Si estás cansado de tu vida, estas preguntas te darán reposo

Si tu vida o tu relación se ha vuelto una carga agotadora, si te sientes en verdad extenuado, estas preguntas en verdad pueden hacerte hallar una salida.

Marta Martínez Aguirre

A menudo suelo escuchar: “¡Estoy tan cansada! Puse todas mis energías en este niño, ¡y mira lo que he logrado!”, o: “No sé cómo seguir. Deposité mi vida en ella y no doy más, estoy cansado”, o incluso: “Ya no me importa más nada. ¡Estoy tan cansada!”, o: “Hemos probado hasta terapia con chamanes y aun así nos hemos cansado de no poder tener hijos”.

Amar no cansa. Lo que cansa son las peleas, las frustraciones, el ser siempre quien cede, el no poder hablar, o el no satisfacer al otro, o el tener que mostrar siempre esa eterna simpatía para no expresar en realidad la rabia acumulada, el silencio, el miedo, la tristeza, la suma de infidelidades, las rabietas, los enojos, las miradas como espada. Eso es en realidad lo que agota. ¿Qué puedes hacer ante ese agotamiento? Aquí te comparto algunas ideas:

1. Ponlo en palabras

Expresa que te sientes cansada, que no crees poder tolerar una vez más esa conducta, o que estás cansado de empujar solo. Deja a un lado la máscara de la impotencia, la resignación, el hastío, y muestra que tu alma quiere estar libre de esa situación que te atrapa.

2. Mira dentro de ti

Pregúntate lo que deseas, lo que anhelas y exprésalo. Escribe una lista de tus necesidades y de tus sentimientos. Luego anota en orden cuál atenderás primero. Si necesitas paz, busca la forma de tenerla, quizás en vez de discutir, sales al jardín, te tomas una pausa y propones dialogar más tarde calmada y serena. Si tu sentimiento que más apremia es la ternura, actúa. Ponla en palabras hacia tus seres queridos: “Dame un abrazo”. “Mamá extraña tus besos”.

He conocido parejas que han convivido treinta años sin escuchar nunca el cansancio del otro o el propio, simplemente compartieron una casa, tuvieron hijos, trabajaron, pagaron la hipoteca, pero nunca fueron felices. Hasta que uno de los dos decide marcharse, me decía una joven de treinta años: “Ahora papá dice que ya no quiere vivir una mentira, que se cansó hace mucho y que sólo esperaba que yo me casara, para divorciarse.”

Advertisement

Esas parejas no supieron hacer buen uso del cansancio, no se tomaron el tiempo suficiente para decirse: “Tenemos que hacer algo”. Más que un matrimonio fue una siesta interminable, hasta que despertaron.

Así nos encontramos con matrimonios que se han dejado llenar por el vacío del cansancio y están agotadas, hay madres que no pueden más y que a pesar de haber deseado a ese hijo, verlo hoy tirado en la calle por la droga, las congela. Así como hay niños que están cansados y vacíos de mentiras y engaños de sus padres.

3. Interrógate para definirte

Conozco quienes optaron por divorciarse ante el cansancio, madres que se cansaron de sus hijos conflictivos y los echaron de casa, maestras que desestiman al niño que no aprende. Para no tomar decisiones equivocadas, te invito a que te preguntes:

  • ¿Esto que siento me emociona? Busca dentro de ti la resonancia de esas cosas que le dan sentido a tu vida y no que simplemente te hacen sentir bien un momento.

  • ¿Esto que percibo es bueno para mí?. Analiza si eso que sientes es valioso para tu vida, ¿vale la pena?

    Advertisement
  • ¿Esto que capto construye vida? . ¿Eso que te emociona y sientes como valioso es un valor, o un antivalor?

  • ¿Siento que algo allí me llama, me atrae?. Es muy importante que determines: esto, ¿a qué cosas te invita, te llama a actuar?

  • ¿Esta opción que estoy por tomar responde las cuatro preguntas anteriores?. Si tu respuesta es sí, sigue adelante no te detengas.

  • ¿Esta elección quiero que sea la que me define en este momento de mi vida?. Esta pregunta es quizás la más difícil de responder, pero es sin duda la más importante. Recuerda que muchas cosas pueden emocionarte, ser valiosas, atraerte, pero quizás no te definan como persona. No olvides que eres producto de tus elecciones.

El cansancio siempre es una invitación formal y contundente a escucharnos, pero también a interrogarnos antes de tomar decisiones equivocadas.

Advertisement

Es mi decisión y no estoy dañando a nadie más
También puedes leer: Así que “metiste la pata”. ¿Y ahora qué? Decisiones que afectan toda tu vida

Toma un momento para compartir ...

Marta Martínez Aguirre

Marta Martínez es de Uruguay. Posee una licenciatura en Psicología, y un posgrado en Logoterapia. Ama todo lo que hace y adora servir. Es especialista en atención psicológica domiciliaria. Contacto: