3 pasos para saber si estás en una relación abusiva y 3 para salir sana y salva

Él o ella podrá decirte que te ama, inclusive te llena de regalos, pero en medio de todo el amor que te profesa, hay abuso, maltrato y el placer de controlar tu vida. ¿Te suena familiar? Sigue leyendo...

Emma E. Sánchez

Por desgracia, cada vez es más frecuente escuchar de relaciones amorosas en las que el abuso es la constante. Este tipo de conductas tóxicas resultan muy difícil de ocultar por mucho tiempo. Un abusador, tan pronto tiene una relación amorosa, irá estableciendo parámetros en los que el abuso, del tipo que sea, echa hondas raíces.

El problema de identificarlo tan rápido como surge se debe a que la mayoría de las veces aparece entremezclado en manifestaciones de afecto, atenciones y pasión, que llegan a “adormilar” a la pareja, a confundirla, e inclusive a hacerle creer que esas acciones no son ningún tipo de abuso, sino solamente “muestras de atención, amor e interés”; se crean vínculos afectivos y emocionales hasta llegar a una codependencia que es sumamente complicado de romper.

¿Cómo saber si estoy en una relación abusiva?

Primero, vamos a reconocer al abusador:

Es alguien a quien se le dificulta mostrar sus sentimientos

Es más bien duro e inflexible, tiene muchas rutinas inamovibles

Bebe o padece de algún tipo de adicción

En su infancia sufrió de algún tipo de abuso

Ahora vamos a dar juntas estos tres pasos:

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  1. Piensa en todas esas ocasiones en las que han tenido “discusiones” que han llegado a los golpes, las humillaciones, el maltrato verbal o incluso íntimo. ¿Por qué inicia todo el problema? ¿Te amenaza? ¿Te hace sentir culpable? Puede ser que tus hijos sean el medio por el cual te mantenga atada a él, o tal vez ya lastimó a alguno de los niños.

  2. Si estas peleas o discusiones se repiten periódicamente y en medio de éstas hay temporadas de afecto, de mucho amor, regalos y momentos en los que en verdad te hace sentir como una reina, pero luego regresan los golpes, los insultos y se repite una y otra vez por más que te prometa que cambiará.

  3. Puede ser incluso que ya hayas intentado dejarlo, que hayan asistido a terapia conyugal, que lo hayan intentado pero nada cambia, o hasta empeora. Es tal el ciclo de abuso que ya has aprendido a cubrir los moretones, a justificar tus ojos hinchados y hasta tu constante tristeza.

Si te reconoces en estos tres puntos, estás en una relación abusiva, sin lugar a dudas.

Ahora, ¿cómo salir viva de ella? Sigue estos tres pasos:

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1. Toma decisiones serias

El cambio de un abusador es posible con mucha voluntad, supervisión y terapia, pero quienes lo logran en verdad son una excepción. La gran mayoría de abusadores no cambia, y son los culpables de que aumenten las cifras de violencia doméstica y, por desgracia, de feminicidios.

Por lo tanto, si temes por el bienestar de tus hijos, por su seguridad y tu vida y la de ellos, tal vez sea tiempo de abandonar la relación en serio.

2. Busca ayuda

Una de las características de un abusador es que “aísla” a sus víctimas de tal manera que cuando busque ayuda no haya nadie cerca que pueda auxiliarlo. Por consiguiente, busca a tu familia de nuevo, a amigos, a algún vecino, incluso a alguna asociación civil, privada, religiosa, femenina o legal; hay muchas instancias que saben cómo apoyar a mujeres y hombres que viven esta misma situación.

3. Procede legalmente

Este paso es el más difícil de dar, pues muchas mujeres temen enfrentar a su victimario por temor a represalias y, por ende, solamente buscan huir y desaparecer. Denunciar es el primer paso para cuidar a otras mujeres que sean víctimas de abusadores.

Sin lugar a dudas, estar en una relación de este tipo nunca será fácil ni para quienes te rodean, tus hijos y tú misma; créeme, sé de lo que hablo, pasé por ahí y puedo decirte que es posible salir sana y disfrutar la vida.

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Te deseo la felicidad, la mereces, nunca lo vayas a olvidar.

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Emma E. Sánchez

Pedagoga y Terapista familiar y de pareja. Casada y madre de tres hijas adultas. Enamorada de la Educación y la Literatura. Escribir sobre los temas familiares para ayudar a otros es mi mejor experiencia de vida.