5 actitudes que te transforman en una persona indeseable

Si bien nadie está para agradarle a todo mundo, la convivencia con otras personas puede ser mejor si evitas estas actitudes.

Arturo Leonardo

Por acá en México se dice popularmente que nadie es “monedita de oro”, esto significa que no necesariamente tienes que caerle bien a todo el mundo. Existen por supuesto ciertas actitudes y formas de responder ante diversos eventos, las que convierten a una persona en “esa” persona; para no perdernos, es loable y perfectamente respetable que cada ser humano pueda desarrollar una individualidad.

Ahora bien, eso de tener individualidad y un sello propio no debe confundirse con ciertas actitudes negativas que no dejan en lo absoluto nada positivo y terminan por convertir a la persona en lo más cercano a un ermitaño gruñón.

Tal vez no lo has notado, pero quiero compartir contigo una breve lista de 5 actitudes que probablemente posees y que serán muy poco benéficas a la hora del fin del mundo y que te puedan ofrecer un chaleco salvavidas.

1. Ser el juez máximo

Emitir juicios de valor es algo de mucho cuidado, pero además te colocas en una situación casi divina que termina por molestar e incomodar. Vamos, ¿quién eres tú para juzgar a otras personas? Una cosa es, siempre y cuando lo soliciten, emitir una opinión respecto a una situación y otra diferente es pensar que lo que tú haces es mejor simplemente porque tú lo haces.

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2. Descalificar e insultar

Si hay algo peor que creerse con la razón absoluta, es el insultar y agregar un calificativo a la persona. Decirle “es que eres un (su insulto favorito aquí)”, no solamente hablará de tu pésima habilidad para la diplomacia, también revelará inseguridad y la necesidad de hacer menos a las personas para llenar un vacío interno. ¿Qué tal?

Relee: Cosas tontas que los hombres dicen y que debes evitar a toda costa.

3. No aceptar nuevas ideas

Alguien en una ocasión me dijo: “quieres ser feliz o tener la razón”; no siempre o casi nunca van de la mano. Debes elegir qué batallas vas a pelear, ceder ante nuevas ideas o formas de realizar las cosas no tiene por qué ser malo. Al contrario, te darán formas novedosas de enfrentar los problemas y desarrollar nuevas estrategias para completar tus objetivos ¡Abre las orejas pues!

4. Ser quejumbroso

Hay pocas cosas que no soporto en la vida y una de ellas es encontrar a los quejosos profesionales. Los que ponen pretextos por cualquier cosa y que además dicen “no puedo”, cuando ni siquiera lo han intentado. Ser profesional de la queja únicamente te llevará a conquistar el título del negativo y que mejor piensen dos veces antes de quererte invitar a una carne asada los fines de semana.

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5. Ser mentiroso

Decir mentiras con tal de llamar la atención no solamente es patético, también es triste y digno de tratarse. Hay una condición llamada mitomanía en la cual el enfermo necesita mentir siempre; lo peligroso es que él se cree esas mentiras, lo cual termina por distorsionar por completo la realidad y, por supuesto, las relaciones que de ésta se deriven.

Entonces, para finalizar, no se trata de querer ser el amigo de todos, pero uno nunca sabe en qué momento necesitará de alguien más, más aún de la familia, y será mejor tener todas las puertas abiertas posibles.

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Arturo Leonardo

Comunicador fanático de sus hijos a quienes les relata día a día sus aventuras de música y deportes, gusta de leer lo que se cruce en su camino, piensa que el acto más revolucionario que puede existir es el de reír.