4 frases increíbles para consolar a los que amas, según la ciencia

Las palabras tienen gran poder cuando las decimos, conoce cómo emplearlas de manera correcta al consolar a quien amas.

Adriana Acosta Bujan

Sin temor a equivocarme, puedo decir que todos hemos atravesado momentos dolorosos a lo largo de nuestra vida, como por ejemplo, pérdidas de seres queridos, peligros eminentes, desilusiones amorosas, problemas financieros que llevan a la quiebra, desempleo; entre muchas otras adversidades que nos han dejado una herida abierta en el corazón.

Nos invade el miedo, la tristeza y la desesperanza, es como estar paralizados en el tiempo con un dolor permanente sin ver realmente una salida. Y muchas veces recurrimos a desahogarnos (de nuestros sentimientos) con las personas más cercanas, nuestros familiares, amigos, compañeros, cualquiera que esté presente en ese instante; alguien con quien poder poder llorar y aliviar nuestro dolor.

Y aunque en realidad somos seres sociables por naturaleza y deseamos ayudar a todo aquel que necesite de nuestro apoyo y consuelo, muchas veces no lo hacemos de la manera correcta. Piénsalo así: decirle a alguien “Ánimo, todo pasará, no te preocupes que eso no es nada”, “Así es la vida, dura y difícil”, “Algo tienes que aprender de eso”. Tal vez no sean las mejores maneras de consolar.

Ya que la persona que está sufriendo no sentirá empatía al escuchar esas frases, además que de manera inconsciente, se sentirá obligada moralmente a fingir un alivio momentáneo con tal de hacernos sentir bien. No habrá conexión alguna, por lo que nuestras palabras consoladoras no tendrán ningún efecto hacia la persona que deseamos tranquilizar y sanar.

 Palabras mágicas

Como sabes, las palabras tienen un gran poder e influencia hacia quién las dice y las escucha. La manera en cómo las decimos y el contexto donde las empleamos, pueden ser mágicas; ya que pueden ayudar a las personas a mejorar su autoestima o destruirla por completo.

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Es por ello que aunque nosotros queramos ser los mejores consoladores para aquellas personas que amamos, es importante pensar bien qué decir y cómo; para que así podamos realmente ayudar, apoyar y aliviar ese dolor. Por lo tanto, aquí te dejo estas frases apoyadas por expertos que te servirán de guía para lograr expresarte de la mejor manera posible.

1 “Lo siento mucho, sé que estas experimentando un momento desagradable”

Ahora bien, fíjate como se emplean las palabras correctas, no estás diciendo “Un momento difícil o complicado”, puesto que puede destruir las esperanzas de esa persona adolorida y herida. Además, decir que lo sientes mucho será la clave para que puedas empatizar de inmediato, ya que estarás transmitiendo un sentimiento de comprensión.

El psicólogo clínico y experto en las relaciones de pareja John Gottman afirma que cuando las parejas tienen conflictos, lo que se espera del cónyuge es que él o ella sea su caja de resonancia, comprensión y empatía; él lo define como ser “testigo”, es como ser un espejo de la pareja, que le da a entender que lo entiende y sufre al mismo tiempo.

De esa manera, con las palabras correctas podrás lograr que la persona herida sienta una conexión contigo y así pueda desahogar su dolor; la clave está en validar los sentimientos del otro, para hacerle comprender que todo lo que siente tiene sentido y es correcto.

2 “Lamento mucho por lo que estás pasando, comprendo tu dolor”

Cuando consolamos a las personas es importante omitir nuestros juicios de valor, nuestras críticas constructivas o experiencias propias, puesto que no ayudarán en nada decir que tú pasaste por lo mismo y que ahora te encuentras bien.  Esto se debe a que cada individuo es único y excepcional, por lo que su realidad y su percepción de las situaciones son diferentes.

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Un estudio de la Universidad de Illinois (Estados Unidos) afirma que debemos evitar los juicios o expresiones como “Esto te ha pasado por…”, “Si me hubieras hecho caso, no estarías así”; ya que lejos de ayudar, invalidan a la persona y la harán sentir peor de lo que está.

La clave es tratar de encontrar soluciones en conjunto, “Ahora qué hacemos, yo estoy contigo”, “Me tienes a mí, estaré contigo siempre”, “No estás solo”.

3 “Lo que sientes es normal, lo entiendo y lo siento, yo estoy contigo”

Una de las cosas que decimos con frecuencia cuando queremos consolar a los demás, es decirles exactamente qué deben hacer en tales situaciones, cómo deben actuar y qué deben pensar. Sin embargo, no será nada útil decirlo, ya que de manera inconsciente la persona afectada rechazará las indicaciones o recomendaciones planteadas.

Simplemente porque está sumergido en su dolor emocional, puesto que lo único que espera es encontrar a alguien adecuado que lo entienda y comprenda y no a alguien que le dé instrucciones o diga la solución a sus problemas; según la investigación del doctor Xi Tian y otros científicos de la Universidad Estatal de Pensilvania.

4 “Estoy contigo cuando lo necesites, no lo olvides”

La mayoría de las personas creemos que es necesario estar presentes cuando se trata de consolar a alguien; la presencia es importante pero a la vez puede ser contraproducente, asfixiante y agobiante. Ya que la persona afectada necesita tener su propio espacio para procesar sus emociones y sentimientos, incluso podemos decir que tiene que experimentar por si solo el duelo.

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Por tal razón será conveniente dejar en claro a la persona afectada que estaremos ahí cuando lo necesite, otorgándole su espacio para sanar su dolor, con eso será suficiente.

Ahora ya lo sabes, cuando quieras consolar a alguien, trata de emplear estas frases, limítate a juzgar o criticar, al final la persona afectada se recuperará y aprenderá esa lección desafortunada y desagradable que le haya tocado experimentar. Recuerda, el secreto es dejar bien claro que lo sientes mucho y que estarás ahí cuando lo necesite.

 

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.