4 pilares del estrés infantil, un problema del que debes saber

Un exceso de estrés durante la infancia propicia cambios negativos a nivel sicológico y un déficit en el aprendizaje. ¿Le estás brindando un entorno saludable a tus hijos?

Fernanda Gonzalez Casafús

Mucho se ha hablado del estrés en los adultos, sin embargo, la vida ajetreada que llevamos no nos permite detenernos a pensar que los niños también sufren de los efectos de éste mal. La velocidad, el vivir en el ahora y lo efímero de las cosas, hacen que nuestros niños también padezcan este trastorno contemporáneo. Un exceso de estrés durante la infancia, propicia cambios negativos a nivel psicológico, así como un importante déficit en el aprendizaje. En este sentido, vale la pena hacernos la pregunta: ¿le estamos brindando un entorno saludable a nuestros hijos?

Como padres, siempre deseamos darle lo mejor a nuestros niños y por ello, en el afán de lograrlo, muchas veces terminamos dando en exceso. Según el profesor y Máster en Educación Kim John Payne, existen 4 pilares del estrés infantil, que tienen que ver con el exceso, mismos que a continuación te comparto.

1. Demasiadas cosas

Los niños de hoy suelen tener todo en demasía. Incontable cantidad de juguetes, dispositivos electrónicos, libros y ropa por doquier. Esto termina siendo un círculo interminable: entre más tienen, más desean, más piden y más sus padres les dan.

2. Demasiadas libertades

Está muy bien darle opciones a los niños para que escojan y puedan decidir por sí mismos, pero cuando esas opciones son abrumadoras, el niño pierde su capacidad de reflexión y análisis. Si piensas que eres buen padre porque tu hijo es libre de hacer lo que quiera, le estás haciendo un gran daño a futuro. Tu hijo necesita límites sanos para poder ser un adulto responsable.

3. Demasiada información

En la era de la tecnología es difícil restringir la información. Sin embargo, es indispensable que, como padre, propicies que tus hijos tengan momentos de autoconocimiento y exploración. Proponles momentos donde el móvil y la tv se apaguen y surja un espacio para el diálogo. Si lo haces desde la más temprana edad, lo irán asumiendo como un hábito.

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4. Demasiada velocidad

Todo sucede a pasos agigantados. Cuando los adultos nos vemos apresurados, aceleramos a nuestros hijos y sin darnos cuenta, generamos en ellos una gran ansiedad por el aquí y ahora. De esta forma, aun sin proponérnoslo estamos generando que tengan poca paciencia y tolerancia a la frustración. Tenemos que bajar los decibeles y disminuir el ritmo de vida. A veces, menos significa más.

Para que estos pilares queden atrás, es necesario simplificar la infancia: volver a jugar y a descubrir el mundo. Como padres, debemos ofrecerles a nuestros hijos tiempo libre para que desarrollen su ocio creativo, así como tiempo de calidad para pasar junto a ellos. También es importante una habitación libre de dispositivos electrónicos, así que saca la televisión de su cuarto y coloca una mesa de luz con una lámpara para favorecer la lectura antes de dormir. Otro punto fundamental para impedir el estrés, es garantizar a los niños un buen descanso y crear un espacio de tranquilidad antes de irse a la cama.

El exceso de estímulos en la infancia, hace que los niños pierdan su capacidad de soñar. Para que un niño no se estrese debe ser niño libremente, ya tendrá tiempo suficiente para ser un adulto. Mientras tanto, tú como padre y mentor, disfruta junto a ellos de esta bella etapa.

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Fernanda Gonzalez Casafús

Fernanda es Licenciada en Periodismo, especialista en Redacción Digital y Community Managment. Editora de contenidos y redactora en Familias.com. Nacida en Argentina y mamá de dos, ama los animales, la danza, la lectura y la vida en familia. Escribir sobre la familia y la maternidad se ha convertido en su pasión.