3 Grandes enseñanzas de Nelson Mandela para tu familia

Mandela lideró los movimientos en contra del apartheid en Sudáfrica, estuvo preso 27 años y llegó a ser el primer presidente democrático del régimen que terminaría con la segregación racial. Un hombr

Emma E. Sánchez

Hablar de Nelson Mandela es hablar de un gigante de la historia universal. Abogado, descendiente de la realeza de una tribu africana, líder político y ganador del Nobel de la Paz, Nelson Mandela tocó el corazón de miles. Sus enseñanzas también pueden fortalecer a tu familia también. Lee y comparte con tu familia estas tres enseñanzas de este gran hombre.

1. Educación constante

Mandela dijo en su libro Camino Hacia la Libertad: “La educación es el gran motor del desarrollo personal. Es a través de la educación como la hija de un campesino puede convertirse en una médica, el hijo de un minero puede convertirse en el jefe de la mina, o el hijo de trabajadores agrícolas puede llegar a ser presidente de una gran nación.” La educación debe ser un aspecto fundamental en tu vida familiar: la educación debe ser un deber placentero. Tus hijos deben estar estudiando y aprendiendo muchas cosas buenas. El aprendizaje y el trabajo serán los medios para que ellos puedan acceder a buenas cosas, a buenas amistades, a una forma de vida más segura, donde tus hijos puedan estar en mejor posición de ayudar a sus propias familias, a quienes les rodean y a su patria. Anima a tus hijos a no abandonar la escuela, y sé tú mismo un ejemplo de buscar educación.

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2. El perdón libera el alma, elimina el miedo

Por eso el perdón es una herramienta tan poderosa, porque libera a quien perdona. Mandela, junto con el Arzobispo Desmond Tutu trabajaron en la Comisión de la verdad y la Reconciliación, la cual se encargó de investigar todas las atrocidades cometidas en contra de la población de color. Durante dos años se tomó declaración a más de veinte mil personas que sufrieron humillaciones, abusos, desaparición de seres amados, robos y todo lo más terrible que alguien pudiera sufrir a causa del racismo que imperaba. Fueron momentos sumamente dolorosos: miles de personas fueron escuchadas en audiencias públicas y muchos de los culpables también confesaron sus crímenes. Y aquí lo milagroso de esta comisión: una gran mayoría de los agresores fueron perdonados por las víctimas. Vale la pena aclarar que no hubo impunidad: se ejerció justicia legal, pero se dice que el expresar todo el dolor contenido, así como el pedir perdón así como el otorgarlo, fue uno de los grandes factores que sanaron y unificaron al país. El perdón sana al ofendido y ayuda al ofensor. Por medio de él, las relaciones más nocivas y destructivas, pueden cambiar y también terminar de tal manera que el alma y el corazón sean protegidos. El perdón debe llegar a ser una práctica familiar y personal constante. El perdón puede sanar a tu familia.

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3. “No me llames un santo, a menos que te refieras a un pecador que sigue tratando de hacerlo mejor”

Casi todos nosotros comentemos frecuentemente el error de exigirnos mucho, de compararnos con aquellos que pensamos son mejores o lo hacen mejor que nosotros. Peor aún, lo exigimos y juzgamos a los de nuestra propia casa con mucha dureza. La verdad es que esto solo logra que las relaciones familiares se deterioren, se frustren y fracasen irremediablemente. Tú y yo podríamos llamarnos pecadores si solamente intentáramos una vez hacer las cosas, fracasar y no volver a intentarlo. Pero la verdad es que tú, lector, yo, así como nuestras familias, somos santos, porque constantemente estamos en la búsqueda de la mejora constante. Cuando alguien en tu casa cometa un error, te invito a que no lo juzgues. Más bien anímalo a intentarlo una vez más y tú sé un poquito más paciente contigo mismo.

Mandela pasó 27 años encarcelado injustamente y durante todo este tiempo muchas cosas tristes les sucedieron a él y su familia, a sus amigos y gente que le apoyaba, todo lo padeció, pero al final del dolor continuó creyendo que la igualdad es posible entre hombres y lo logró. Hoy Sudáfrica y su gente gozan las bendiciones del esfuerzo y constancia de este gran hombre, su ejemplo y enseñanzas pueden serte de gran utilidad en casa.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.