Sé un padre creador de felicidad

"No puedo pensar en ninguna necesidad en la infancia tan fuerte como la necesidad de la protección de un padre". Sigmund Freud

Marta Martínez Aguirre

La profesora de manualidades nos había pedido que hiciéramos títeres para una obra de teatro en el liceo. Llegué a casa, tomé hojas de periódico, harina, una jarra de agua, pintura de colores, tijeras, regla y algunas herramientas.

Apenas tenía unos trece años, pero mi imaginación estaba poblada de personajes y mundos creados por Tolstoi, Verne, Lovecraft, Tolkien, C. S. Lewis, Poe, Quiroga, Serafín J. García y Morosoli, de modo que mi plan consistía en crear el títere más fantástico de toda la clase. Mis dedos comenzaron a moverse de un lado a otro, dando forma a lo imaginado en la masa inerte del papel maché. Cuando había logrado que algo similar a un rostro apareciera en medio de la nada y aquello suave y moldeable se dejara diseñar a mi antojo, una parte se quebró y estalló frente a mí, desmoronándose en tiras pegoteadas acompañadas de mi frustración y descontento.

Apenas las primeras lágrimas comenzaron a humedecer la poca dignidad que le quedaba al personaje y antes de que las grietas marcaran también mi propio corazón, la puerta de la cocina se abrió gentilmente. Era mi padre.

No dijo nada, tomó una mate como molde, mejoró la mezcla del papel maché y poco a poco me enseñó a darle forma, al mismo tiempo que me relataba sus creaciones en diferentes escenarios. Yo no conocía esas vivencias de mi padre, para mí, él había sido toda su vida un gran dentista, de modo que esa tarde descubrí el origen genético de mi pasión por el teatro.

No basta con decir que aquel títere fue todo un éxito y el personaje más amado de la clase. Por otro lado, yo había descubierto una nueva faceta de mi padre. Había vivido a su lado trece años y no tenía idea de que él era capaz de sacar tanta belleza de unos trozos de papel humedecidos con pegamento. Puso pasión en la mirada del personaje, hizo que sus labios despertaran, permitió que en sus manos aquel muñeco danzara y, sobre todo, logró que de mis lágrimas surgiera la risa. Por la noche, en la soledad de mi cuarto a oscuras, me di cuenta que yo también había sido una de las creaciones de mi padre, con la diferencia de que yo era libre para elegir y proyectar mis escenas de vida, gracias a sus enseñanzas.

Advertisement

Entendí entonces, que la labor de un padre es de alguna manera similar al trabajo de un artesano. ¿Cómo ser entonces, padres creadores de felicidad? Aquí te comparto algunas reflexiones al respecto.

1. Crea espacios de libertad

Permite que de los niños aprendan a tomar sus propias decisiones. Por ejemplo, si tu hijo decide ponerse la chamarra azul de nylon para ir de paseo y a mitad de camino se queja de que era mejor la de mezclilla, tu tarea es ayudarle a asumir su libre elección y hacerse cargo de ella, no regresar a buscar la que ahora él desea.

2. Da forma a ambientes con reglas y normas

Las reglas ayudan para que tus hijos puedan sentirse seguros y desarrollarse sin problemas. Frases como: “Los enchufes no se tocan”, “Antes de comer nos lavamos las manos”, “No se daña a los amigos”, ayudan a dibujar límites. De esta forma, los niños tienen la seguridad de que los padres están a cargo de la situación y tienen todo bajo control. La incertidumbre deriva de la falta de límites y propicia un ambiente que puede desestabilizarlos emocionalmente.

3. Construye las bases de la responsabilidad

A medida que los niños crecen, enséñales a ser responsables de sus propias acciones, elecciones y de las consecuencias. Por ejemplo, si como resultado de una rabieta, tu hijo decide tirar contra el suelo un juguete y en consecuencia éste se rompe, aprenderá que no podrá jugar igual que antes, ya que el juguete no funcionará. No obstante, si no lo corriges, ten por seguro que cada vez que se frustre, terminará por dañar algo o a alguien. Ayúdalo a reflexionar sobre lo que hizo y cómo manejar su enojo, esto le ayudará a no ser víctima de sus emociones.

Un buen padre es capaz de convertirse en la mejor oportunidad que tienen sus hijos para aprender a ser felices. Tiene la destreza para moldear sus vidas con sabiduría y amor.

Advertisement
Toma un momento para compartir ...

Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: