6 claves para mejorar la relación con tus padres

Cuando muestras interés en mejorar tus relaciones, les demuestras que, a pesar de todo, los amas.

Erika Patricia Otero

Todas las familias son diferentes. Algunos se llevan sumamente bien y pocos son los desacuerdos que viven a lo largo de su vida. Sin embargo, hay otras familias que cada día discuten por las razones más mínimas; pese a eso, se siguen amando y apoyando.

Hay casos donde las relaciones padres e hijos son tan trágicas, que los miembros terminan distanciándose sin intención de reconciliarse. Esto es lamentable, pero muchas veces necesario y aún más cuando las cosas parecen no mejorar.

Ya sea que los padres sean figuras presentes o ausentes, eso marca para bien o para mal la vida de los hijos. La marca tanto y de tal manera, que incluso generaciones enteras “cargan” con las secuelas de esas relaciones.

Lo positivo de esto es que siempre se pueden sanar las heridas del pasado. Siempre se puede hacer borrón y cuenta nueva, aún más si se tiene la intención de tener una familia.

¿Por qué debemos sanar las relaciones con nuestros padres?

Porque ellos son las primeras personas con las que establecemos vínculos afectivos en nuestra infancia. Por lo tanto, determinan nuestra personalidad, bienestar y cómo nos relacionamos con los demás. Esto es lo que concluye la investigación sobre el bienestar emocional en adolescentes realizada por Mónaco, Schoeps y Montoya-Castilla.

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Como señalábamos, debemos hacer lo posible por sanar la relación con nuestros padres. La razón es que tendemos a repetir los patrones; seguramente no querrás tratar ni a tu pareja o a tus hijos como te trataron a ti.

Estrategias a seguir para sanar la relación con los padres

1 Habla con ellos

A la comprensión de las personas que nos rodean se llega hablando.

Cuando estamos heridos es muy fácil llegar a conclusiones cargadas de rabia y rencor. Eso nos pasa cuando somos niños y adolescentes; desde luego es comprensible, estamos lastimados en nuestro amor propio. Es cuando somos adultos y sabemos cómo fueron criados nuestros padres, que finalmente comprendemos que repiten patrones de crianza dañinos.

Esto no es una excusa, pero sí puede ser el primer paso para cambiar el historial de crianza familiar.

2 Cambia tu percepción acerca de ellos

Es un hecho que cuando uno es niño idealiza a sus padres. Como es de esperarse, mientras vamos creciendo nuestra percepción de ellos cambia; pasan de ser nuestros héroes a ser personas imperfectas, tal como nosotros. Es natural sentirnos un poco decepcionados de ellos, pero esto también nos ocurrirá a nosotros con nuestros hijos.

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Al empezar a verlos tal y como son, podemos ponernos en su lugar, ser más considerados y perdonarlos. Además, si tenemos en cuenta que nadie nace sabiendo ser padre, creo que podemos ser más benevolentes con nuestros progenitores.

3 Perdona

Perdonar es esencial para sanar cualquier relación que haya sido resquebrajada por las malas experiencias. Cuando perdonas te liberas de la carga del rencor; además, eres capaz de ver a las personas sin ningún tipo de resentimiento.

En un principio perdonar puede ser difícil; sin embargo, no es un esfuerzo perdido porque te liberas de la carga emocional con la que lidias desde niño.

4 Pasa tiempo con ellos

Es imposible disfrutar de tiempo de calidad con tus padres si les tienes rencor. Por esto, la comprensión y el cambio de percepción son esenciales para poder pasar tiempo con ellos.

Trata todo lo posible por ir mantenerte en contacto con ellos vía telefónica. También saca tiempo para ir a verlos. Quizás sientas algo de resistencia al principio, pero con el tiempo la situación se hace más llevadera.

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5 Rememoren los lindos momentos

Como hija de padres estrictos puedo decir que no todas las situaciones que viví fueron malas.

Si miro hacia atrás puedo decir que tuve una buena infancia y adolescencia a pesar de los retos. Tuve lindas navidades, celebraciones de cumpleaños, paseos y juegos con mi papá y mi mamá. Mi adolescencia fue un poco más complicada, pero incluso así hubo buenos momentos con ellos.

Enfocarse en lo positivo va a permitir que los malos momentos pierdan importancia. Vas a llenar tu mente con esas buenas experiencias que serán las que tenga preponderancia en tu mente. Esas experiencias serán en las que te enfocarás en replicar con tus hijos.

6 No fuerces un cambio ni en ti ni en ellos

El cambio es algo que debe surgir de manera espontánea y gradualmente. Forzarlo solo repercutirá más en fomentar malos momentos. Es cuestión de dejar que las cosas fluyan lentamente aunque pueda resultar frustrante.

Solo ve poco a poco y haz lo mejor de tu parte; si tus padres desean cambiar para mejorar la relación contigo, entonces serán permeables al cambio. Eso es algo que notarás fácilmente. Solo permite que las cosas se den naturalmente.

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Recuerda que el cambio que deseas empieza por ti. Si quieres que las cosas mejoren, debes ser el primero en convertirte en una mejor versión de ti mismo.

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Erika Patricia Otero

Psicóloga con experiencia en trabajo con comunidades, niños y adolescentes en riesgo.