10 razones que te harán desear una casa pequeña en lugar de una grande

Maria Josie Hernandez Cabrera

La mayoría de las personas sueña con tener una casa grande, con espacios abiertos y cómodos; sin embargo, hay factores que tal vez te hagan reconsiderar ese ideal de poseer un gran castillo como el de los cuentos de hadas.

A continuación te presento diez razones por las cuales tener una casa pequeña puede significar una vida menos estresante y más feliz:

1. Te cuesta mucho menos

Tus pagos mensuales serán más accesibles y puedes liquidar ese crédito hipotecario más pronto de lo que piensas. Según el experto en finanzas Dave Ramsey, para tener una economía saludable la mensualidad de tu crédito hipotecario no debe superar 25 % del ingreso que traes a casa. Además, pagas menos impuestos de propiedad y el costo del seguro y los servicios es menor, lo que significa más dinero para tu bolsillo.

2. Es más fácil amueblarla

Con un poco de sacrificio y ahorros, mi esposo y yo amueblamos nuestra pequeña casa de tres recámaras en los primeros años de matrimonio, a diferencia de otras familias conocidas que han tomado mucho más tiempo en lograrlo y empleado más recursos.

3. Remodelar o redecorar es más factible

Por tratarse de espacios pequeños te será más fácil y económico pintar de otro color las paredes, mover los cuadros o cambiar por completo los muebles cuando llegue el momento de renovar tu espacio.

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4. El cuidado del jardín es más sencillo

Si tu casa es pequeña con seguridad el jardín también lo será, y tenerlo bello y bien cuidado no tomará una gran inversión de tiempo y dinero.

5. Compras y guardas menos cosas

Cuando tienes menos espacio debes utilizarlo de forma inteligente. Muchos compramos o guardamos objetos con el fin de utilizarlos luego, o “por si sucede esto o aquello”. Cuando tu casa es pequeña no tienes esa posibilidad, lo que te hace tomar decisiones prácticas y te ayuda a decidir qué es realmente importante de adquirir o conservar.

6. La limpieza es más fácil

Una casa grande requiere de grandes esfuerzos para mantenerla limpia y ordenada. Mi esposo y yo tuvimos la experiencia de vivir en casas grandes antes de dejar el nido, ambos sabíamos que en nuestra nueva familia estaríamos más felices y cómodos en una casa no grande, con pagos pequeños y tareas de limpieza menos desgastantes. En el país donde vivimos ahora es altamente costoso contratar un servicio de limpieza. Si viviéramos en una casa grande, uno de los dos tendría que dedicarse únicamente a la limpieza del hogar ¡sin goce de sueldo!

7. La familia convive

En las casas pequeñas hay mucha oportunidad para la convivencia. Los espacios comunes son maravillosos lugares de encuentro. Cuando la casa es grande y cada miembro tiene un espacio propio, y más aún si tiene sus propios aparatos electrónicos (video juegos, computadora, tableta, etcétera), no ve la necesidad de compartir lugares o intereses con los demás.

8. Compartes más

Este punto tiene mucho que ver con los anteriores: al poseer menos objetos, los miembros de la familia aprenden a compartir mucho más que un sillón o un programa de televisión. Desde niños aprenden a compartir su recámara y sus juguetes, aprenden a ceder y a negociar, y sobre todo se dan cuenta de que no son los reyes del universo, y que los demás y sus necesidades también son importantes.

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9. Es más fácil venderla

Si algún día te ves en la necesidad de mudarte a otro lugar o a otra ciudad, tu casa será mucho más fácil de vender. Las casas pequeñas y económicas son las más codiciadas del mercado.

10. Cuando los hijos se van

Una vez que los críos abren sus alas, la casa y sus costos de mantenimiento son demasiado grandes para un matrimonio, que tal vez desearía utilizar sus ahorros para para viajar o divertirse, o simplemente para disfrutar de su retiro sin preocupaciones. Esta es la situación de muchos nidos vacíos. Sin embargo, si la familia aprendió a vivir en un espacio pequeño, al momento de partir, los hijos no dejan a los padres con los gastos y la responsabilidad de una casa grande. En el caso contrario, tendrían que poner a la venta el inmueble, y encontrar un comprador podría tardar varios meses ¡y hasta años!

Piensa en esto: cuando nos imaginamos viviendo en una “casa envidiable”, le damos gran importancia a la percepción que tendrán los demás de nosotros. Después de todo, el hecho de tener más y mejor, en la cultura actual, es sinónimo de éxito. Muchas veces consideramos más ese valor que creemos tener ante los demás con base en lo que poseemos, y no vemos con claridad nuestros propios deseos y necesidades.

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Maria Josie Hernandez Cabrera

Esposa y Mamá radicada en EEUU, Comunicóloga de profesión, Bloguera por inspiración, Traductora, Editora y Locutora, por ocurrencia de Dios, Defensora de la Vida y la Familia por vocación