Pareja adopta una bebé, cuando conocen a su madre biológica él se da cuenta del IMPRESIONANTE secreto

Nadie puede escapar (ni esconderse) de los designios divinos...

Fernanda Gonzalez Casafús

¿Te has puesto a pensar alguna vez que nuestra mente es un arma muy poderosa? Cuando deseamos algo muy fuerte, el universo se encarga de cumplirlo. Y cuando el destino tiene algo preparado para nosotros, tarde o temprano llegará. Esta historia es el claro ejemplo de cómo nuestros pensamientos atraen las cosas que deseamos, y cómo Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. A veces, cuando se cierra una puerta, se abren otras.

Siempre me ha gustado la frase que dice que cuando algo no sale como esperábamos, no debemos forzarlo. A veces nos empecinamos con algo, y si no se dá es simplemente porque la vida nos tiene preparado algo más. Éste es el caso de la pareja de esta historia que te contaré a continuación, quienes deseaban profundamente tener un hijo, y como no podían tenerlo de forma natural, deciden adoptar. Y la adopción escondía una increíble sorpresa.

Una visión muy particular

El Diario San Francisco Globe recoge la historia de Annie y Walt, una pareja que sabe por mote propio que los milagros existen, y el destino divino también. Esta pareja, que se conocieron cuando eran niños, se enamoraron siendo jóvenes,y estaban decididos a formar una familia.

Siendo un niño de tan sólo 12 años, Walt tenía un sueño recurrente. A menudo, se le aparecía la imagen de una niña morena, y en el sueño Dios le comunicaba a Walt que ésa era su hija, y que se llamaba Chloe. “Mientras oraba, Dios me dio una imagen muy real de una pequeña niña con la que estaba jugando. La tomaba de las manos y le daba vueltas mientras ella reía. En la imagen dentro de mi cabeza, ella tenía piel morena y ojos marrones, y Dios me dijo: esta será tu hija, y su nombre será Chloe'”, dijo Walt, según el video publicado en youtube por el sitio Moving Works.

Cuando la relación entre Annie y Walt se fue afianzando comenzaron a hablar de cuánto les gustaría ser padres. Un día, ella le dijo que si fuera una niña, le gustaría llamarla Chloe. Walt quedó en shock, pues era el nombre que Dios le había comunicado en su sueño. Entonces, decidieron que ello era una señal divina, y luego de casarse comenzaron a buscar un hijo.

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Los caminos de Dios no siempre son los que esperamos

Ambos estaban entusiasmados con la idea de concebir un hijo, y más que nada esperaban que fuera una niña para llamarla como ambos habían acordado. Pero luego de un tiempo de intentarlo, la joven no podía quedar embarazada. Su matrimonio y la fe en Dios comenzaron a tambalearse, pues no entendían cómo era posible que Dios no los bendijera con un hijo. Pero lo que no sabían era que los caminos de la vida los llevarían por otros lares, y que la dicha sería inmensa.

Luego de largos años en los que supieron que no podrían concebir un hijo biológicamente, tomaron la decisión de adoptar. Al principio, Walt no estaba de acuerdo, pero luego de conversarlo con Annie, se convenció. Al fin y al cabo, tenían mucho amor para dar.

“Decidí que quería adoptar, me emocionaba la idea, aunque a Walt no le convencía del todo, pero envié todos los papeles, sabiendo que la espera sería larga. Recuerdo que una noche estábamos en la casa de la hermana de Walt y me llegó el correo; en el asunto decía ‘es una niña’, y no podía creerlo. Decía que seríamos padres de una niña pero que primero la madre biológica quería conocernos, así que viajamos a su ciudad a conocerla”, dijo Annie, según informa el sitio Ok Chicas.

Un encuentro esclarecedor

No todos los padres adoptantes tienen la posibilidad de conocer a la madre biológica del niño. Annie y Walt la tuvieron, y no la desaprovecharon. Cuando estuvieron frente a frente con la mujer, Walt quedó sorprendido, pues el parecido físico con la bebé que aparecía en su sueño infantil era asombroso. Anteriormente, al enterarse de que era una niña, habían pensado el nombre, pero habían descartado por completo usar Chloe, pues consideraban que le correspondía a la hija biológica que no habían podido tener. Sin embargo, nunca hubieran imaginado lo que la madre de la bebé les contó.

Era el destino

En medio de las conversaciones con la madre embarazada que traería la bebé de Annie y Walt al mundo, surgió el tema del nombre de la niña. La madre biológica les comentó a los padres que ella había pensado en un nombre para la niña. Ese nombre era Chloe. En ese instanhte, la pareja se largó a llorar, no podían contener la emoción. El destino y Dios les había mostrado dónde desembocaba su sueño. Un sueño que estaba a punto de comenzar.

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Así fue entonces que decidieron que la bebé se llamaría Chloe, pues ese era el nombre que Dios tenía preparado para su hija desde un principio.

Creer en las señales

Hace poco, escribí para esta misma página, una historia parecida a esta, y que me sucedió a mí. En la misma, cuento cómo soñaba de pequeña con un angelito de rulos rubios. Luego, ese angelito sería mi hija; su rostro se fue pareciendo día a día al rostro que veía en mis sueños.

Dios nos da señales todo el tiempo. Y también nos dice en cada acto que los caminos de la vida, no siempre son como lo esperábamos, pues hay que saber esperar lo que la vida nos tiene preparado.

La conexión entre las almas es un misterio que alimenta muchas creencias. Somos pura energía; somos seres de luz. Aunque muy pocas personas puedan tener este tipo de percepciones o visiones, éstas ayudan a fomentar la fe en aquellas personas que lo necesitan. Y tú ¿crees en la conexión de las almas?

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Fernanda Gonzalez Casafús

Fernanda es Licenciada en Periodismo, especialista en Redacción Digital y Community Managment. Editora de contenidos y redactora en Familias.com. Nacida en Argentina y mamá de dos, ama los animales, la danza, la lectura y la vida en familia. Escribir sobre la familia y la maternidad se ha convertido en su pasión.