5 pasos para recomponer una relación en la que se ha perdido la confianza

Marilú Ochoa Méndez

Las relaciones humanas son complicadas, porque las personas somos imperfectas, estamos heridas, y a veces actuamos mal.  El dolor y el desengaño, son parte de la vida, y te enfrentarás a ellos más continuamente de lo que deseas.

Si te han lastimado, seguro sientes hervir muchas emociones en tu corazón. En este artículo, queremos compartirte una serie de pasos a seguir para lograr sobreponerte al dolor, sanarlo y recuperar la confianza en el otro, aquel que te ha lastimado.  Si en cambio, tú has lastimado a alguien, podrás entender lo que el otro siente, y colaborar con él en la sanación de la relación.

Primero, atiende la herida

El dolor nos repliega en nosotros mismos. Si te lastimas, por ejemplo, con una espina, tu reacción automática será retirar la mano, ¿cierto?. Lo primero que harás es evaluar la herida, y luego procurarás curarte.  Te costará trabajo, pues con cada cosa que toques, notarás una punzada, mientras tu cuerpo hace lo propio y vas curándote poco a poco de dentro hacia afuera.  La costra será el último paso.

Cuando alguien te hiere, es preciso seguir el mismo proceso.  Evitar que te sigan lastimando, evaluar el daño y procurar sanar desde dentro.  El perdón te ayudará enormemente a lograr este proceso de una manera sana y revitalizadora.

Sé que ahora que duele tanto la herida, no te parezca muy empático de mi parte sugerirte el perdón.  Perdonar al otro cuando aún sentimos turbación y enojo, suena como darnos por vencidos. Es más atractivo mantenernos alertas y pendientes del que nos ha hecho daño.

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Puede parecernos atractivo este escenario de rencor  y de pérdida de confianza, pero estos sentimientos negativos se irán convirtiendo en un grueso charco de lodo que nos pesará cada vez que queramos avanzar, y si lo dejamos secar con el resentimiento, podemos quedarnos atrapados.

El perdón libera

En Colombia, país latinoamericano que ha sufrido mucha violencia por el narcotráfico y la guerrilla paramilitar, una estrategia de sanación social muy efectiva que han empleado, es el perdón como política psico-social.  Y no lo vas a creer, ha resultado sumamente efectiva.

Te comparto los pasos que ellos aplican, segura de que te servirán mucho para reconocer el valor del perdón:

1 Considerar el perdón como “un sentimiento complejo que es capaz de sobreponerse a emociones de odio, ira y deseo de venganza” derivadas de sucesos violentos o agresivos

2 Reconocer al agresor como una persona, con dignidad

3 Salir de ese acto dañino que han cometido en mi contra, de una forma no violenta

4 Buscar la construcción de la paz

5 Este proceso no anula para nada las “formas de verdad, justicia y reparación”.

De la herida al crecimiento

El poder de esta estrategia, es que el ofendido se retira del papel de víctima, decidiendo sobreponerse de forma activa al daño, levantándose y liberándose de rencores, odios y deseos de dañar a otros.

De esta manera, la persona procura su curación interna quitándole poder al otro para volver a atraparlo en el dolor.  Es un tipo de resiliencia: capacidad de sobreponerse a las pruebas y obtener aprendizaje y crecimiento de ello. Como las flores que se abren paso a través del asfalto y dan un toque de belleza a la sequedad de la piedra.

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Allanado el camino, sigue recuperar la confianza

Una vez que tu corazón se encuentra libre para salir del sufrimiento provocado por la ofensa, el paso a seguir sería recuperar la confianza en el otro. Esto es parte de la construcción de la paz.

Este proceso no es fácil, porque la cicatriz permanece latente en nuestro corazón. Por ello, te compartimos una serie de consejos prácticos que te ayudarán:

1 Colócate en el lugar del otro

La escritora y coach española Marta Salvat, invita a las personas en sus conferencias y libros a reconocer que cada persona actúa siempre buscando lo mejor que alcanza a ver, para sí misma y para otros.  Nos invita a reconocer que tal vez si tú hubieras estado en el lugar de quien te lastimó, tú hubieras hecho lo mismo.

Esta invitación a la reflexión, que nos hace esta especialista, no pretende hacer menos lo que sientes, solamente comprender, salir de ti para entender que las personas normales, no vamos por la vida con la espada desenvainada procurando dañar conscientemente al otro, hacerlo sufrir para alejarlo de mí. ¡Cometemos errores!.

El otro es una persona como tú, con presiones, dolores y temores.  Se ha equivocado, pero el primer paso para sobreponerte al dolor y la ofensa, será reconocerlo como un ser imperfecto, como tú, y como yo.

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2 Expresa lo que sientes y escucha al otro también

Quitarás el tapón emocional a tu herida si consigues expresarte sobre lo que sientes.  Esto puedes hacerlo en soledad, con algún amigo, o con aquel que te ha dañado.

Si no es posible hablar con quien te lastimó, siempre puedes escribir una carta.  Lo importante es que te desahogues, que saques la espina que traes clavada.

Te ayudará también, si es posible, escuchar las motivaciones que el otro tuvo para actuar como lo hizo: un posible malentendido, un descuido, un acto voluntario mal orientado; conocer esto te ayudará a darle una justa dimensión a lo que te sucede tras ser lastimado.

3 Procura darle su justa dimensión al problema

Una vez que ha pasado un poco de tiempo, y que te has planteado que el otro es una persona como tú (y que tal vez tú pudiste haberle hecho el mismo o mas daño a esa persona), te ayudará dimensionar el problema.  Para ello, pueden ayudarte estas preguntas:

¿Qué tan grave ha sido el problema?, ¿puede repararse?, ¿puedo sanar?, ¿puedo brindar otra oportunidad a esa persona?

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Recuerda, no es lo mismo un olvido, que un robo, o una falta de lealtad.  Date la oportunidad de ver con serenidad la dimensión del problema.

4 Si quieres, brinda una nueva oportunidad, sin olvidar lo que vales

Si lo que te han hecho no es grave, ni pone en riesgo tu vida o tu integridad, puedes considerar dar a esa persona una segunda oportunidad.

5 Deja el pasado atrás

En la vida, lo que no nos mata nos hace mas fuertes, reza el refrán popular.  Asume el crecimiento y la riqueza de tu experiencia, y quédate solo con ella. No acumules dolor y resentimiento en un saco pesado sobre tu espalda.   Te mereces caminar de forma ligera por la vida.

Que esta experiencia te haga una persona más madura, más fuerte y más humana: abierta a reconocer que los errores podemos cometerlos todos, pero que si tenemos voluntad, podemos repararlos y sanar.

Por último, no olvides lo más difícil.  Jesús nos dice en el evangelio de Lucas: “Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?“.

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El llamado entonces, es claro: dar amor y perdón, sanar la herida y seguir adelante.  Hacerlo nos brindará paz, alegría y nos hará sentir ligeros. ¿Te animas??

 

 

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Marilú Ochoa Méndez

Enamorada de la familia como espacio de crecimiento humano, maestra apasionada, orgullosa esposa, y madre de siete niños que alegran sus días. Ama leer, la buena música, y escribir, para compartir sus luchas y aprendizajes y crecer contigo.