Un adolescente sobreviviente de cáncer revela cómo ha sido para él la lucha más ardua que ha tenido que vivir hasta el momento

La historia de este chico te conmoverá y te motivará para que no te des por vencido aunque la tormenta sea inminente y devastadora.

Erika Otero Romero

Superar con buen ánimo una enfermedad de carácter posiblemente terminal puede resultar todo un reto y más cuando la persona que lo tiene que enfrentar es un joven adolescente.

Esta es la historia que nos relata el Dailymailsobre cómo el joven de 19 años neozelandés que luchó de manera ardua por reconstruirse mental y anímicamente después de superar con éxito un tipo de cáncer llamado linfoma de Burkitt (linfoma no hodgkiniano de Burkitt)

El discurso inspirador que el joven dio al momento en su celebración de grado pretendía ser una fuente de alivio y fortaleza para las personas que pudieran encontrarse en su misma situación.

Este (discurso) por su mensaje dio la vuelta al mundo, fue de tanta influencia que una mujer de Turquía se “obsesiono” con el chico y viajo hasta Nueva Zelanda en su búsqueda con la intención de casarse, por fortuna las autoridades migratorias lograron detenerla a tiempo.

Lo triste de la historia

Aunque parezca extraño, la vida tiene una manera extraña y formidable de hacer que las cosas ocurran.

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A Jake Bailey le fue diagnosticado linfoma de Burkitt unos días después de haberle sido encomendada la tarea de dar el discurso de graduación de su promoción. Lo que dice en el mismo fue escrito antes de saber que podría morir tan solo 3 semanas después del diagnóstico, pero todo lo allí expuesto le dio una visión muy diferente de su vida y de lo que sería de ahí en adelante.

¿Qué es el linfoma de Burkitt?

Según la página [Medlineplus] es una forma de linfoma no Hodgkin de muy rápido crecimiento. Es un tipo de cáncer más frecuente en hombres.

Aunque los primeros tipos de este cáncer se detectaron en algunas partes de África, también hace presencia en algunos lugares de Estados Unidos.

Síntomas

Se caracteriza porque uno de los primeros síntomas es una inflamación de los ganglios linfáticos (glándulas) en la cabeza y cuello. Estos ganglios linfáticos inflamados frecuentemente son indoloros, pero pueden crecer muy rápidamente.

En los tipos casos que se han visto en USA, el cáncer por lo general comienza en el área del vientre (abdomen). La enfermedad también puede iniciar en los ovarios, testículos, cerebro y el líquido cefalorraquídeo.

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Otros síntomas generalespueden ser: fiebre, sudoración nocturna, pérdida de peso inexplicable

Tratamiento

La quimioterapia, aunque depende del tipo y etapa en la que se encuentre el linfoma.

Si la quimioterapia no surte el efecto que se busca, el afectado puede optar por un trasplante de médula ósea

Factores de riesgo

Si se es un niño entre los 8 y los 18 años, blanco norteamericano, con un sistema inmune débil y ha sido expuesto a radiación, si ha tenido que pasar por un trasplante de órganos y si además se ha estado expuesto a el virus Epstein-Barr que causa mononucleosis infecciosa.

También aquellos niños que han sufrido malaria son los más susceptibles de llegar a desarrollar Linfoma de Burkitt.

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También creen los expertos en este cáncer que otros factores de riesgo son:

  • Antecedentes familiares de linfoma no Hodgkin (en un hermano, hermana, madre o padre) podría aumentar el riesgo de linfoma.

  • El riesgo también puede ser mayor en niños de madres de más edad, aunque este factor debe seguir siendo investigado.

Pronóstico

Más de la mitad de las personas con Linfoma de Burkitt (LB) se pueden curar con quimioterapia intensiva.

Sin embargo, la tasa de curación puede ser más baja si el cáncer llega hasta la médula ósea o al líquido cefalorraquídeo.

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El pronóstico es desalentador si el cáncer reaparece después de una remisión o no entra en remisión como resultado del primer ciclo de quimioterapia .

Jake Bailey superó su enfermedad

Después del diagnóstico, Jake pasó 50 días aislado y sometido a quimioterapias que antes de hacerlo sentir derrotado, le daban el impulso que él necesitaba para apreciar la vida y seguir luchando por volver a su rutina diaria: ir a la escuela , disfrutar de las cenas familiares, gozar de las vacaciones escolares y todo lo que tiene la vida adolescente.

Para él cada pequeña cosa que una persona “normal” da por hecha y cotidiana, ahora tiene un mayor significado y valor ya que sabe que lo único que tiene seguro una persona es la muerte; ahora él sabe que “cada día se muere un poco”

Ahora él está en recuperación y piensa disfrutar al máximo de su vida y de las oportunidades que tenga para ayudar a niños o jóvenes que puedan llegar a vivir lo mismo que él tuvo que pasar.

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Erika Otero Romero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.