Tu mejor serenata —gratis— para este 14 de febrero

Si tu timidez te hace tartamudear frente a ella; si no encuentras las palabras para decirle lo que sientes por ella, amigo, este artículo fue escrito para ti.

Oscar Pech

Estoy seguro que en algún momento de tu vida has sentido estas dos cosas: 1. Que no hay manera de decir con palabras lo que sientes. O si las hay, que no manejas el lenguaje como para decir lo que quieres decir, sin que suene trillado, o cursi, o sin fuerza. 2. Que lo que dice tu cantante favorito en la radio tú ya antes lo habías sentido y lo habías pensado, nada más que sin trompetas y maracas. Afortunadamente los latinos inventamos algo que otras pobres culturas del mundo ni imaginan: el concepto “serenata”.

La serenata en América latina

Claro, la serenata era una pieza musical que se componía desde el S. XVIII: Mozart y Beethoven compusieron serenatas (como la Pequeña serenata nocturna, v.gr.) pero eso no tiene nada que ver con nosotros: en Hispanoamérica surgió este singular concepto donde en la noche el enamorado se hace acompañar de un pequeño grupo de músicos tradicionales, en donde éstos y las canciones puedan decir lo que uno muy bien podría decir, pero no de manera tan bonita: que uno ya no puede ver la belleza de la noche sin verla a ella; o que solo la belleza de esta música puede agradecer lo que ella le ha dado a uno (todo un sentido de la vida diferente a como una la miraba, sin ir más lejos), donde la monotonía de los hábitos se vuelven un continuo tesoro de sorpresas por el simple hecho de pensar en ella; o incluso, simplemente decir que uno ya no puede más, y que esa es la mejor manera que tiene para pedir perdón por alguna tontera que uno haya hecho.

Las mejores canciones de amor, en orden cronológico

Luego lo que sigue es seleccionar las canciones, que digan lo que uno siente pero no puede poner en palabras, y aquí es donde este artículo, querido amigo, te puede ayudar. He aquí mi pequeña antología de las mejores canciones de los últimos cien años, para decirle a alguien que le quieres, que te perdone, o donde simplemente refrendes el amor y la gratitud que sientes por tu pareja.

Puede ser que mi selección te parezca demasiado viejita, y acaso así sea. Lo que puedo decir a mi favor —y es más una advertencia que una disculpa— es que a las canciones antiguas hay que poner atención a la letra, y no solo a la música: por lo general, si te toman con la guardia baja, tienen la peculiaridad de saber reducirte a lágrimas: saben tirar los más efectivos ganchos al hígado del corazón: nunca menosprecies una canción antigua. Va entonces mi selección, de lo más antiguo a lo más reciente, pues.

1. Carlos Gardel:

Volver

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2. Pedro Vargas:

Piel canela

3. Jorge Negrete:

Flor de Azalea

4. Pedro Infante:

Paloma querida. Esta versión es única. Imagínate: Antonio Bribiesca en la guitarra, y a dúo, Pedro Infante y José Alfredo. Un trío inigualable.

5. José Alfredo Jiménez:

Ella

6. Javier Solís:

Entrega total

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7. Los Panchos:

Sin ti

8. José José:

El triste

9. Juan Gabriel:

No me vuelvo a enamorar

10. Juan Luis Guerra:

Solo tengo ojos para ti

11. Silvio Rodríguez:

Ojalá

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12. Miguel Bosé:

Si tú no vuelves

13. Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán:

Solo pienso en ti

14. Jorge Drexler:

Salvapantallas

Por supuesto, hay muchas, muchas más melodías que uno podría poner en esta antología de las 14 canciones para el 14 de febrero. Cada uno de nosotros pondría canciones diferentes, de acuerdo a sus gustos, edad, y circunstancias. En lo personal, lector, espero que no tengas que emplear una lista de canciones de desamor, sino que te sirva esta, hecha para que puedas decirle a ella que le quieres, cuánto la quieres, y que anhelas permanecer a su lado por el camino de la vida mucho, mucho más allá del “hasta que la muerte los separe”, con un amor donde ella pueda paladear el sabor de la eternidad, en cada una de las letras con que pronuncias su nombre.

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Oscar Pech

Oscar Pech ha dedicado su vida a la enseñanza, la lectura, la escritura y la capacitación en diferentes partes de la República mexicana. Es una persona profundamente comprometida con la familia y los valores morales.