Ser mujer no es ser débil ni es vergonzoso. Enseña a tu hija a estar orgullosa de serlo

¿Alguna vez has usado frases como: "los hombres no deben estar en la cocina", o "las niñas no juegan fútbol porque es juego de hombres"? Si lo has hecho, te invito a descubrir lo que una frase como esta puede provocar.

Myrna del Carmen Flores

Un día mi hijo de tan solo cuatro años, tropezó lastimándose un brazo y una pierna, lo cual le causó mucho dolor. Justo en ese momento llegué a casa después del trabajo y escuché a la niñera decirle “los hombres no lloran.” A lo cual mi hijo respondió: “tal vez porque no les duele como me está doliendo a mí.” Me acerqué a él, explicándole que todos los seres humanos, sin importar su género, tenemos el derecho de llorar cuando estamos adoloridos de manera física o espiritual. Como lo dijo el escritor Fabio Fasuro “Si los hombres no debiéramos llorar, Dios, la naturaleza, o como lo quieran llamar, no nos habría dado lágrimas.”

Tiempo después mi hija decidió aprender por sí misma a “bailar” el trompo de su hermano. Se pasaba todo el día enredándolo y lanzando sin aburrirse del juego. Un día jugaba al frente de la casa y un niño de diez años comenzó a burlarse de ella porque según él, una niña jamás podría lanzar el trompo como lo hacían los hombres. Entonces uno de sus amigos lanzó el reto: “vamos a ver quién puede rodarlo por más tiempo.” Todos los niños arrojaron su trompo a la par, pero para su sorpresa, el trompo que logró el desafío, fue el de mi hija. Su trompo continuó rodando mucho tiempo después que los otros se habían detenido.

Hace poco, una empresa de toallas femeninas produjo el vídeo que puedes ver arriba, donde se le pidió a mujeres adultas que realizaran diversas acciones tales como: corre como niña, lanza como niña, pega como niña. Cada una de ellas hizo una pantomima, imitando debilidades y estereotipos. Después lanzaron el mismo desafío a niñas pequeñas. Ellas corrieron con rapidez, lanzaron con todas su fuerzas y dieron golpes de karate, demostrando toda la fuerza interior que tienen como niñas que son.

Al final del video, a las mujeres mayores se les preguntó en que momento la frase “corre como niña”, se transformó en un insulto para ellas. Todas se dieron cuenta de sus prejuicios. Se les dio una nueva oportunidad, esta vez haciéndolo como lo hubieran hecho ellas en una situación real.

El daño que los prejuicios pueden hacer en el desarrollo de un ser humano es mucho. El Centro Nacional de Salud de los Estados Unidos reporta, por ejemplo, que existen 6 millones de hombres que sufren depresión severa al menos una vez al año, todo esto por los prejuicios en la crianza de los varones que les indica que si un hombre demuestra sus sentimientos, llora o se deprime pierde su hombría.

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De igual forma la frase “corre como niña” intenta devaluar a las mujeres. Creo que es tiempo de dejar de lado los prejuicios y aprender a crecer como seres humanos más allá del género.

Aquí hay algunos consejos que podemos seguir para evitar los prejuicios.

Descubre tus propios prejuicios

Analiza tus ideas. Piensa si alguna vez has discriminado a alguien, o si apoyas frases como: “todos los hombres son iguales,” o “los hombres son más valiosos que las mujeres.” Una vez que hayas descubierto cuales son esas ideas que no te sirven para crecer, puedas empezar a liberarte de ellas. Comienza por aceptar que todas las personas tienen el mismo valor para Dios, de manera que siguiendo sus enseñanzas podamos apreciar a cada ser humano y recordar que todos estamos hechos a su semejanza.

Siéntete bien contigo mismo

Una forma de estar bien con los demás es sentirte bien con lo que eres; cuando te aceptas y te valoras como ser humano, como mujer o como hombre, es más fácil que valores a los demás.

Educa a tus hijas con sus diferencias como individuos, pero también con justicia de género

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Tus hijos son diferentes uno del otro, y al educarlos debes respetar su individualidad, más que el hecho de que sean hombres o mujeres.

Desprográmate

Si eres un hombre que fue educado para no demostrar sus sentimientos, reedúcate para poder lograr expresar tus emociones y todo el amor que sientes por tu familia. De ese modo, tus hijos aprenderán a hacerlo también. Si eres una mujer que fue educada para ser débil, solo recuerda toda la fortaleza que conlleva ser madre, en todos los aspectos. Utiliza tu fuerza y demuéstrale a tus hijos todo el valor de las mujeres.

Enseña a tus hijos el respeto partiendo de tu propia relación de pareja

Cuando tus hijos ven el respeto que los padres se tienen entre sí, les será más fácil aprender a respetarse, y respetar a los demás.

Los hombres pueden llorar porque también son seres humanos con sentimientos y emociones. Las mujeres lanzan como niñas porque son niñas, y la fuerza con que lo hagan dependerá del esfuerzo que pongan en lograr hacerlo de la mejor manera. Todos somos seres humanos con el mismo valor y derecho a llorar, reír o amar.

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Myrna del Carmen Flores

Myrna del Carmen Flores es maestra de inglés y madre de dos jóvenes. Puedes contactarla en