima por ser dueño de ti mismo. Se necesita ser valiente para aceptar que algo horrible te pasó, y aun así seguir adelante.

No le temas a lo que te hizo daño; aférrate a esto como un salvavidas, uno que impedirá que vuelvan a dañarte.

En conclusión, solo me queda decir que hacerte amiga de lo que un día te marcó, va a permitir que superes el dolor de tu pasado.

Advertisement

No vas a ganar dándole el control de tu vida a tus recuerdos dolorosos; en su lugar, mejor gobiérnalos tú para ponerlos en el lugar que les corresponde. Aprende y sigue adelante, que la vida es muy corta para llorar por lo que ya no merece la pena.

Toma un momento para compartir ...

Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.