Seis beneficios de que los niños jueguen al tangram

Conoce de qué manera el popular juego chino desarrolla habilidades en tus hijos.

Isis Lugo

Seguramente muchos de nosotros, en nuestros años escolares, jugamos con figuras geométricas sueltas que nos permitían hacer formas o dibujos. Poníamos un cuadrado con trapecio encima para hacer una casa, varios triángulos para formar una estrella e incluso llegamos a acomodar las piezas de tal forma que parecieran un cisne o un hombre caminando. Celebrábamos nuestros logros con amigos y maestros, haciéndonos cada vez más capaces en este juego llamado tangram.

El tangram es un juego muy antiguo de origen chino que consta de 7 piezas: un cuadrado, dos triángulos grandes, un triángulo mediano, dos triángulos pequeños y un trapecio. Estas partes pueden estar hechas de diversos materiales como madera, plástico o incluso papel. Es muy común encontrarlo en tiendas de material educativo, mercados o tiendas departamentales a muy bajo precio, aunque es relativamente fácil de elaborar desde casa. Su popularidad en muchas partes del mundo, se debe a su sencillez y gran versatilidad, ya que brinda varias formas de juego diferentes con un solo material. Por ejemplo, se pueden formar siluetas de animales, personas, figuras geométricas o abstractas con las piezas a partir de un modelo, sin modelo, o incluso de memoria, ejercitando así habilidades clave para el aprendizaje desde edades tempranas como son:

1. Orientación y estructuración espacial

Las nociones básicas de espacio como arriba, abajo, izquierda y derecha se empiezan a desarrollar al jugar a formar una silueta sobre la base de un modelo, pues los niños tienen que fijarse en qué lugar en el espacio guarda cada figura con el fin de reproducirla correctamente en un momento determinado. Puedes ayudar a tu hijo a interiorizar los conceptos de ubicación espacial si verbalizas la información que recibe visualmente, por ejemplo: “el cuadrado está abajo del trapecio o el triángulo mediano está a la derecha del triángulo grande”.

2. Coordinación visomotora

La coordinación ojo-mano se desarrolla desde edades tempranas si se tienen actividades estimulantes, como este juego. Los niños observan el modelo, en esta acción entra en juego el ojo, y luego tienen que acomodar las figuras de la misma forma en que las vio: aquí entra la mano. Se recomienda que con niños pequeños las piezas sean de un material suave al tacto y el tangram sea elaborado en tamaño grande, para facilitar la acción de la mano.

3. Atención

Esta habilidad es la pieza clave del aprendizaje, por lo que es elemental potenciar su desarrollo a través del juego. Al principio y dependiendo de la edad del niño se empieza por pedirle que arme las figuras que desee de manera libre. Incluso podría no utilizar todas las piezas. Después formas sencillas que ocupen 2 ó 3 minutos de atención, y posteriormente se eleva el nivel de dificultad a imágenes abstractas.

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4. Percepción visual

Como he mencionado antes, al tener que observar las piezas y modelos que se le presenten, tu niño desarrollará la capacidad de interpretar y discriminar los estímulos visuales externos, comparándolos con los conocimientos previos que tenga de las figuras geométricas, pudiendo ubicar cuál figura está en qué lugar y qué forman todas juntas. Esta habilidad es esencial para el aprendizaje de las matemáticas, la ubicación espacial y la motricidad.

5. Memoria visual

Al pedirle al niño que observe un modelo y después lo reproduzca de memoria, estaremos estimulando su memoria visual. Es decir, que mantenga en su mente los estímulos visuales recibidos, los interprete y los reproduzca posteriormente. Empezando por figuras sencillas, cada vez podrás introducir formas abstractas que le serán fáciles de recordar. La memoria visual es una habilidad importante en los procesos de lectura y escritura, así como para actividades de la vida diaria lo que nos indica que tu hijo y tú pueden beneficiarse igualmente de este juego.

6. Percepción de figura fondo

Al ser la vista uno de los sentidos por los cuáles se recibe mayor información, es necesario que esté entrenada para percibir los estímulos de manera correcta. A través del tangram los niños empiezan a desarrollar la habilidad de distinguir entre la figura y el fondo, lo que permite diferenciar entre el todo y las partes, la distancia entre dos objetos o la profundidad de alguna escena, aplicable en otros ámbitos de la vida.

En vista de las ventajas aquí expuestas, no dudo en que ahora tengas una visión diferente del tangram, que a pesar de ser un juego tradicional tan conocido, muy pocas veces las personas se detienen a analizar los beneficios. No lo olvides: jugando al tangram, tus hijos pueden desarrollar muy importantes habilidades básicas para el aprendizaje de una manera divertida, fácil y económica.

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Isis Lugo

Isis Anabey Lugo Enciso es madre y maestra de Educación Especial en México, escribe sobre actividades para niños y materiales educativos en su blog www.maestrosdeapoyo.com y comparte sus experiencias de maternidad en www.mamaymaestra.com