3 conductas que le roban felicidad a tu relación

A veces —sin notarlo siquiera—, tomamos actitudes que dañan nuestro matrimonio. Entérate cuáles son esas conductas nocivas y evita que dañen tu relación de pareja.

Emma E. Sánchez

Por alguna razón divina, las mujeres nos adaptamos con facilidad, hacemos varias cosas al mismo tiempo y somos capaces de hacer cosas que ni nosotras sabíamos que podíamos, por amor a los que nos rodean. La verdad es que muchas familias existen gracias a los esfuerzos de una buena mujer pero, (ahí va el terrible “pero”) también muchas relaciones de pareja y familias se ven deterioradas y hasta profundamente dañadas por algunas conductas femeninas que llegamos a tener, con frecuencia, sin pensarlo siquiera. ¿Cuáles son esas conductas?

1. No comunicarte de manera asertiva

Naty y Arturo hacían una pareja hermosa: ambos eran jóvenes y con ilusiones de formar una familia. Comenzaron a hacer planes para casarse, pero repentinamente Naty le dijo a Arturo que no estaba segura de casarse y que necesitaba algún tiempo para pensar. Esto le rompió el corazón a él, pues en el tiempo que llevaban como pareja, era la tercera vez que sucedía.

Arturo respetó la solicitud de su amada y se alejó de ella por algunas semanas. Al cabo de un mes le mandó un mensaje preguntándole cómo estaba y si podían reunirse para platicar nuevamente. Para su sorpresa, ella le respondió que no quería saber más de él: que en todo ese mes, él no se había esforzado por buscarla e intentar regresar. Tras algunos mensajes más, él intentó explicarle que solo había tratado de respetar su deseo de “tener tiempo”. No llegaron a ningún acuerdo y terminaron. Un año después, él estaba proponiéndole matrimonio a otra chica, por cierto muy dulce y simpática. Naty sufrió muchísimo cuando él se casó y ella continúa en la espera de una persona especial para casarse.

¿Qué sucedió? Ellos eran perfectos, ¡el uno para el otro! Ella quería algo de él pero no supo manifestarlo adecuadamente y todo lo perdió. Cuando hablas con un hombre sé muy clara y usa la menor cantidad de palabras posible; sé muy clara en lo que dices y piensas. No esperes a que él adivine lo que estás pensando o deseando y no des mensajes confusos, tu pareja te lo agradecerá muchísimo.

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2. La desconfianza

No hay peor cosa para un hombre que tener una mujer que lo cela incansablemente, que duda de él a cada momento, que lo esté cuestionando y vigilando a cada paso. No es vida para nadie; estar dudando y desconfiando nos priva de la paz y nos roba energía vital. La libertad y el amor sin apegos son los grandes regalos que puedes dar a todos tus seres amados. Nadie te decepciona, solo nos decepcionamos de otros porque ponemos en ellos nuestras expectativas y los condicionamos a lo que nosotros esperamos de ellos. Vive, ama y confía.

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3. La queja constante

Tu esposo hace, créeme, todo lo que está a su alcance por ti, para ti y para la familia. Sacrifica, se esfuerza, trabaja duro y cuando llega a casa solo se encuentra con una esposa que le llena de reclamos, quejas y descalificativos. La queja constante de parte de una mujer puede llegar a ser el principio de muchos problemas conyugales serios. Tanto él como ella son susceptibles a “buscar” o “encontrase” con otra persona que les escuche, les atienda, les consuele o satisfaga sus necesidades de cualquier tipo.

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Si tienes el mal hábito de quejarte constantemente de tu vida, tu esposo, tu familia y todo lo que te rodea, amiga, estás en problemas. ¿Qué se puede hacer para salir de este terrible mal? Haz caso de esta simple regla: “No te concentres en quejarte, sino en cómo puedes tomar el control de tu vida”. Las relaciones familiares todo lo valen, son la fuente máxima de felicidad en esta vida pero requieren de sinceros esfuerzos y tú eres capaz de hacerlos.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.