4 pasos para saber, sin lugar a duda, si eres ADICTA a enojarte

Esta adicción terminará con todo lo que tienes en tu vida. ¡Descubre si la padeces y cómo destruirla antes de que destruya a ti!

Mariel Reimann

Una cosa es enojarse de vez en cuando, y otra muy diferente, es enojarse como resultado de una adicción que tu cuerpo posee. La adicción a enojarse, funciona prácticamente como cualquier otra adicción, y por ende, nada de lo que salga de esto va a ser bueno.

El enojo es uno de los factores más destructivos que los seres humanos poseemos. Este comportamiento extremadamente tóxico nos puede afectar desde emocional y físicamente, hasta financiera y legalmente. El simple enojo se puede convertir en una adicción que si no la detectas y te haces cargo, puede destruir tu vida por completo.

¿Te enojas por que tienes razones o te has convertido en un adicto al enojo?

Si más de dos de las siguiente cuatro situaciones se aplican a ti, lo más probable es que seas adicto a enojarte.

1. Te enojas por que sientes satisfacción al hacerlo

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El enojo responde a la misma parte primaria del cerebro al que responde el miedo y el placer. El enojo es una respuesta totalmente primitiva del ser humano que nos ayuda a reaccionar y defendernos cuando percibimos un ataque.

El enojo está ligado a nuestro sistema límbico. Este sistema es el que nos hace segregar adrenalina ante momentos que nuestro cerebro considera peligrosos para nosotros. Es a través de este mecanismo que podemos discernir cuándo debemos pelear o huir. El problema con este mecanismo es que nuestro cuerpo puede hacerse adicto a la adrenalina que recibe cada vez que peleas.

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Si al enojarte y discutir con alguien, sientes cierto placer luego de la pelea, lo más probable es que estés convirtiéndote en un adicto al enojo.

2. Buscas motivos para enojarte aún cuando no los hay

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Detente a pensar en las últimas situaciones en las que sentiste ira o enojo y pregúntate si en realidad había necesidad de enojarse.

Las personas que se hacen adictas al enojo, se enojan por lo bueno y por lo malo. Es decir, sin importar la respuesta de la otra persona, se enojarán por que los demás están de acuerdo con su punto de vista, y también se enojarán por su desacuerdo. Mi abuela solía definirlo diciendo que a los que se enojan todo el tiempo “nada les viene bien”.

Cuando te enojas, tu cuerpo también genera dopamina (la hormona del placer o la felicidad). Tu cerebro está diseñado para asegurarse de que sobrevivirás cualquier ataque; cada vez que te enojas y te defiendes, tu cerebro piensa que hiciste lo correcto por haberte defendido ante una posible amenaza, y te recompensa segregando dopamina, para que sientas que lo que hiciste estuvo bien.

El problema comienza, cuando tu parte racional sabe que enojarse está mal, pero lo haces de todos modos, por que disfrutas de esa dopamina.

3. Te enojas cuando sientes que tu ego u orgullo están en peligro

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Las personas egocéntricas o narcisistas, son más propensas a sufrir de la adicción al enojo. Cada vez que sientes que tu ego puede ser herido, o en otras palabras, cada vez que te sientes inseguro por algo, originas una pelea, a la que tratarás de ganar a como dé lugar.

Por ejemplo, si sales con tu paraje y hay otra mujer que te intimida y te hace sentir insegura, en lugar de trabajar en tu seguridad y pensar en el amor que hay entre tú y tu esposo, te enfadas y comienzas a acusar a tu esposo de haber estado mirando a esa otra mujer (cuando tú sabes que no es así). Es un mecanismo de defensa que has creado y eres adicta a ello. De alguna manera usas el enojo como un arma para defenderte, aún sin que alguien te haya atacado.

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4. Vienes de un hogar en el que el enojo era “una forma de vida”

Si te criaste en un ambiente en el que tus padres peleaban todo el día o uno de ellos se enojaba por todo, no sería extraño, que tú veas y sientas al enojo como un modo de lograr lo que necesitas.

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El enojo en estos caso es lo que tú conoces como normal, y por ello eres adicto a este mecanismo tóxico y destructivo.

Si estas situaciones se aplican a ti, los expertos señalan que hay varias cosas que puedes hacer para resolverlo. Si te enojas por todo, tarde o temprano te quedarás sólo y terminarás destruyendo todo lo que tienes, o nunca lograrás tener más, simplemente por esta adicción.

Para resolver esto puedes:

  • Buscar ayuda profesional.

  • Tratar toda condición emocional que pueda estar llevándote a esta adicción como la depresión, ansiedad y el desorden postraumático.

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  • Usar mecanismos estratégicos para lidiar con el estrés, como yoga y meditación.

  • Aprender a usar comportamientos alternos como cómo solucionar los problemas de manera constructiva o cómo usar la buena comunicación para transmitir a los demás lo que quieres y lo que no, sin necesidad de enfadarte.

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Mariel Reimann

Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.