4 sugerencias para comenzar un nuevo año unidos como familia

365 días más han pasado, ¿Cuál ha sido el balance de este año? ¿De qué forma proyectar el 2023? Acá te dejamos cuatro sugerencias.

Marilú Ochoa Méndez

Es maravilloso tener un calendario.  Cuando hace siglos las personas vivían un día tras otro, ¿qué definía cuál de ellos era especial? Tal vez una tormenta, una caza afortunada o el hallazgo de una cueva dónde guarecerse.  Gracias a los mesopotámicos, a los que se les ocurrió iniciar con la semana de siete días y luego elaborar un calendario, y a las geniales culturas que hemos ido conociendo a lo largo de los siglos, nos guiamos por ciclos.

Era algo esperado que del ciclo lunar, el menstrual, el de las estaciones, el de la vida y tantos otros, surgiera también el calendario. ¡Cómo nos serena y tranquiliza este iniciar y terminar los minutos, las horas, los meses, los años!

Este fin de año 2022 puede convertirse en una verdadera catapulta para conseguir lo que tu corazón tanto anhela en tu vida familiar, espiritual, afectiva, social y personal.  Te compartimos cinco sugerencias para que lo cierres con broche de oro, e inicies lleno de fe y esperanza el 2023 que Dios nos regala.

1 Agradezcamos y oremos

Mucho se ha hablado de las ventajas del agradecimiento. El sabio chino Lao-Tse, dijo alguna vez que “el agradecimiento es la memoria del corazón”.  Así como nos reconforta y proyecta recordar de dónde venimos, recordar los dones y experiencias vividas nos serena y hace dimensionar la realidad.

¿Qué cosas han recibido este 2022? Te recomiendo que hagas una lista. Que se den la oportunidad en familia de agradecer todo lo vivido, les permitirá reconocer en estos 365 días transcurridos las bendiciones en cada acontecimiento. 

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Enfermedades, fracasos, aprendizajes, caídas, alegrías y disculpas, ¡todo puede agradecerse!. Incluso la pérdida del ser querido, la pérdida del empleo, o incluso del buen ánimo.

Puede confortarnos mucho si al repasar lo sucedido en el 2022, nos reconocemos como hijos predilectos de Dios, que  nos ama inmensa a incondicionalmente.  

Mira qué bello nos habla Dios a través de Isaías en el Antiguo Testamento: “Los que confían en Él renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán. Su amor no se acaba y cada mañana renueva su bondad” (Isaías 40:31).

Lo que sea que estemos atravesando, si tenemos el regalo de la fe, es un camino necesario en el que nos guía amorosamente un Dios todopoderoso que nos ama con locura, que ha entregado cuerpo y sangre para sanarnos, salvarnos y guiarnos hacia Él, un día, en el Cielo. 

No siempre es fácil abandonarnos en Sus manos, pero si ante cualquier conflicto repites en tu corazón: “Señor, en Ti confío”, irás guiando tu fe y esperanza para confiar más y mejor en Él. 

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2 Deja ir el pasado

Lo que sea que haya pasado ayer, hace un mes o a inicios de este año, se ha esfumado ya.  Lo único que tenemos es el momento presente.  

Reconocer vívídamente esta realidad que parece obvia, pero no lo es, nos puede dar el ánimo y la valentía necesarias para llenar sabiamente los segundos, minutos y días que se nos dan. 

Era cómodo cuando tenías ese trabajo, ¡qué lástima que no lo valoraste! Pero ahora que no lo tienes, t¿de qué sirven esos lamentos?  ¡Qué padre cuando tu pequeña te escuchaba y obedecía sin chistar! Ahora que inicia su adolescencia, ¿te servirá de algo añorar esos días! 

Elegir sabiamente hacia dónde enfocamos nuestra atención, marcará radicalmente el rumbo de nuestro ánimo y de nuestras acciones.  Regodearse con el pasado añorado y mejor, nos atora e impide sacar el máximo jugo al presente.  

Si te es posible, invita a tu cónyuge e hijos a prestar atención a cada nuevo día regalado.  ¿Estamos arrastrando el pasado, o pisando fuerte este camino luminoso que podemos construir?

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3 Amar mucho y siempre

El camino para acertar siempre en la crianza, en la vida matrimonial, social, laboral y personal, es pedir a Jesús que nos de un corazón puro, amoroso y sano.  Estas fechas decembrinas son a veces espacios llenos de estrés, desvelos, y, en ocasiones, interacciones sociales agridulces.  Que Jesús nos permita que gane siempre nuestro anhelo de que los nuestros se sientan amados por encima de todo.

Sí, especialmente estos días, hacemos el esfuerzo de mostrar nuestro amor incondicional, nuestro perdón inmediato ante algún desencuentro, nuestra sonrisa fácil, pondremos el escenario perfecto para vivir un cierre cálido, que será un inicio reconfortante y sano para el 2023. 

4 Busquemos la paz y el perdón

Es importante también reconocer lo que ha sucedido en el año que nos ha lastimado.  Y aquello con que tú y yo hemos lastimado a otros.

Dejar de cargar resentimientos, heridas y dolores por lo que “nos han hecho sufrir” es un gran regalo que es imprescindible hacernos para renovarnos antes de que termine el año.  

Las dinámicas que te sugiero son, por ejemplo, un círculo familiar en la cena del último día del año, en el que se tomen de las manos, se pidan perdón, y se den un abrazo cálido, pidiendo al Señor que sane y enriquezca sus relaciones.  

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Otra opción es escribir cartas de perdón a cada miembro de la familia, y hacérselas llegar. También puedes hacer el ejercicio de perdonar a los que te han ofendido, buscando comprender que las personas somos imperfectas (y que ofendemos mucho más de lo que nos gustaría).  

Agradecer, orar, dejar ir el pasado, amar y perdonar, son acciones sanadoras siempre, pero ayudándonos por el cambio de año, podemos armar con ellas el mejor camino de bienvenida para el 2023.  Deseamos de corazón que tu familia viva una auténtica renovación y que Dios la llene de bendiciones en este  nuevo año que inicia. 

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Marilú Ochoa Méndez

Enamorada de la familia como espacio de crecimiento humano, maestra apasionada, orgullosa esposa, y madre de siete niños que alegran sus días. Ama leer, la buena música, y escribir, para compartir sus luchas y aprendizajes y crecer contigo.