3 maneras infalibles para destrozar la seguridad y confianza de tus hijos

Dicen que nuestro buen trabajo como padres está directamente relacionado con la seguridad y autosuficiencia que ellos disfruten. Ponte a prueba revisando los siguientes errores de crianza.

Emma E. Sánchez

Si alguien se pone a pensar detenidamente en todas las cosas que implica el tener un hijo, seguramente dudará en tenerlo. Y es que si se reflexiona en todos los detalles que conllevan su educación, formación y el cuidado de su salud tanto física como psicológica, la lista de candidatos a padres ¡seguramente desaparecería! Sin embargo, lo curioso del caso es que afortunadamente muchos niños siguen llegando a este mundo porque son muy deseados y queridos.

La clave en la crianza y formación de un niño es el amor, pero el amor bien entendido. Es decir, el que busca el bien del ser amado aunque esto signifique disciplinarlo y permitirle asumir sus consecuencias, aunque a nosotros nos duela mucho verlo batallar para salir adelante.

Actualmente, por un amor mal entendido muchos padres privan a sus hijos de desarrollar habilidades y valores que en el futuro les permitirán sobrevivir y salir adelante. ¿Qué de nuestra forma de criar debiéramos revisar para saber si estamos permitiendo a nuestros hijos crecer? A continuación te cuento de algunos puntos importantes que habrá que evitar en nuestras formas de crianza.

1. Sobreprotegemos a nuestros hijos

Nuevamente el amor es el protagonista y “por amor” cuidamos a nuestros hijos de todo. Estoy de acuerdo en que hay que ser precavido en las cuestiones de seguridad física, pues no queremos que se lastimen o sufran algún accidente, pero hay de seguridad a exageraciones. En una ocasión tuve oportunidad de conocer a una madre cuyo hijo ya tenía dos años y aún no podía caminar, pues ella continuaba cargándolo debido a que cuando el proceso natural se dio, el niño se caía constantemente y ella sentía que podría lastimarse. El niño también percibió y asumió el miedo de su madre, por lo que a sus dos años, tenía terror de dar un paso si su madre no lo sostenía. La sobreprotección solo genera debilidad.

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2. Les resolvemos los problemas y les damos por anticipado lo que quieren

Otra vez, por amor —y muchas veces más por practicidad y por evitar perder el tiempo— muchos padres de familia les resuelven la vida a los niños aún antes de que el problema surja. Por anticipado se les dan a los hijos juguetes, dinero, artículos y todo aquello que esté de moda o que se suponga que va a querer o necesitar. Si tienes esta costumbre, estás apagando el deseo de los niños, así como acabando con su curiosidad y el gran don de esforzarse por las cosas que se quieren. De continuar así, a futuro tendrás niños que no sepan valorar lo que tienen, pues obviamente no les ha costado y siempre todo les fue dado fácilmente.

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3. Exageramos los elogios y les premiamos por todo cuanto hacen

Pensando que les hacemos un bien o que fortalecemos la autoestima de los niños, les llenamos de elogios desmesurados por el mínimo esfuerzo que hacen. En muchas ocasiones, esto origina que poco después si no les alabas sus actos, se enojen, hagan berrinche o peor aún, no puedan hacer nada sin que se les diga que está bien, que está bonito o que te gusta. El niño que recibe demasiados elogios pierde la capacidad de hacer cosas que le agraden a él y le llenen de satisfacción personal, ya que siempre estará buscando la aprobación de otros. Si repentinamente te encuentras con que debes dar premios porque aprobó el año escolar, porque avisó para ir al baño o porque no reprobó ninguna materia, pronto estarás “sobornando” a tu adolescente para que estudie, para que se porte bien o para que levante su ropa. Un día serás esclavo de sus caprichos y conforme crezca, los premios y sobornos deberán ser cada vez más y más grandes, hasta que un día no puedas hacerlo más y habrás perdido todo poder, autoridad y control sobre tu hijo.

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Si después de leer todo esto descubres que no estás cometiendo estos errores en casa, entonces, mi amiga, ¡en verdad que lo estás haciendo muy bien con tus hijos!

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.