3 formas de reconocer si estamos usando control psicológico como padres

Cuando tenemos situaciones difíciles con nuestros hijos a veces optamos por tácticas que tienen consecuencias negativas tal como es el usar control psicológico. Sin embargo, cuando las reconocemos podemos informarnos y cambiar para bi...

Denhi Chaney

El ser padres brinda grandes satisfacciones en nuestra vida, así como también momentos de dificultad, frustración y confusión. Esto es especialmente cierto cuando tenemos hijos que tienen un carácter más fuerte y determinado. Por supuesto, esto no quiere decir que este tipo de personalidad sea mala, sino que simplemente nos fuerza a aprender más y usar todas nuestras opciones en los años de crianza. El problema viene cuando se nos agotan las opciones y optamos por tácticas que parecen buenas en la superficie pero que realmente no proveen los beneficios que queremos. Déjame dejar esto claro, ningún padre amoroso quiere intencionalmente dañar a ninguno de sus hijos, pero cuando no sabemos que más hacer a veces esto mismo sucede a falta de información. Por esto mismo es importante informarse, educarse, y estar dispuestos a aprender nuevas formas de enseñar que faciliten los beneficios que queremos ver como padres en nuestros hijos.

La noción de usar control psicológico como padres es relativamente nueva aunque durante los últimos años ha sido muy bien estudiada, y por lo tanto sabemos de algunas de las consecuencias de usar esta práctica con nuestros hijos. El usar control psicológico constantemente ha sido relacionado con baja autoestima, depresión, ansiedad, bajas calificaciones, problemas controlando enojo, inseguridad, mala relación de padres a hijos etc. Es importante entender que si al leer algunos de los ejemplos en este artículo te das cuenta de que los has usado, debes saber que nunca es tarde para rectificar; además el control psicológico es particularmente dañino cuando se usa frecuentemente. Si lo has usado solo esporádicamente, los resultados no son tan dramáticos pero sí es necesario, como padres, dejar de emplearlo. A continuación se presentan tres descripciones típicas del control psicológico cuando es usado de padres a hijos.

1. Darles afecto y amor basado en obediencia

A veces cuando tenemos hijos que son, por así decirlo, desobedientes, la frustración puede cegar nuestro juicio y en un momento de desesperación pensamos que tal vez negarles amor para hacerlos ver el error que han cometido va a hacerlos cambiar. La realidad es que esto no los ayuda a cambiar y crea un dolor profundo pues es importante transmitir el mensaje que son dignos de ser amados aun cuando son desobedientes; esto no quiere decir que justificamos lo que hicieron pero que ellos mismos son amados por el simple hecho de ser nuestros hijos.

2. Adoptar la actitud que nuestros hijos no nos quieren cuando desobedecen

Cuando nuestros hijos desobedecen existe la tentación de creer que no nos quieren; esta actitud en sí no implica control psicológico, pero si esto lo manifestamos frecuentemente y en todo tipo de situaciones, no solamente en actos de desobediencia, las consecuencias son negativas y no creamos lazos de seguridad de padres a hijos. Por ejemplo, las siguientes frases pueden denotar este tipo de actitud: si no comes, quiere decir que no me quieres; no hiciste lo que te pedí, se nota que no me quieres; eres muy rebelde ¿no me quieres verdad?; cuando uno quiere a alguien, uno hace lo que se le pide, etc. Todas estas frases dañan la relación que tenemos pues tanto la desobediencia, como algún acto de rebeldía de nuestros hijos, jamás se deben relacionar con cuánto nos quieren, ya que en la mayoría de los casos los hijos quieren a sus padres y simplemente están en proceso de aprendizaje.

3. Hacerlos sentir culpables de lo que tú sientes cuando no escogen o hacen lo que es tu preferencia

Otra táctica que a veces empleamos como padres es aquella de hacerlos sentir culpables con el fin de que hagan lo que les estamos pidiendo en situaciones en donde ellos tienen la libertad de escoger, pero nosotros tenemos cierta preferencia. Por ejemplo, si tenemos un adolescente a punto de escoger una carrera y escoge una que no es tu preferencia los siguientes comentarios caen en esta categoría: y yo que tenía tantas esperanzas de que escogieras esta carrera, me pone muy triste que no hayas escogido esta, estaría muy orgulloso si hubieras escogido esta carrera. Otro ejemplo se puede manifestar, aun con niños pequeños, una manipulación para que sientan lo que deseamos. Para que no sientan tristeza, por ejemplo, incluso si están tristes por una razón legítima. Los siguientes ejemplos me ayudarán a explicar mejor este punto: “Mamá se va a poner a llorar si tú sigues triste”, “Si sigues triste no voy a estar orgulloso de ti”, “Me hace sentir muy mal cuando estas triste ¿no quieres que esté triste verdad?” Aunque existen más casos, la idea en general es intentar cambiar una decisión o estado de humor que son legítimos y no son actos de desobediencia simplemente porque nosotros tenemos otra preferencia y lo hacemos por medio de hacerlos sentir culpables.

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Como padres imperfectos, estamos predispuestos a cometer errores, por eso reitero que si has hecho esto con anterioridad, no gastes mucho tiempo haciéndote sentir culpable. Simplemente busca otras formas de motivar y enseñar a tus hijos. Háblales de este articulo y si les parece familiar o les ha afectado de alguna forma, el amor y entendimiento que les des hace milagros y puede sanar heridas. Nunca es tarde para cambiar tu curso y mejorarte como padre o madre.

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Denhi Chaney

Denhi Chaney es egresada de la Universidad de Brigham Young con maestría en Terapia de Matrimonio y Familiar. Denhi también es esposa y madre de un niño. Puedes contactarla en .