5 cosas que los buenos padres NUNCA dicen (¿en que grupo estás tú?)

Ser padres es el rol más difícil del mundo. Usa estos 5 puntos para ser uno de esos BUENOS padres (hazlo por tus hijos).

Mariel Reimann

Ser padres es el rol más difícil de tomar en la vida de cada persona que ha existido en la Tierra. Estás a cargo del presente, del futuro, y en el futuro, del pasado de esa personita que te conoce por mamá o papá. Todos los que somos padres, alguna vez también fuimos hijos, y la mayoría de nosotros, aspira a ser una mejor versión de nuestros padres. Creemos que tenemos muy claro lo que es bueno y lo que es malo, y cómo debemos ser, sin embargo, nos equivocamos.

En nuestro afán por ser mejores que nuestros padres o de imitar lo bueno que nuestros padres hicieron por nosotros, nos equivocamos una y otra vez. A eso le debes agregar que tú vienes de un pasado y padres totalmente diferentes a los de tu esposo, y debes combinar los métodos de la mejor manera.

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Ser buenos padres no es cosa de chicos

Psichology Today publicó un informe en el que resume en cinco puntos una guía con los 5 errores más comunes y con mayores consecuencias, que cometemos como padres. Mientras los leas, recuerda, que nadie puede evitar estos cinco puntos sin poner un gran esfuerzo detrás.

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Estas son las 5 cosas que los padres que se esfuerzan por ser BUENOS PADRES no usan:

1. Usas las palabras como un arma para lastimar o avergonzar

Los padres somos tan humanos como el resto de los humanos del mundo, y perdemos la paciencia, nos enojamos y reaccionamos sin medir las consecuencias. En el mundo de los adultos, los insultos y las palabras que avergüenzan, duelen, pero son ‘digeridas’ de otra forma, ya que tenemos la madurez mental de desechar lo que nos lastima.

Por el contrario, nuestros hijos, son como un cuaderno en blanco que se nos entrega y en el que escribiremos el código con el que medirán la felicidad y la desdicha por el resto de sus vidas. Como ya lo he dicho en otros de mis artículos, las palabras, son y serán el arma más poderosa que la humanidad jamás haya creado. No las uses para destruirlos, para hacer tachones en su cuaderno. Piensa, respira, analiza, recuerda como a ti aún te atormenta pensar en las veces en que tu padre o madre te insultaron cuando eras pequeño (si es que te pasó).

2. Comenzar retándolos usando la expresión “tú siempre…”

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“¿Por qué no deberíamos usar oraciones que comiencen con estas palabras? Por que dejas de referirte a ese mal comportamiento en particular, y en su lugar, estás atacando directamente a tu hijo como persona”, explica Peg Streep.

Como padre debes evitar las generalizaciones que le dan a tu hijo la posibilidad de creer que tú llevarás una cuenta abierta con todas las acciones malas que él o ella cometan a lo largo de la vida. ¿Para qué hacer el esfuerzo, para qué creer en el arrepentimiento y el perdón?

Dentro de la familia de estas frases también se encuentran: “¿Cuándo vas a poder hacer algo bien?” “¿Qué tienes fallado?” “No entiendo por qué no te entra en la cabeza”.

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3. “Eres demasiado sensible”

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NO, no lo es. Es sólo un niño, y sí está llorando, o algo le duele es por que desde su corta edad (que no es la tuya), lo que le sucedió es doloroso y lo lastimó. No minimices lo que a tus hijos les duele, frustra o lastima. Ellos no son tú y no procesan las cosas del mismo modo.

Habla con ellos, enfócate en por qué lo que según tú no debería ser un problema, sí lo es para tus pequeños. No reprimas sus emociones, ayúdales a entenderlas y a manejarlas.

4. Lo comparas con sus hermanos o con otros chicos

Esta es una de las armas más destructivas que puedes usar en contra del autoestima de alguien que recién está comenzando a vivir. Si piensas en ti mismo, y piensas en algún amigo, tu pareja, etc., que alguna vez te hayan dicho que fulana es mejor que tú, sabes lo feo que siente.

Tu hijo nunca va a ser como Juan o Pedro, por que es único y deberías festejar su individualidad y no compararlo con los demás.

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5. “Esta es mi casa y yo mando aquí”

La casa es de la familia, y aunque tú seas su padre o madre, no puedes tratarlo como una pertenencia, como a un mueble o como a un esclavo. Los niños necesitan tener un lugar en el mundo al que sientan que pertenecen, un lugar en el que se sientan protegidos, un lugar que es de ellos y de sus padres.

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Mariel Reimann

Mariel Reimann estudió leyes en la Universidad de Córdoba, Argentina y vive en Salt Lake City, Utah. Es madre de dos hijas que son la luz de su vida.