4 tipos de ‘falso amor’ de los que debes cuidarte

El amor es más parecido a la libertad. Cuando amas dejas que el otro sea libremente quien desea ser. Nada demuestra más amor que la libertad.

Erika Patricia Otero

Fueron varias las ocasiones que escuché a una amiga decir que le encantaban los hombres celosos. Solía ser muy enamoradiza y le gustaban los hombres “extremos”, como solía llamarlos. Para ella, que un hombre fuera celoso y/o controlador era sinónimo de carácter fuerte y amor seguro. Le encantaban los hombres de ese talante.

Admito que esas expresiones me aterraron porque sé lo que puede ser tener una relación con alguien con esos rasgos. Sé lo que es vivir sometido y sin libertad, como si fueras un ave atrapada en una jaula.

Ser controlador, celoso o sobreprotector no es igual a tener un carácter fuerte. Más bien esas son características de una persona insegura y dañina.

Claro que hay quienes son capaces de convivir con personas con esos rasgos; sin embargo, pienso que se debe ser muy sumiso y flexible para tolerar tanta imposición. Yo no creo que poder tolerar a una pareja de ese tipo por mi forma de ser rebelde.

Poseer no es amor

El cine y las novelas han romantizado las relaciones donde una de las partes ejerce control sobre la “persona amada”. No voy a ir más lejos que a señalar una sola película: “50 sombras de Grey”.

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Por mucho que parezca romántico, querer que tu pareja cumpla tu voluntad sin quejarse ni rechistar, es enfermo. Eso no es amor, está muy lejos de ser amor.

Las novelas latinoamericanas tampoco se alejan mucho de este estereotipo tóxico. En muchas de estas es común ver que hay celos y control excesivo. También es fácil ver dependencia emocional e incluso sobreprotección.

Sí, claro, está bien preocuparse por la pareja, amarla y desear que nada malo le ocurra. Pese a esto, hay una gran diferencia entre amar y no dejarla respirar. Poseer no es amor.

Por mucho que parezca que los celos son una muestra de afecto, no lo son. ¿Crees que porque te llama y envía mensajes cada media hora y se enoja si no respondes es amor? No, no lo es. Tampoco es amor que sientas que no puedes vivir si no tienes a tu pareja a tu lado.

Todo lo antes descrito es muestra de inseguridad, una personalidad dañina y de un gran egoísmo. Estas falsas maneras de amar surgen por los beneficios que proporcionan, pero no por un amor real.

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A continuación, te presento 4 tipos de falso amor que se presentan en muchas relaciones y de los cuales debes cuidarte.

Sobreprotección

La actitud sobreprotectora es típica de las relaciones entre padres e hijos; sin embargo, esto no es excusa para que no se presente dentro de la pareja.

Una persona con rasgos sobreprotectores se muestra excesivamente cuidadora de su pareja o hijos. Lo que busca es evitar que sus “seres amados” sufran. Esto lo hace porque considera que esa persona está a su cargo y debe ser protegida porque es alguien indefenso.

Es normal querer evitar el sufrimiento de alguien que se ama. Lo negativo surge cuando se trata por todos los medios de evitar que su ser amado experimente la vida por miedo a que salga lastimada.

Alguien sobreprotector se va a mostrar en extremo ansioso y ve peligros potenciales donde no los hay. Las personas sobreprotectoras pasan por alto que en la vida son necesarias las malas experiencias para aprender.

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Hay un límite entre proteger y cuidar por amor, a vivir en completa angustia; sometido por completo al estrés que puede causar tratar de evitar siempre que quien amas se haga daño. Eso no es amor.

Control

Las personas controladoras se caracterizan por querer tener control sobre cada acción de su pareja. Lo que pretenden es que su pareja actué según su voluntad. Básicamente, desean que su pareja dependa en cada aspecto de su vida de lo que decida él o ella.

Estas personas lo que quieren es quitarle la voluntad a su pareja y se sienta inseguro de sus elecciones. El resultado es que la persona perderá seguridad en sí misma y necesitará que su “protector” elija por ella.

Este comportamiento es un poco solapado; es decir, ocultará el control con acciones que pretenden facilitarle la vida a su pareja. Le cuida y asume los problemas como propios. Puede parecer un bello detalle; el problema es que esto no es gratis. El precio que tendrá que pagar será su libertad.

Dependencia

En el punto anterior señalábamos que la persona controladora busca que dependas de él o ella en todos los aspectos.

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Pues bien, una persona dependiente emocionalmente siente que necesita del otro para vivir. Lo que pasa es que ha puesto en su “amor” toda su fe. Para ellos, su felicidad, bienestar y vida dependen de que el otro esté en su vida sí o sí.

Celos

Creo que todos hemos escuchado a alguien decir que “su pareja le ama porque le cela”. Esta es quizás la forma de amar más tóxica que existe.

No hay nada de romántico en que tu pareja te haga un drama porque hablas con un amigo o amiga. No es lindo que te impida vestir como quieres porque “no desea que otros te miren”. Tampoco es sano que te revise las redes sociales o el móvil porque quiere saber con quién hablas.

He visto incluso personas que hacen que sus parejas eliminen de sus redes sociales a algunos contactos. Si alguien duda de su pareja, entonces está con la persona equivocada.

Los celos son inseguridad. Lo peor es que puede escalar al punto de la violencia si llega a malinterpretar un acercamiento que tengas con alguien.

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Solo me queda señalar que siempre puedes buscar ayuda profesional si tu relación tiene alguna de estas características. No dudes en buscar apoyo; nada es más terrible que no tener libertad.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.