5 consejos para ser una madre perfeccionista sin dejar de ser feliz

Si deseas que las cosas que realizas sean perfectas, o si te es difícil escuchar las opiniones de los demás, y no duermes solo pensando en los detalles, te comparto algunos consejos que te ayudarán a disfrutar más la vida.

Adriana Acosta Bujan

Es importante exigirse a uno mismo para alcanzar los objetivos y metas que necesitamos para llegar al éxito. Pero uno está en un problema cuando esa exigencia sobrepasa los límites, o cuando uno es dominado por el miedo a cometer errores, a no ser aceptado, o a ser reprendido por la sociedad o a alguna autoridad. Puedes saber que algo anda mal, cuando para alcanzar tu concepto de éxito le roba felicidad o plenitud a tu vida.

El ser una persona perfeccionista comienza desde la infancia, cuando enseñas a tus hijos a realizar sus tareas con calidad, bien hechas en tiempo y forma, es excelente, pero debes poner atención a tus expectativas como madre, porque puedes estar afectando su salud, su seguridad y su autoestima sin percatarte de ello.

Te invito a leer: Ajusta tus expectativas, sé mejor mamá.

Es muy fácil detectar a una persona perfeccionista pues tienden a ejercer un control, no aceptan críticas y nunca están satisfechos con los resultados, tratan de ser perfectos en todo lo que hacen, en muchas ocasiones ellos no delegan funciones pues no confían en las capacidades de las personas que les rodean y viven temerosos.

Si conoces o te consideras una persona perfeccionista o quieres evitar que tus hijos lo sean, es importante que leas estos consejos que aquí te dejo.

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1. Acepta que eres obsesiva

El primer paso es reconocer que se tiene un defecto y querer cambiarlo para poder ser feliz. Reflexiona sobre tus acciones y actitudes, e identifica esos momentos que te han provocado tener miedo o angustia, si no cumples con una meta perfecta, exacta e impecable. Identifica si todo ello te ha perjudicado en tu salud y en tu relación con las personas que te rodean. Entonces, ahora sí puedes aceptarte como una persona obsesiva (es decir, perfeccionista) o no.

Te ayudará leer: Los peligros de ser un papá demasiado exigente

2. Aprende a escuchar

Cuando hay un proyecto que se está realizando para alcanzar una meta, se debe tener conciencia que todas las personas tienen diferentes puntos de vista y opiniones acerca de la perfección y de cómo deben realizarse las cosas. Por ello, debes saber escuchar cada opinión externa y controlar tus emociones ante las críticas. Debes ser prudente y expresar tu punto de vista de forma adecuada para evitar no herir los sentimientos de las personas que te rodean. Despréndete y acepta trabajar siempre en equipo.

Esto también puede pasar con las tareas de tus hijos, escucha sus opiniones y lleguen a un acuerdo y enséñalos a cumplir de forma adecuada con sus obligaciones, motívalos y dales incentivos, sí, pero también permíteles establecer sus propios niveles de excelencia.

3. No te permitas ser compulsiva

Esfuérzate por cometer errores y disfruta de ellos. Reflexiona sobre las cosas que se aprenden pues son parte del aprendizaje de la vida. Recuerda que unas personas son buenas para realizar ciertas tareas y otras no tanto, tú eres parte de ellas.

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Identifica los pensamientos negativos que te autodestruyen y cámbialos por positivos, para que seas más realista sobre las cosas que puedes alcanzar, así será más fácil que tus metas sean cumplidas como tú las quieres. También hazlo con tus hijos, aprende cuáles son sus habilidades y motívalos a que desarrollen y saquen su mejor potencial.

4. Jerarquiza tus prioridades

No pongas demasiado esfuerzo a resolver cosas simples para que obtengas resultados perfectos, mejor concéntrate en tus prioridades para que tengas claramente cuáles son los objetivos y que resultados esperas obtener. No te quedes revisando a detalle cada paso alcanzado: confía en ti. Realiza pausas continuas para distraer la mente, esto te ayudará a obtener mejores ideas y bajar tus niveles de estrés.

5. No hay resultados buenos ni malos

Aunque tu meta sea alcanzar el reconocimiento ejemplar de algo y que la sociedad te lo reconozca, recuerda que los resultados no son buenos ni malos, solo se convierten en un aprendizaje y conocimiento. La mayor satisfacción está en uno mismo. Aprende a felicitarte y amarte como eres.

Los perfeccionistas suelen ver sus éxitos como sucesos insatisfactorios o como fracasos, aunque no lo sean. El hecho de que se exijan cada día más y más, les hace ser propensas a sufrir depresión, a tener baja autoestima, a autocriticarse y juzgarse con demasiada severidad y todo ello les provee infelicidad. La solución está en cambiar de actitud y ver la vida más relajada, disfrutar y aprender de los errores y saber escuchar las opiniones de los demás.

No se puede ayudar a las personas obsesivas compulsivas sin que ellas tomen conciencia que su vida se ve afectada. Se debe reconocer que se tiene un defecto para poder ayudarse. Y tú ¿conoces a alguien así? Compartirle este escrito le será de mucha ayuda.

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Adriana Acosta Bujan

Adriana Acosta estudió comunicación, es madre y abuela, y actualmente se dedica a la enseñanza e investigación a nivel universitario en Puerto Vallarta. Publica sus escritos esperando que ayuden a las personas que leen sus útiles vivencias.